Liora reencarna en un mundo mágico con una nueva oportunidad para vivir y solo busca ser feliz.
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El mundo mágico tiene muchas historias, todas conectadas pero independientes.
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Esa noche
El beso aún ardía en sus labios.
Liora respiraba rápido, con las mejillas rosadas, las manos todavía aferradas al cuello del Rey.
Adrian no podía dejar de mirarla.
Era como si temiera que desapareciera si pestañeaba.
Y entonces, casi sin romper el contacto, alzó una mano.
Liora abrió los ojos, sorprendida.
Liora: ¿Magia?
Adrian sonrió con gravedad… y con un toque peligroso.
Rey Adrian: Tengo que avisarle a alguien antes de llevarte… donde quiero llevarte.
Extendió la mano hacia el aire, y una hoja de papel comenzó a materializarse, junto con una pluma.
Liora lo observó fascinada.
Adrian escribió rápido, con letras firmes y elegantes.
Le escribió al duque Kiran Page diciendole que iba a ocupar su casa en la playa porque nadie la conocía. y despues escribió una segunda carta para su guardia real diciendole que se iba a ausentar unos días, que no lo molestaran.
¿Adrian, qué estás..?
Antes de que ella terminara, él la tomó de la cintura con seguridad.
Con deseo.
Con hambre.
Con posesión suave, pero posesión al fin.
Rey Adrian (susurrando contra su oído): solo ajustando lo necesario, porque ahora lo mas importante eres tú..
Liora se estremeció entera.
Antes de que pudiera respirar, él la levantó en brazos con fuerza y facilidad.
Adrian caminó hacia su caballo sin quitarle los ojos de encima.
Era un hombre decidido.
Seguro.
Ardiente.
El Rey…
convertido en un amante dispuesto a todo.
La acomodó frente a él en la montura, sentándola entre sus brazos, como si no pensara soltarla jamás.
Liora, todavía aturdida, murmuró..
Liora: ¿A dónde vamos?
Adrian tomó las riendas, acercó sus labios al cuello de ella y dijo con voz baja, oscura y deliciosamente peligrosa..
Rey Adrian: Liora Verlaine… desde este momento estás oficialmente..
La tomó del mentón.
La obligó a mirarlo.
Sus ojos ardían.
Rey Adrian: secuestrada por tu Rey.
Liora sintió que las piernas le fallaban, aunque estuviera sentada.
El corazón le latía tan fuerte que dolía.
Y él continuó con una sonrisa arrogante, irresistible, llena de amor:
Rey Adrian: Para amarte. Para cuidarte. Para adorarte. Para hacerte feliz. Como te lo mereces.
Como tú querías. Como yo debí hacerlo desde el principio.
La besó una vez más, rápido, hambriento.
Y finalizó..
Rey Adrian (contra sus labios): Y no pienso devolverte hasta que estemos los dos jodidamente felices.
Tamborileó el caballo.
Hacia la playa.
Hacia la cabaña.
Hacia ellos.
Hacia un futuro que, por fin, estaban construyendo juntos.
Horas despues llegaron a la cabaña de la playa era pequeña, cálida, iluminada solo por la luz de la luna que entraba por las ventanas abiertas.
Adrian cerró la puerta detrás de ellos, aún con el corazón acelerado por la carrera.
Liora caminó unos pasos hacia dentro, tocando la madera, respirando el aire salado, sintiendo cómo la libertad misma la envolvía.
[Soy la protagonista de mi propia historia de amor]
Y cuando se giró hacia él… sus ojos ya no eran los de una espía.
Eran los de una mujer.
Una mujer enamorada.
Una mujer que por fin había sido elegida.
Un silencio denso, eléctrico, se extendió entre ellos.
Adrian dio un paso hacia ella, despacio, como si temiera romper el momento.
Adrian (voz baja): Liora… yo—
Ella levantó una mano.
Y él se detuvo al instante.
Liora: Esta vez… déjame a mí.
Adrian parpadeó, sorprendido.
Sus labios se entreabrieron, su respiración se detuvo.
Liora caminó hacia él con una seguridad que jamás había mostrado.
Cada paso era suave.
Elegante.
Seductor por naturaleza.
Ella lo empujó suavemente contra la pared.
No con fuerza.
Con dominio.
Liora (susurrando): Tú me pediste que me quedara. Tú me elegiste.
Tocó su rostro con una caricia tan delicada que él cerró los ojos.
Liora: Ahora… déjame mostrarte cuánto te he querido. Déjame tomar las decisiones esta noche.
Déjame enseñarte lo que tú provocaste en mí.
Adrian abrió los ojos, oscurecidos por deseo, devoción, entrega.
Adrian (con la voz casi quebrada): Haz conmigo lo que quieras.
Ella sonrió, lenta, peligrosa, hermosa.
Liora: Eso pensaba hacer.
Se acercó a él, tan cerca que su aliento se mezcló con el del Rey.
Tocó su cuello, bajó sus dedos por su pecho, despacio, probando el efecto que tenía sobre él.
Y él…
él estaba perdido.
Completamente a su merced.
Adrian (jadeando suavemente): Liora…
Ella lo calló poniéndole un dedo sobre los labios.
Liora: Shhh… esta noche hablo yo.
Tomó su rostro entre sus manos y lo besó.
Un beso profundo, firme, seguro.
Un beso que no pedía permiso.
Que no rogaba.
Que reclamaba lo que era suyo desde hacía tiempo.
Él respondió con un gemido bajo, atrapando su cintura, pero ella deslizó sus manos por sus muñecas… y lo guio hacia abajo.
Liora: Déjame llevarte… por favor.
Y él dejó caer la cabeza contra la pared, entregado.
Completamente entregado.
Ella lo condujo hacia la cama.
La luna entraba en la habitación, bañando la madera en un brillo plateado.
Y allí…
ella se sentó sobre él.
Con una sonrisa que mezclaba ternura, pasión y una seguridad recién descubierta.
Adrian la miró desde abajo, respirando con dificultad, sintiendo que el mundo entero se reducía a ella.
Liora acercó su frente a la de él.
Liora (susurrando, firme): Esta noche… quiero que me mires solo a mí. Quiero que recuerdes lo que sientes.
Quiero que me sientas. Quiero que sepas que yo también te elijo.
Él cerró los ojos, casi temblando por la intensidad.
Liora lo besó una segunda vez.
Más profunda.
Más intensa.
Más suya.
La cabaña se llenó del sonido del mar, del crujido suave de la cama, del roce de sus respiraciones.
Hubo murmullos, risas ahogadas, suspiros, caricias.
Y finalmente…
Ella guio la noche.
Ella marcó el ritmo.
Ella tomó el control.
Y él…
él se rindió completamente a ella, como si toda su vida hubiera esperado ese momento.
Cuando al fin quedaron enredados entre las sábanas, respirando uno contra el otro, Adrian apoyó la cabeza en su cuello con una sonrisa exhausta y feliz.
Adrian (susurrando contra su piel): Te amo..
Liora: yo también te amo..
Ojalá en el ducado encuentre alguien de otro reino que la invite a conocerlo 😏
😂🤣😂🤣😂 Estos dos hombres ya tienen canas verdes /Grievance//Grievance/