Dulce Prisión

Dulce Prisión

Renacer

Desde niña, Clara había tenido una obsesión que rozaba la adicción.. las historias de amor. No cualquier amor.. no los romances dulces ni los príncipes de sonrisa perfecta. Su corazón latía más fuerte cuando el villano aparecía en escena. Ese hombre peligroso, imposible, oscuro… y que al final, contra todo, terminaba doblegándose por amor.

Clara vivía más en los libros que en la realidad. Pasaba noches enteras devorando novelas donde el enemigo se convertía en amante, donde las cicatrices del alma podían curarse con una caricia. En la vida real, en cambio, su existencia era monótona, gris, sin sobresaltos. Quizás por eso buscaba refugio en esas páginas..

Una noche de invierno, mientras volvía a casa con una novela en la mano, se encontró con una anciana herida cerca su casa.. Clara se acerco a ella, la ayudo, la llevo al hospital cercano con el poco dinero que tenia compro sus medicinas y la cuido toda la noche..

—Niña… —susurró la mujer inclinándose sobre ella—. Nadie había hecho algo así por mí en mucho tiempo. Ese gesto de generosidad… merece ser recompensado.

Clara sintió un calor extraño envolverla, al escuchar a la mujer hablar.. como si la oscuridad no terminara de tragarla.

—Te daré una posibilidad —continuó la anciana, que ahora brillaba con una luz imposible—. Una oportunidad de volver a vivir.

Clara penso que estaba soñando porque los libros a su alrededor se abrian y cerraban solos como si tuvieran vida propia, las paginas se agitaban como alas, algunas palabras caian al suelo como si fueran cenizas brillantes, hasta que una fuerza la arrastro hacia adentro de uno de ellos...

Cuando desperto ya no estaba en su cuarto ni en una biblioteca, sino en un amplio salon iluminado por candelabros, con tapices antiguos y un aire frio que la recorrio hasta los huesos... Clara reconocio al instante donde estaba, ese era su libro favorito, el que tantas veces habia leido bajo las sabanas, el que hablaba de Theodore Bennet, el duque apodado el demonio.. un hombre alto, robusto, con hombros anchos y mirada feroz, marcado por una cicatriz que cruzaba todo su rostro y le habia quitado la vision de un ojo... casi treinta años, un pasado manchado de sangre y de rumores, casado una sola vez, pero su esposa se habia quitado la vida porque la habian obligado a unirse a él.. en su mundo, el demonio era el villano perfecto... cruel con sus enemigos, calculador, con un corazon enterrado bajo capas de rencor y soledad..

Clara se acerco a un gran espejo de marco dorado que habia en la habitacion, al principio penso que seguia soñando... la mujer que la miraba no era ella.. sus ojos se abrieron grandes al ver un rostro desconocido, una piel palida como la porcelana, labios carnosos y un cabello blanco que caia como cascada hasta la cintura... era alta, elegante, con una belleza tan perfecta que parecia irreal.

[no… no puede ser]

Entonces lo recordo… Maddie Simpson… en la novela era descrita como una mujer hermosisima, casi de aspecto etereo, pero vacia por dentro…

[soy una cabeza hueca, una muñeca bonita que solo servia de adorno en los bailes y que todos los nobles criticaban a escondidas.. si estoy en este mundo… si soy Maddie… entonces él tambien esta aqui… el demonio.]

En la novela, el abuelo Bennet, un hombre severo y frio, obligaba a Theodore a casarse para limpiar el nombre de la familia.. la elegida era justamente Maddie, una joven hermosa pero frívola, incapaz de comprender el peso que conllevaba unirse a un hombre como él.

Clara trago saliva, sintiendo un nudo en el estomago..

[yo… soy su prometida…]

Recordaba con claridad la escena que tanto le habia dolido leer.. el dia de la boda, Maddie huia minutos antes de la ceremonia, dejando al duque humillado, solo frente a toda la nobleza que se reia a sus espaldas. aquella fue una de las razones que habian terminado por endurecer aun mas su corazon, sumandose a la cicatriz de su rostro y a las intrigas de la corte.

Clara paso la mano por el vestido que ahora cubría su cuerpo, un corsé ajustado, telas lujosas y un brillo satinado que jamás había tocado en su vida anterior.. caminaba por los pasillos del palacio Bennet con un extraño nudo en el estómago… no podía dejar de pensar en lo que recordaba de la novela.. Maddie Simpson, la prometida que nunca quiso serlo, la que huiría el día de la boda, la que dejaría al demonio solo frente a todos.

Ella sabía que Theodore Bennet ya la despreciaba. no era un secreto. él conocía la clase de mujer que era Maddie.. una muñeca bonita, sin cerebro, que soñaba con joyas y bailes, incapaz de resistir la mirada de un hombre como él. según el libro, Theodore la había aceptado solo porque su abuelo lo había obligado, y ya se preparaba para la inevitable traición.. pero ahora… Clara no era Maddie. y aunque su corazón latía desbocado, no podía negar que había una parte de ella.. que estaba fascinada con lo que estaba a punto de vivir.

La gran puerta de la biblioteca se abrió de golpe. el aire cambió. ella lo sintió antes de verlo.

Theodore Bennet.

Era más imponente que en las páginas.. un hombre de hombros anchos, traje oscuro, la cicatriz que le atravesaba el rostro como una marca de guerra, oscureciendo aún más su mirada penetrante. su sola presencia llenaba la habitación, y Clara tuvo que hacer un esfuerzo para no retroceder.. él se detuvo, la observó de arriba abajo con un desdén apenas disimulado.. sus labios se curvaron en una mueca seca, nada parecida a una sonrisa.

Duque Bennet: así que finalmente mi prometida se digna a aparecer.. ¿qué máscara usarás hoy? ¿la de la niña encantadora que sueña con flores… o la de la muñeca hueca que quisiera estar en cualquier otro lugar menos aquí?

Clara sintió cómo su yo lector y su yo nuevo chocaban en su interior. según el libro, Maddie habría bajado la cabeza, sonrojada y temerosa, deseando escapar. pero ella no. ella lo miró directo, con un brillo de interés en los ojos que al duque pareció desconcertarlo.

Maddie: quizás no soy la mujer que cree, duque Bennet.

Hubo un silencio pesado. los criados que estaban en el salón se tensaron, como si esperaran que él estallara de furia. pero Theodore no dijo nada al instante. solo la observó, sorprendido por aquella mirada que no esquivaba la suya, por aquella voz firme que no temblaba.. por primera vez, alguien no se veía asustado ante él… sino intrigado.

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Comments

morenita

morenita

Siiii, interesante como todas tus historias, a ese duque ya le salió quien lo va a poner a marchar 😁, quin creeria qué esa anciana pondría a clara en esa posición y más que todo ya que a ella le encantan los villanos 😁

2025-10-02

3

Alma Delia Morales

Alma Delia Morales

Autora soy fiel seguidora de tus historias y jamás me avisó la aplicación de tu nueva historia , acabo de terminar YA TE OLVIDE y me metí a tu perfil y me encontré conque ya está la nueva historia 😪

2025-10-07

1

Mayte Valles

Mayte Valles

dos preguntas autora cada cuando vas a estar actualizado y si ya tienes un número aproximado de cuántos capítulos serán ??????........... gracias ☺️

2025-10-01

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