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EMBARACE A MI ENEMIGO

EMBARACE A MI ENEMIGO

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Hombre lobo / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Atracción entre enemigos / Matrimonio entre clanes
Popularitas:7.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

En el corazón del Bosque de Dragonwolf, donde dos clanes milenarios han pactado la paz a través del matrimonio, nace una historia que nadie esperaba.

Draco, el orgulloso y temido hijo del clan dragón, debe casarse con la misteriosa heredera Omega del clan lobo y tener un heredero. Louve, un joven de mirada salvaje, orejas puntiagudas y una cola tan inquieta como su espíritu, también huye del destino que le han impuesto.

Sin saber quiénes son realmente, se encuentran por casualidad en una cascada escondida... y lo que debería ser solo un escape se convierte en una conexión inesperada. Draco se siente atraído por ese chico libre, borrachito de licor y risueño, sin imaginar que es su futuro esposo.

¿Podrá el amor florecer entre dos enemigos destinados a casarse sin saber que ya se han encontrado... y que el mayor secreto aún está por revelarse?

Una historia de miradas tímidas, corazones confundidos y un embarazo no deseado.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Fuego en la piel.

Desperté con la luz del sol colándose por la entrada de la cueva, tímida, como si no quisiera interrumpir el silencio que aún reinaba en el aire. No quería despertar. Pero en contra de mi voluntad me estiré, dejando que mis alas se extendieran con un suave crujido. Luego volví a guardarlas con mi magia. Mi cuerpo estaba agotado.

A mi lado, Louve seguía dormido, su respiración calmada y tranquila. Miré su rostro, tan sereno en ese momento, tan… vulnerable. Fue raro, pero algo dentro de mí se removió. Estaba acostumbrado a ver a los demás como piezas de un tablero de ajedrez, a tratarlos como si fueran solo parte de un juego, pero él… Louve no encajaba con esa idea. No lo entendía, no entendía cómo habíamos llegado a este punto, pero de alguna forma, algo en mí quería protegerlo.

Me quedé ahí por un rato, solo observando. ¿Qué se suponía que debía hacer con todo esto? No había un manual para ser el tipo de esposo que la tradición esperaba de mí, y mucho menos uno que me diera las respuestas a lo que estaba sintiendo. Era como si las piezas de mi vida estuvieran cambiando sin que yo las pudiera controlar, y ni siquiera estaba seguro si eso era algo bueno o malo.

Finalmente, Louve comenzó a moverse, despertando lentamente. Sus ojos se abrieron y, por un momento, la luz del sol le dio un brillo extraño al cabello negro y gris que aún llevaba despeinado. Se estiró, su cuerpo aún adolorido, pero esa mirada, esa forma de mirarme como si estuviera a punto de decir algo, me hizo contener la respiración.

—Buenos días…— dice con voz adormilada, todavía arrastrando el sueño.

Sus ojos no se apartaban de mí, pero había algo en su mirada, algo que me hacía sentir que no entendía del todo lo que había sucedido entre nosotros.

—¿Te sientes bien?—pregunté.

 Mi voz sonó más suave de lo que esperaba. No era común que le hablara a alguien de esa manera, pero Louve… algo en él hacía que me sintiera diferente. Como si la dureza con la que solía hablar a otros ya no tuviera cabida entre nosotros.

Louve se incorporó lentamente, mirándome de reojo, pero al final sus ojos cayeron al suelo, como si estuviera buscando algo que no podía encontrar.

—Sí… supongo que sí,—contestó, y su voz reflejaba la incomodidad —Solo que esto… es todo tan nuevo para mí. No sé qué hacer con todo esto. No vuelvas a tratarme a si en público como si fuera un saco de papas.

No pude evitar mirarlo en silencio. Sabía lo que sentía, en parte, porque yo también estaba en un terreno desconocido. No quería forzarlo a hacer algo que no quería, pero no sabía cómo decirle que, en el fondo, todo esto… ya no era solo una obligación. Había algo más, y aunque no lo entendía completamente, quería explorar qué era.

—Lo sé—dije, sin saber muy bien qué más decir—No esperaba que lo entendieras al instante. Ni yo mismo lo entiendo del todo. Pero… creo que podemos llevarnos bien. No tiene que ser solo lo que se espera de nosotros. Podemos encontrar nuestro propio camino en esta relación.

Lo miré con más intensidad, viendo que sus ojos, aunque titubeantes, mostraban una chispa de duda, pero también de algo más, algo que se veía casi como esperanza. No podía obligarlo a confiar en mí, pero… podía intentar ganarme esa confianza.

—Somos muy diferentes ¿De verdad crees que podemos?— Louve pregunta, con un tono incierto en su voz.

—Creo que si—respondí, y sin pensarlo mucho, extendí mi mano hacia él—Podemos. Solo quiero que confíes en mí.

Hubo un largo silencio entre los dos. Me quedé allí, esperando que dijera algo, que hiciera algo. Pero en lugar de eso, lo vi dudar por un momento, y luego, finalmente, se levantó de la cama e ignoró mi mano. Cómo si sintiera un rencor hacia mi persona.

Yo solo lo vi entrar al baño y cerrar la puerta detrás de él. Baje la mirada y simplemente tomé mi ropa me vestí sin siquiera tomar un maldito baño y me fui al castillo de mi padre. Me sentía enojado y frustrado a la vez.

Pase todo el día muy mal. Trate de terminar mis responsabilidades y volé hasta mi hogar hasta donde estaba mi esposa a medio dia.

Y allí estaba. Con la cueva llena de lobas comiendo y bebiendo y él feliz, con una copa en la mano. Mi esposa con una ropa muy provocativa me atravesó con la mirada como si no esperaba que llegara temprano.

—¿Qué demonios sucede aquí? ¿Quién dijo que mi casa es una casa de diversión sin mi permiso? ¡Se me van todas de aquí, maldita sea!

La algarabia se convierte en un cementerio sepulcral. Y una a una fue saliendo sin decir una palabra.

Mi esposa está llena de indignación por mi rudeza, da media vuelta dándome la espalda con esa maldita sonrisa que me volvía loco, comenzó a despojarse de cada prenda diciendo maldiciones por esa boquita, que me estaba desarmando por dentro mientras caminaba hasta la habitación.

—¿Que crees que haces? No puedes estar haciendo fiestas sin mi permiso.

—¿Así? —pregunta con descaro, deslizando los dedos por su propio cuello, bajando hasta su pecho. Esa mirada… esa maldita mirada de lobo que sabía que me tenía atrapado.

Tragué en seco. Mis garras se hundieron en la roca de la pared tratando de tener paciencia, pero el rugido que me vibraba en el pecho me traicionó.

—No hagas eso o no respondo, Louve… no querras ver cómo sufres por provocarme.

Se desnudó frente a mí, como si no le importara que lo estuviera devorando con los ojos. Cada maldito centímetro de su piel lo conocía ya de memoria, pero igual me sorprendía lo perfecto que era. Cómo diablos un lobo, mi enemigo de toda la vida, podía encajar tan jodidamente bien en mi cama… en mi maldita vida.

Cuando estaba completamente desnudo, echado en las pieles, me miró sin miedo.

—¿Y ahora qué, dragón? —me retó—Arruinaste mi reunión ¿No piensas tomar la responsabilidad y quitarme el aburrimiento?

Sonreí de lado.

—Ahora… ahora te voy a hacer rogar por mí y enseñarte a pedir las cosas.

Me deshice de mi armadura casi de un tirón, las piezas metálicas cayeron al suelo con un golpe sordo. No apartaba los ojos de él. Caminé hasta la cama, hasta ese cuerpo estúpidamente hermoso que ya me pertenecía, y me dejé caer encima suyo, sujetándolo por las muñecas sobre su cabeza.

Nuestros cuerpos se rozaron, piel contra piel, y el calor subió como fuego directo a mis venas.

Lo besé. No como un enemigo. No como un comandante. Lo besé como un macho que había encontrado su perdición.

—Vas a gritar mi nombre, Louve… —susurro contra su boca— vas a suplicar que no te deje jamás.

Su cuerpo se arquea debajo del mío y sentí el maldito orgullo arrastrarse por mi pecho.

Era mío.

Todo él.

Y esta vez, pensaba demostrárselo hasta que amaneciera… y más allá.

—Vas a acordarte de mí cada maldita vez que cierres esos ojos, Louve —le gruñí contra la boca, respirando su aroma, perdiendo el control como un loco.

Louve se removió debajo de mí, su maldito cuerpo encajaba tan perfecto que dolía.

—¿Y quién te dijo que quiero olvidarte, dragón idiota? —me escupió con esa lengua venenosa que tanto me enloquecía.

Reí por lo bajo, oscuro, pegando mi frente a la suya.

—Eso dijiste… pero tu cuerpo dice otra cosa.

Lo solté solo para recorrerlo con mis manos. Mi palma entera le cabía en la cintura. Qué demonios era este lobo, tan pequeño y tan fuerte al mismo tiempo. Pasé los dedos por su pecho, jugué con su ombligo, hasta agarrar de lleno esas caderas que ya conocía de memoria.

—Deja de jugar, me aburres.

Lo giré de un tirón, dejando su pecho contra las pieles, su trasero perfecto alzado hacia mí.

—No me provoques, Louve —le advertí ronco—. Sabes cómo termina esto.

Él, muy canalla, movió el trasero, rozándolo contra mí. Ese maldito movimiento me arrancó un rugido desde el fondo del pecho haciendo que mi cola y mís alas salieran.

—Tal vez eso quiero... que termines conmigo.

—Mierda… —susurré, perdiendo el norte al ver manifestar sus orejas y su cola—. Vas a matarme un día de estos.

Lo besé en la espalda, en cada cicatriz, en cada marca que contaba su historia. Lamí su cuello, mordí su hombro con fuerza, dejando claro que era mío. Lo tome por la cola para que no huyera.

Mis manos recorrieron su cuerpo como si buscara tatuarlo en mi memoria. Cada jadeo, cada estremecimiento suyo era gasolina para mi fuego.

—Louve... —su nombre salió de mi garganta como una promesa rota—. No es solo deseo, ¿sabes? Eres mío… eres mi puto caos… pero también mi casa.

Él tembló un poco al escucharlo. Y no dijo nada.

Solo se quedó ahí, entregado.

Me hundí en él con la misma hambre con la que un dragón cuida su tesoro más preciado. Lo sostuve fuerte, lo moví a mi ritmo, lo devoré entero.

—Ahhh....Draco...no tan profundo, suelta mi cola es muy sensible.

—Si...

Sus uñas arañaron las pieles, su voz tembló al decir mi nombre.

Y juro por todos los cielos…

Que no había batalla, ni guerra, ni enemigo…

Más hermoso que Louve, gimiendo solo para mí.

Mi enemigo.

Mi tormento.

Mi maldito amor.

—Louve… —su nombre salió de mi garganta como una promesa, como una maldición… como una súplica que ni siquiera sabía que estaba haciendo.

Estaba perdiendo la cabeza por él. Solté su cola y lo tome de las caderas para hundirme más.

Por ese maldito lobo que no obedecía, que me desafiaba, que me volvía loco… y que ahora gemía bajito debajo de mí, moviendo ese cuerpo de pecado como si no supiera lo que me provocaba.

—Dime que soy tuyo —le gruñí al oído, mordiéndole la oreja —. Dímelo, lobito, antes de que te lo grabe a fuego en la piel.

Sentí su risa bajita, descarada, como siempre.

—Estás enfermo, dragón…

Le mordí la espalda, marcándolo sin piedad.

—Enfermo por ti.

Y lo estaba.

Pasé las manos por su cintura, por su pecho, lo apreté contra mí, sintiendo cómo temblaba de deseo. Su aroma dulce, salvaje, me estaba volviendo una bestia sin control.

—Draco… —su voz… mierda, su voz—. Hazlo no te preocupes por mí.

No necesitaba más permiso.

Lo devoré a besos, a mordidas, a caricias que no sabían de suavidad. Lo hice mío una y otra vez, entre jadeos, gruñidos, y gemidos que se mezclaban con los míos.

—Mírame —le ordené con la voz ronca—. Quiero verte cuando te derrumbes por mí.

Louve giró el rostro apenas, con los ojos brillantes, húmedos, llenos de deseo y rabia al mismo tiempo.

—Idiota… —susurra—. Ya me tienes donde quieres.

Y lo supe.

Era mío.

No por las marcas. No por el matrimonio forzado. No por las peleas.

Era mío porque me desafiaba… y aun así, se rendía sólo ante mí.

Y yo… yo era suyo, aunque me partiera mil veces el orgullo.

Lo abracé fuerte después, en medio de las pieles desordenadas, mientras su respiración aún era descontrolada.

—Un día —le susurro en su cuello—. Un día vas a decir que me amas, Louve.

Y cuando lo hagas…

Ese día sí que no pienso dejarte levantar jamás.

1
Elizth
más capitulo de acerca una batalla a muerte/Scowl//Sob/
Maria Elena Sanchez Garcia
Excelente
danielaflores
estoy llorando que tristesa que no le pase nada por favor💔😿
Mckasse Escritora
gracias amor
Gelen Burgos
Es un relato muy único jaja sin duda será popular.
Elizth
más capitulo xf
Yendi Jaramillo Avila
está maravillosa la historia
Gelen Burgos
sentí la adrenalina
Gelen Burgos
la amo , la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo
Gelen Burgos
Tu mandas , bien dicho.
Gelen Burgos
esto está muy buenooo
Kysa_lov
Que desgraciado
Gelen Burgos
JAJAJAJA ME MEO
Gelen Burgos
eso me asusta , donde me anoto para la fila
Gelen Burgos
cuidado te. cansas 😒
Gelen Burgos
t falla mijo ? Lo trataste como muñequito de trapooo
q esperabas
Gelen Burgos
Ya veremos
Gelen Burgos
Tengo preferencia por los loquitos intensos , vas por buen camino jajaj
Gelen Burgos
y yo : aaaaaaaaah
Elizth
más xq está interesantes de como llevar el mando
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