El Mafioso Se Robó A La Novia

Lucas volvió a la habitación con decoración romántica y intento besa a Mireya, pero ella lo aparta, ya no era lo mismo la solo idea de volver a estar con el es totalmente desagradable,

—¡no me toques!—le grito Mireya apartando el rostro, sentía horror y miedo, el que Lucas la tocara se sentía horrible,

El rechazo de Mireya hace enojar a Lucas, el la sujeta del brazo y la arrastra con fuerza de nuevo a la habitación donde estaba,

—si no quieres no voy a forzarte no es mí estilo, se que tarde o temprano vendrás a mí quieras o no, que no se te olvide que tu vida depende de mi—dijo antes de cerrar la puerta,

*Mireya llorando en la cama*

Mireya se arroja a la cama a llorar pensando en como llego a esto, el arrepentimiento y el dolor, ya nada sirve,

*Mireya recordando su amor por Caesar*

Ella no estaba segura si Caesar podría salvarla, si está pensando en ella, lamenta mucho no haberle dicho que aún lo ama, que nunca pudo olvidarlo, aunque ella nunca podría volver amar después de todo, ya no puede volver a confiar en nadie el daño emocional y psicológico era irreversible,

Mireya se abrazó a sí misma, sintiendo cómo las lágrimas empapaban la almohada bajo su rostro. Su cuerpo temblaba mientras los recuerdos se arremolinaban en su mente, mezclando los momentos felices con Caesar y el horror que vivía ahora.

Recordó cómo Caesar la miraba, cómo su sonrisa podía iluminar cualquier habitación y cómo, cuando estaba con él, se sentía segura, como si nada en el mundo pudiera dañarla. Pero esos recuerdos eran dolorosos ahora, porque parecía imposible regresar a ese tiempo.

—¿Qué fue lo que hice mal?—susurró entre sollozos—¿Por qué permití que todo llegara a esto?, se sentía tan arrepentida, se sentía sola pero sobretodo Engañada,

Lucas no era el hombre dulce y romántico que conquisto su corazón, el lo había planeado todo desde el principio hasta el final, el fingió todo no era el hombre que creía y ahora ya no ahí vuelta atrás,

La desesperanza la envolvía como un manto oscuro, haciéndola sentir que no había escapatoria, Pensar en Caesar le daba un pequeño rayo de esperanza, pero era tan débil que apenas lograba aferrarse a él, Después de todo, ¿cómo podría Caesar encontrarla? ¿Y si ya la había olvidado?

Mireya se llevó las manos al pecho, donde aún sentía el eco de lo que una vez fue su amor por Caesar, Aunque se negaba a admitirlo, una parte de ella aún lo amaba, aún deseaba verlo una vez más, decirle todo lo que nunca tuvo el valor de decir,

A la mañana siguiente Lucas entro en la habitación de Mireya, la cogió del brazo y la llevo al baño donde volvió a meterla al agua fría diciéndole que debía prepararse para la noche ya que saldrían,

—debes ponerte bonita tenemos una cena hoy— dijo sonriendo con malicia, Lucas estaba dispuesto a hacer sufrir a Mireya,

Era una venganza, él odiaba sentirse rechazado es una persona que le gusta tener el control y haría todo lo posible para doblegar a Mireya, pero aunque se sienta destruida le será muy difícil doblegar,

Lucas se fue y dejó la ropa que compro para Mireya en la cama y se fue para volver más tarde,

—¿estás lista, cariño?—le pregunto mientras se arregla frente al espejo,

—estoy lista—respondió Mireya, aunque estaba radiante su rostro se veía cansado y agotado, no podía descansar bien,

*la ropa que le compró Lucas*

—estoy lista, ¿a dónde me llevarás?—pregunto, sabía que debía estar alerta, ya que Lucas no es alguien confiable,

Lucas sonríe, era sabido que tenía algo planeado,

—ya lo verás cariño, solo no me causes problemas, ¿de acuerdo?—dijo mientras intenta acariciar el rostro de Mireya,

Mireya le aparta la mano con desprecio, odiaba que Lucas la tocara,

Mientras tanto Caesar entrena y se prepara para ir por Mireya está vez no existe él error, el volverá con Mireya a como de lugar,

*Caesar entrenando*