Eva Winchester a la edad de 7 años pierde a sus padres quedando al cuidado de sus tíos que la toman como hija adoptiva.
Eva se encierra en su mundo de soledad con el dolor en su corazón por la pérdida de sus padres, donde sus emociones son contradictorias, sobre todo al aislarse de las personas que la rodean.
Llega el momento que alcanza su adolescencia donde ella cree haber encontrado a la persona que le cambiaría la vida... sin embargo, al confiar en la persona menos indicada la llevará a hundirse más en la depresión y la ansiedad.
Su vida dará un giro de 180° donde se muda de país encontrando personas que la ayudarán a salir adelante...
Acompáñame en esta nueva historia donde nos hará erizarnos la piel en apoyo a Eva quien necesita ayuda de urgencia.
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Capitulo 12
Eva:
Abrí la puerta de mi habitación… escuchaba tocar a mi tía Naima el piano, caminaba por el pasillo, su melodía era tan hermosa como ella misma, después de lo sucedido tenía que saber que estaría pensando de mi.
Bajé unos escalones sostenida del barandal, la melodía me envolvía a un mundo de romanticismo en especial por todo lo que he pasado con Brandon, ella se dio cuenta que me había levantado, dejó de tocar levantándose.
Naima: ¿Cómo te sientes?
Eva: Bien.
Naima: Le dije a Leslie que iríamos con ella.
Eva: No tía no hace falta…
Me senté reposando mis codos en mis piernas, sostenía mi cabeza viendo que mi tío ya se había ido al trabajo.
Naima: Eva… me preocupas, hace tiempo que no tenías esas crisis, todo por… un chico…
Eva: No, fue por él. No me quiero ir, tengo una vida tía, te consta lo difícil que me ha sido todo esto, si me mudo, nadie se va a querer llevar conmigo.
Naima: Tu tío y yo lo estuvimos hablando, quedamos en un acuerdo.
La miré con lagrimas en los ojos, quería saber lo que habían quedado antes que pensara en una tonteria.
Eva: ¿Cuál?
Naima: Hablará con el señor Weston Moretti, si le da la oportunidad de hacer el trabajo desde casa, pero si se niega, me dijo que rechazará la oferta, más que nada por el simple hecho de saber que estas pasando por un proceso…
Eva: ¿Qué proceso? La vida ya me dio por todas partes y aun sigo viva.
Naima: Eva, mi amor, amm, sinceramente me preocupa el hecho que estes viéndote con ese chico Brandon, no tengo nada en contra de él, pero es mayor que tú.
Rodé los ojos dejando caer mi espalda en el respaldo del sillón crucé mis brazos moviendo mis piernas con movimientos rapidos, ella reposó su mano apretando una de mis piernas, negó con la cabeza.
Naima: No lo hagas difícil, siempre has sido una niña que obedece, que hace bien las cosas, bueno… de las notas ni te diré.
Eva: He mejorado…
Naima: Lo sé, pero ahora Eva, a tu edad hay otras prioridades, tanto que es mejor de lo que te puedes perder con un chico mayor que tú, no lo sabes, pero también él se puede meter en problemas, hablamos de problemas legales, no está permitido que un menor salga con un mayor.
Me puse de pie, hay empezaba esa cantaleta nuevamente, no iba a ceder, lo que ellos querían no era para mi algo que quería.
Me di la media vuelta mirando fijamente a mi tía.
Eva: No eres mi madre para decirme con quien debo o no salir… solo eres mi tía que te di pena y lastima y por eso me adoptaron como hija… AMO A BRANDON Y NO LO VOY A DEJAR.
Mi tía se levantó, di un paso hacia mí, levantando la mano que con todas sus fuerzas me soltó una cachetada mandándome al otro sillón logrando sostenerme. Mi mano cubría el lado que me había golpeado, me ardía demasiado. Negué con la cabeza.
Sus ojos se llenaron de lagrimas, mantenía la mirada en mi, entreabrí mis labios dándome cuenta que nunca le había hablado de esa manera y menos le decía esas cosas.
Naima: ¿Cómo puedes decirme eso? ¿Ahhh? ¿Cuándo te he echado en cara que me diste pena? ¿CUAAANDOOOO? NUNCA EVA… JAMAS TE HE DICHO NADA DE ESO POR QUE NO ES LO QUE SENTÍA AL TENERTE A MI LADO, JAMAS SENTIRÍA ALGO COMO ESO, ERES DE MI SANGRE, QUE SEAS LA HIJA DE MI HERMANA ME DA DERECHOS SOBRE TI, POR QUE TE AMO, POR QUE TE QUIERO, POR QUE ERES MI VIDA ENTERA, POR ESO TE ADOPTAMOS, POR QUE TE QUIERO COMO UNA VERDADERA HIJA, NO ME INTERESA QUE TUS PADRES SEAN EL MEJOR RECUERDO… PERO NUNCA… ESCUCHAME BIEN… NUNCA HE SENTIDO LASTIMA POR TI NI PENA. ERES MI HIJA TE GUSTE O NO, A MI NO ME VOLVERÁS HABLAR DE ESA MANERA, ME VAS A RESPETAR IGUAL QUE A TU TÍO GIAN…
Ni podía contestarle al escuchar lo que ella me decía, aquí la única que ha hablado de más he sido yo.
Naima: Olvida esa fiesta a la que pensabas ir hoy.
Eva: ¿Por qué no?
Naima: Por que es una orden.
Se dio la media vuelta, subía las escaleras tropezándose con una, ni hizo nada para mirarme y saber lo que dije estuvo muy fuera de lugar… Me senté escuchando cuando la puerta se cerró. Levanté la mirada hacia el corredor, restregaba mi mano en mi mejilla del dolor que tenía por el santo golpe… negué con la cabeza… respiré sacando el celular de mi bolsillo, ahora todo se complicaría para salir.
Escribía un mensaje para Brandon, era mejor cancelarle antes que él viniera a casa y se armara cosa que no quería meterlo en problemas.
“Hola amor”
Bajé el celular sin tener respuesta, miraba hacia la puerta de la habitación de mi tía, me sentía muy mal por lo sucedido, sino arreglaba las cosas sería inútil que Brandon me insistiera a que vaya, además todo ya había quedado entre él y yo, no lo quería echar a perder.
Me levanté sin tener más remedio, además nunca se ha disgustado de esa manera conmigo. Mi celular empezaba a sonar, miré la pantalla viendo el mensaje de Brandon, sonreí sentándome en el bracero de otro sillón.
“hola”
“¿Cómo estas?”
“Bien”
“amor, te aviso que se han complicado un poco las cosas, no creo poder acudir a la fiesta”
“¿Qué sucedió?”
“Mamá se enojó conmigo por algo que discutimos, pero me castigó en no ir a la fiesta”
“Vamos Eva, ya habíamos quedado”
“Te estoy avisando en no poder ir”
“como veas, no me queda más remedio que buscar con quien ir… nos vemos”
“No, no… no quiero que vayas con nadie más”
“Eva, siempre complicas las cosas, se me hace que solo son pretextos, pero que me puedo esperar de una niña de tu edad”
Tragué saliva, como dije, él y yo ya habíamos quedado que esta noche sería algo especial para nosotros, así que tenía que ingeniármelas, así tenga que suplicar a mi tía, tenía que ir. Entraba una llamada, rayos… Se trataba de mi tío, seguro ya le avisó lo que había sucedido, desvíe la llamada contestando a Brandon.
“Esta bien… veré la manera de ir, si no logro conseguir que me dejen salir, escaparé y te aviso donde vernos”
“esa es mi chica”
“Te amo, mucho, no lo olvides”
“Nos vemos en la noche, ahhh por cierto, depílate completa, me gusta las mujeres al natural”
Entreabrí mis labios, ¿depilarme? Se refería a mi parte… pero… solo me he depilado las piernas, allí nunca lo he hecho. Negué con la cabeza, puse el celular en silencio, no quería que me interrumpieran ahora que hablaría con mi tía.
Estaba decidida, no podía dejar las cosas así, al menos intentar que me dejaran salir. Subí al ultimo escalón mirando hasta el fondo la puerta de su habitación. Me armé de valor, todo sea para ir a la fiesta. Caminé lentamente, sostuve la perilla de la puerta, la solté, alcé mi mano queriendo tocar, pero mi mano temblaba, la sostuve negando con la cabeza.
Eva: (susurrando) Tú puedes… vamos Evita.
Abrí la puerta, aseché un poco, ella no estaba en la cama, abrí un poco más entrando muy despacio, la puerta del baño esta abierta, así que en el baño tampoco estaba, di unos cuantos pasos cuando la vi sentada sobre sus piernas en el armario, tenía en sus manos mucha ropita pequeña, recordé esa blusa más cuando la abrazó.
Mis ojos se humedecieron, me partía el corazón por lo que le había dicho, ella no se lo merecía. Reposé mi mejilla en el marco de la entrada. Sus lagrimas no dejaban de caer, la doblaba con mucho cuidado.
Eva: Tía.
Se detuvo en seguir doblando, se apartó las lagrimas pasando su mirada triste hacia mi, sonrió extendiendo su mano hacia donde me encontraba, no lo pensé ni dos veces cuando me acerqué sentándome sobre mis piernas, mis lagrimas empezaron a caer.
Eva: Lo siento tía, no quise decir eso.
Naima: Si quisiste, por eso lo dijiste, pero… aun así mi amor, te amo, no importa las veces que me digas cosas el amor no cambia.
Eva: Lo lamento mucho. En verdad no sé que me está pasando.
Sostuvo mis manos, levanté la mirada hacia ella, se veía tan triste y es cuando me preguntaba como pude ser capaz de hablarle así y hacerla llorar, era muy raro en mi tratarla mal.
Naima: entiendo por lo que estas pasando, igual tuve tu edad, pero un chico no nos define, por el contrario, siempre han que amarnos y respetarnos por sobre todas las cosas, Brandon Obrien, no es para ti, cariño, quizá me termines odiando, pero solo te digo lo que es, es mucho mayor, apenas estas abriendo tus alas y veo que quieres hasta correr cuando no has ni aprendido a caminar, tus emociones te están haciendo ver las cosas de otra manera, debes ser fuerte y controlarte por que si haces lo que siempre te dicte tu corazón… Terminarás muy lastimada y es lo que no quiero.
Eva: Pero él me quiere.
Naima: No lo dudo, eres preciosa y de un corazón hermoso, pero sé que Brandon se irá a intercambio de universidad, él se irá a otro país.
Eva: Lo sé, me lo dijo. Lo voy a esperar.
Naima: ¿a cuenta de que? Él estará lejos, tú aquí sometida a los pensamientos de lo que pueda estar haciendo, lo que esté pensando. No lo tomes a mal, pero es un chico atractivo, las chicas estarán a su lado y tú no. Él te puede decir que si, que serás la única, pero el momento será quien definirá.
Sonreí soltando una de sus manos, pasé mi mano por su mejilla, me acercaba a ella…
Eva: él y yo nos hemos hecho muchas promesas, hasta juramentos que siempre vamos a estar el uno para el otro.
Negó con la cabeza suspirando, sostuvo mi barbilla acariciando mi cabello dejando hacia atrás, me miró con tanto amor.
Naima: el amor a distancia no existe, se necesita tener más que un compromiso para sustentarlo.
Eva: Tía he visto parejas que dicen que la distancia no es un impedimento.
Naima: El amor a distancia no existe, la ausencia de la persona es el motor para los malos pensamientos, recuerda Eva, la mente es la peor traicionera, es la peor enemiga… Cuando una persona está separada de la persona que dice amar, a la edad de ustedes, pueden pasar muchas cosas, tanto que la distancia es un hilo tan frágil que cuando se den cuenta dejan de llamarse, de escribirse, de pensar en esa persona con muchos juramentos, cada uno aprende a tomar su vida en sus manos y actúa como la persona madura que es, luego tan fácil es que si en algún momento de la vida vuelven a encontrarse, es donde se darán cuenta que es amor de verdad o no.
Eva: Tía… él en verdad me quiere.
Suspiró abrazando mi cuerpo, la abracé inhalando su delicioso aroma tan dulce y lleno de amor. Acariciaba mi cabello una y otra vez.
Naima: No quiero que sufras más de lo que ya has sufrido, te mereces una vida digna de tu edad, si, sigues pensando que Brandon es el indicado y tienes que soportar su ausencia, entonces está siendo egoísta contigo y eso…
Se apartó mirándome fijamente, ya estaba más seria de lo que parecía.
Naima: Eso Eva, te va a demostrar que no te merece.
Sinceramente mi tía tenía una manera muy extraña de pensar, nada de lo que ella me dijera era mi realidad con Brandon, él me ha demostrado que le importo, tanto que quiere que sea la única que lo acompañe a la fiesta.
Humedecí mis labios, era ahora o nunca… respiré armándome de valor, abrí mi boca queriendo empezar a hablar cuando se iba poniendo de pie, escoraba la cajita donde tenía mucho rescuerdos míos cerrando las puertitas de las gavetas.
Naima: No Eva… sé tus intenciones, pero No, no tienes permiso para salir esta noche.
Eva: ¿Por qué? Tío ya me había dado permiso.
Naima: Aprenderás a conocer las consecuencias que tienen tus actos. Se te ha pasado muchas cosas, pero esta vez No. Así que mejor llama a Brandon y cancela esa salida. No quiero escuchar ni una sola palabra de esa dichosa fiesta. Estas con consecuencias y los vas a tolerar.
Salió del armario, no me regañó y tampoco era dura conmigo, estuvo bastante decente la platica, pero ni hablar mi propia tía no me dejaba otro remedio más que actuar por mi misma. Tenía muchas ilusiones de ir a la fiesta y no me la iba a perder por nada del mundo.
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