La Gavia una emblemática hacienda llena de historia cerca de la capital del país, la cual solo puede ser heredada por un Sámano. A veces pensamos que es solo casualidad que sucedan los mismos infortunios para el heredero, terminando solo y consagrado a favor de mantenerla en pie. Es la segunda parte de La gavia, aquí conoceremos el destino de Matías Sámano. Sobre todo las decisiones y el cambio de Cecilia. También la traición y el engaño de parte del esposo de Cecilia, creando una enemistad con otra familia importante de la comunidad. En la guerra y el amor todo es posible, es ahí donde nace el amor entre Matías y Paulina. Sin saber el porqué de la rivalidad entre sus familias. Poco a poco quedará al descubierto la causa del conflicto entre ellos.
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Capítulo 15
Cecilia volvió histérica a la hacienda, Rocío la esperaba para su desayuno. Tenían tiempo que no la veían de esa manera es como si todo estuviera a punto de estallar.
—¿Va a desayunar señora?—
—No Roció quiero estar sola.—
—Mamá espera—dijo Alejandro
—Ahora no hijo.—estaba a la mitad de la escalera cuando observó a Alejandro, al lado de él estaba Matías. Cecilia lo miraba decepcionada.—sube a mi habitación Alex.—agregó Cecilia sin dirigirle la palabra a su amado hijo mayor.
—En verdad está molesta conmigo.—expresó Matías
—No te preocupes, ella nos ama por sobre todas las cosas. Necesito decirle que ya me voy a mi casa.—abrazo a su hermano y subió a hablar con su madre
Matías no podía esperar más después de visitar a Julio en los establos, saldría a ver a su amada Paulina ansiaba verla.
—Mamá ya me contó todo Matías.—
—Alejandro todo lo hice por ustedes, he aguantado muchas cosas. Nunca pude perdonar a tu padre, no quiero que tu hermano viva lo que le pasó a Heriberto con esa prostituta.—
—Heriberto supongo es el papá de Paulina, mamá no estoy abogando por nadie. Pienso que deberías darle la oportunidad a mi hermano de que se case con quien él ame, aunque se case con otra corres el mismo riesgo que le sea infiel. O que mi hermano sea infiel como mi padre.—
—En eso tienes razón, pero no quiero que sea con la hija de esa mujer. Ella arruinó mi única posibilidad de ser feliz, he vivido en esta mentira todos estos años por su culpa.—
—Deja el pasado, aún puedes buscar tu felicidad. Aunque eso signifique dejar a mi papá, y que hable la gente que no te importe. Lo importante aquí es lo que a ti te haga feliz.—Alejandro era su refugio, todos sus hijos eran importantes en su vida.
—No te vayas, necesito que te quedes para ayudarme a enfrentar lo que haga tu hermano. Por favor.—
—Me quedaré madre, hasta que todo esté en calma.—
Alejandro abrazaba a su madre, trataba de comprenderla pero se es difícil cuando aún eres joven y sin experiencia. Más tarde Matías salió para buscar a Paulina, ella escuchó la camioneta no tenía el valor de pedirle que se fuera. Que no la buscara más.
—Hija tienes que decirle que terminaron, tú madre es capaz de todo.—decía Natalia
—No puedo herirlo, lo amo mucho.—
—Está bien, iré yo antes de que tú madre salga y sea peor.—
Natalia salió para correrlo, sabía que su hermana era capaz de dispararle. Ella quería evitar una tragedia.
—Mi sobrina ya no quiere verte, así que por favor vete y olvídate de ella.—decía Natalia llena de seguridad
—Es una broma verdad, en eso no quedamos ella y yo. Paulina sal!!! Y dímelo de frente.—gritaba Matías
—No grites y vete muchacho, ya no le traigas más problemas a mi sobrina.—
—No me voy a ir hasta que Paulina me dé una explicación.—insistía Matías, mientras Paulina lloraba de desesperación. En eso Romina bajó con su escopeta en mano para correrlo
—Mamá qué vas hacer, por favor no.—le suplicaba Paulina y Sofía
—Quítense de mi camino, lo voy a correr como se debe.—salió sin que nadie pudiera evitarlo, Natalia estaba asombrada.—Que no entiendes, que te largues y te alejes de mi hija. Ella no va ser tu burla, así que consíguete una de tu clase. A mi hija déjala en paz, primero muerta antes de permitir que se case con un pretencioso como tú.—lo amenazaba Romina mientras le apuntaba
—Yo amo a Paulina y quiero casarme con ella.—
—si claro eso que te lo crea tu abuela, tú madre estuvo aquí en la mañana para amenazarnos. Y yo le tomé la palabra aléjate de mi hija o te mato. No quiero problemas con los Sámano.—para que viera que hablaba en serio disparo a la camioneta de Matías
—Te has vuelto loca.—decía Natalia muerta de los nervios
—eso no se va a quedar así, tarde o temprano Paulina me tiene que dar la cara. No puede estar encerrada para siempre.—insistía Matías
—Por favor vete Matías antes de que ocurra una tragedia.—suplicaba Natalia
Matías subió a su camioneta, no podía creer que Paulina no haya salido a decirle que ocurre. pero la que si le daría una explicación era su madre. Romina no dejó de apuntarle hasta que se fuera, no pudo evitar pensar en Heriberto y cuando lo asesino, aunque esa escopeta había quedado enterrada donde nadie la pudiera encontrar, pero Cecilia sabía su secreto es por eso que la ayudaría a separarlos.
Paulina no dejaba de llorar solo de pensar que su madre casi acababa con la vida del hombre que amaba. Matías llegó a su hacienda hecho una furia, sabía que todo esto era culpa de su madre.
—Mamá!!! Mamá!!!—
—¿Que pasa?—respondió Cecilia
—Porque fuiste a ver a Paulina, por tu culpa me mandó al diablo. No tienes derecho de meterte en mi vida, serás mi madre pero es mi vida, yo soy el único responsable de mis decisiones.—
—Te lo advertí, me sorprende que esa muchachita sea más consciente que tú. Ella sabe que no pertenecen al mismo lugar, tú eres el heredero de la gavia y ella una simple campesina.—
—Si no la recupero, te juro que me iré lejos romperé cualquier relación contigo y no me vas a volver a ver. Una madre debe apoyar siempre a sus hijos, pero tal parece tú no entiendes eso.—
—Matías, espera hijo.—se sentía frustrada pero le alegraba que Paulina lo haya terminado.
Alejandro veía con desaprobación lo que habían hecho para separarlos, buscaría a Natalia para ayudarlos a que estuvieran juntos y arreglaran las cosas.