Matrimonio Asegurado. Com

—¿Y bien? —insisto viéndolo como se sirve una copa de brandy, eso me indica que no me gustara lo que tiene para decirme.

—La chica tiene carácter —comienza a decir, caminando, se para en frente del gran ventanal que da al exterior y se puede ver la cuidad—. Creo que seguiremos con mi plan.

—¿Estás loco? —niego y me levanto de mi silla para dirigirme a mi pequeño bar, tomo una copa y me sirvo un wiski—. Ya te dije que no pienso seguir casado con un espantapájaros que de seguro quiere un momento de fama.

—No lo creo —dice sin siquiera mirarme, eso me fastidia—. Además, la chica de espantapájaros no tiene nada, es muy bonita.

—Tus gustos por lo general no coinciden con los míos, pero más allá de eso no sé qué la llevo a hacer algo tan fuera de lo común solo con el beneficio monetario —apuro la copa que tengo y me sirvo otro trago—. ¿Quién sabe de lo que es capaz?

—Esta noche la conocerás y podrás sacar todas tus dudas, pero desde ya te anticipo que sería bueno que finjan que son un matrimonio feliz y te ganas la confianza de los socios a la vez que le demuestras a tu padre que estas más que calificado para dirigir la compañía.

—Eso lo puedo lograr sin siquiera seguir casado con... con... esa —digo dudando.

—Sabes lo anticuados que son, no te será fácil conseguir la presidencia si no dejas esa vida de libertinaje que llevas —voltea a verme y me apunta con su copa—. Cosa que no te digo que abandones solo que finjas que llevas un matrimonio como Dios manda y les haces creer a todos lo bueno que eres, una vez que los tengas en la bolsa tendrás la presidencia y luego puedes botar a esa mujer, eso sí es lo que quieres.

—¿Cómo crees que voy a querer lo contrario? —casi me rio de sus palabras.

—Aún no la has visto y tiene un carácter peculiar. Esta noche cuando salga de trabajar la iremos a buscar y la llevaremos a tu departamento, ahí hablarán y se pondrán de acuerdo.

—¿Ya lo planeaste todo?  ¿Verdad? —parece que está leyendo un guion— ¿Cómo es eso que trabaja? Con todo el dinero que le transferiste, aun así ¿Trabaja? —no lo puedo creer, eso lo tendré que ver con mis propios ojos.

—Como ya te dije, es una mujer muy peculiar, diferente —murmura pensativo—. No creo que el dinero que le deposite lo use para beneficio propio.

—Seguro es una dragadita —supongo—, o peor aún, le debe mucho dinero a la mafia rusa.

—Ahora el que delira eres tú —se burla Naguel, pero no sabemos que ha hecho con ese dinero.

—¿Pudiste ver algún tipo de movimiento de su cuenta bancaria? —pregunto y veo como toma su celular, teclea y luego niega mi pregunta. Esto me parece por demás de raro—. ¿Entonces para que una persona de su condición necesitaría dinero?

—Eso lo sabrás esta noche cuando pasemos por ella, la llevas a comer y le haces todas las preguntas que quieras.

Bufo y asiento derrotado, no queda de otra, esta noche conoceré a mi estimada esposa.