LA VENGANZA DE LAS GEMELAS

...Días después....

...Maribel....

— ¡TE VOLVISTE LOCA!. — Irma enserio perdió la cabeza.

— No es una mala idea.

— No claro que no. De verdad que cada día me convenzo más de que yo tengo las neuronas que te faltan.

— ¿Porqué te molesta tanto mi idea?. — ¿Enserio se atrevió a preguntar.?

— Porqué es una estupidez. Sebastián es un buen hombre. El mejor que he conocido. Jamás, óyeme bien, JAMÁS jugaré con el.

— Házlo por mi. Danilo jugó conmigo, me trató cómo la envoltura de un chocolate. Lo menos que merece es que yo me desquité un poco.

— Tú lo has dicho, DANILO. Sebastián no tiene nada que ver en esté asunto.

— Es el mejor amigo. ¿Tú creés que no se reían a mis espaldas?, ¿que no se divertía viendo cómo su amigo jugaba conmigo?

— Eres su amiga también, ¿porqué iba a reírse de tí?

Irma se quedó sin palabras por un rato.

— Me engañaste. Claro por eso el se sorprendió tanto cuando dije que era mi mejor amigo. — Ahora muchas cosas tenían sentido.

— ¿Le dijiste eso?. — Todavía tiene animo de reír la tonta esa.

— ¿Porqué me engañaste?. — Mi nivel de enojó estaba sobrepasando mi cabeza.

— Lo siento si. Sólo quería jugarte una broma.

— Si no fuera porque somos gemelas empezaría a dudar que eres mi hermana.

— No lo dudes. Si somos hermanas. Y por esos lazos sanguíneos debes ayudarme.

— Ya te he ayudado suficiente. Sebastián no merece que yo le haga daño. Y no pienso hacerlo.

— ¿Porqué te importa tanto ese tipo?. No me digas que te gusta..

— No digas tonterías, el no me gusta.

— Me olvidé que eres lesbiana.

— Mejor olvida tu estupidez esa. — Colgué molesta.

Me fuí a la oficina. Sin querer escuché cómo los empleados murmuraba cosas de mi y Sebastián.

— ¿Puedes creerlo?, la dejaron y se fue a consolar con el mejor amigo del señor Danilo.

¿Qué yo qué?

— Yo no saldría con el mejor amigo de mi ex y menos si es tan feo cómo el señor Sebastián.

¿Cómo te atreves a decirle feo a Sebas?. Es poco agraciado pero sus ojos son muy lindos, sus labios son carnositos y de cuerpo tampoco está mal. Pero que tonterías piensas Maribel. ¿Acaso te gusta Sebastián?

— No hables así de el. Si te escucha te despedirá.—Otra empleada habló.

— El no la escuchó pero yo sí. — Las tres empleadas palidecieron, en especial la que ofendió a Sebas. — Estás despedida.

— No señorita por favor. Lo lamento. No quise decir lo que dije. Necesito el trabajo. No me despida. — Suplicó.

— Si necesitas el trabajo ocupa tú tiempo en el trabajo. No en crear rumores.

— No volverá a suceder.

— Porsupuesto que no. Ya te dije que estás despedida.

— No por favor. Por favor. — Sus ojos se cristalizaron. — Se lo suplico. Necesito el trabajo.

— ¿Qué está pasando?. — Sebastián interrumpió.

— Estoy despidiendo a está empleada.

— ¿Porqué?

— Dile. — Observé a la empleada.— ¿O le digo yo?

— Señor lo lamento mucho.

— No entiendo.

— Yo dije que... — Dudaba en hablar. — Qué usted es feo.

Sebastián parecía muy tranquilo.

— No te disculpes. La verdad no peca.

— ¿Cómo es posible que sólo le digas eso?. — Reclamé enojada.

— Irma, no vamos a despedir a una empleada por expresar su opinión.

Cada cabeza es un mundo y yo definitivamente no entiendo el mundo de Sebastián.

— ¿De verdad no va despedirme?. — Preguntó la empleada con alivió.

— Si. De verdad. Regresa a tú trabajo.

— Muchas gracias señor. Y en verdad lamento lo que dije.

— Sí lo lamentas no vuelva a decirlo. — Le dí un último regaño y entré al elevador. Sebastián entró conmigo.

— ¿De verdad no te molesto lo que ella dijo?

— He recibido ese tipo de comentarios desde hace mucho tiempo, antes me afectaban pero ahora no.

— ¿Sebas?

— Dime.

— ¿Porqué te gustó?

El sonrió.

— Eres bonita.

— ¿Sólo por eso?

— Si.

— ¿Cómo es posible que te guste alguien sólo porque es bonita?

— Seamos honestos. A todo el mundo le gusta la gente bonita. Si no fuera así, tú hubieras salido conmigo en lugar de Danilo.

Danilo podrá ser muy guapo pero es un payaso. Yo yo nunca saldría con el.

— Tú jamás saldrías conmigo. ¿Porqué?, porqué no te gusta mi físico. Y lo primero que te atrae en una persona siempre, siempre es el físico.

En eso tiene mucha razón. Las personas siempre vemos el físico de otra antes de ver su personalidad. Pero cuando conoces a alguien tan lindo cómo Sebastián el físico pasa a segundo plano. O al menos eso me está pasando en éste momento.