El Diablo Usa Tacones

Eliza

Para Germán yo era la peor mujer, el mismo diablo en tacones como el dice, pero túve que hacerme fuerte para llegar hasta donde estoy, ahora menos que nunca debo hacerle saber mis sentimientos ya que solo saldré herida tal vez mi destino está junto a Mauricio el es un hombre de mi edad ya está establecido es el hombre perfecto según mi familia de hecho creo que lo quieren más a el que a mí y justo cuando estaba pensando en el llegó con un hermoso ramo de rosas rojas, el me invitó a comer y claro yo acepte pensé que me llevaría a un restaurante pero no, me llevo a un pequeño parque Mauricio era un hombre muy detallista era una especie de picnic algo muy romántico y es que Mauricio se desvive por hacerme feliz y eso me hace sentir culpable porque por más que lo intento no puedo amarlo de la forma que el se merece, comimos tranquilos destapamos una botella de vino tinto y ahí vino la proposición.

--- Eliza se que llevamos muy poco tiempo de novios pero esto que siento no puede esperar-- el se inco y yo estaba sudando frío no esperaba esta propuesta tan pronto sentí como una gota de agua fría recorrer mi espina dorsal, las palmas de las manos me sudaban incluso cerré los ojos esto no debía de estar pasando mis nervios estaban de punta.

--- Eliza ¿Quieres casarte conmigo?--- dijo el, pero yo que debía de hacer una parte me decía sal corriendo vive al máximo pero mi parte racional me decía debes de hacer lo que todos esperan, y mi diablo internó seguía gritando si has llegado hasta aquí no es porque hayas escuchado a la gente tú eres única, pero mi parte racional decía crees que Germán se va enamorar de ti, si el cree que eres el diablo Mauricio es tu último tren no lo desaproveches.

--- Si acepto--- salió de mi boca casi por inercia, Mauricio coloco el anillo de compromiso y dijo:

--- Por un momento creo que no aceptarias, te vi dudar o eran los nervios---

--- claro que son los nervios no esperaba esta propuesta tan pronto--- dije tratando de creer mi propia mentira, Mauricio me besó seguimos tomando y comiendo, ese tarde no volví a la oficina Mauricio quería que nuestra relación diera el siguiente paso incluso trato de besarme con mucha pasión pero yo fingí en gran dolor de estómago incluso fingí náuseas argumentando que el vino me había caído mal el quiso acompañarme pero yo no lo deje puse de pretexto que tenía que dormir, como podía con tantas mentiras no lo sé, a quien quiero engañar si no quiero tener sexo con el ahora dudo que después sienta deseo, mi móvil no dejaba de sonar y esa era mi madre de seguro ella ya sabía de la propuesta de Mauricio, yo ignore todas sus llamadas lo que menos quería ahora era escuchar sus felicitaciones y que por fin hice lo que cualquier mujer decente. Ya por la mañana voy a mi trabajo y lo primero que me encuentro es a mi madre emocionada por mi futuro matrimonio incluso lo gritó para que todo mundo la escuchará, vi como Germán se retiró al escuchar la noticia parecía que no le importara pero después de todo por qué le tiene que importar para el solo soy su jefa, y el para mí es el hombre que ha robado mi corazón el dueño de cada sueño erótico.