Alquilé una esposa

Elena y Ethan volvieron a casa, y cuando llegaron, Elena fue directamente a su habitación y cerró la puerta con rabia. Ethan fue a la oficina y Thomas entró con él.

Thomas: Wow... dude... ¿qué hiciste?

Ethan: (aflojándose la corbata) ah... *suspiro*

Thomas: Vamos, Ethan, dilo de una vez...

Ethan: Ah, esta chica... es demasiado dulce, no pude resistir...

Thomas: ¿No pudiste... resistirte?!?!?!?

Ethan: Oye, amigo, qué mente tan sucia, ¡por favor! Solo discutimos... ¡eso es todo!

Thomas: Ah, mente sucia, nada más, tú dices cosas que se pueden interpretar de distintas formas...

Ethan: Ya veo...

Thomas: Ve a hablar con ella.

Ethan: Espera, ¿yo ir a hablar con ella?

Thomas: No, haz que Charles se disculpe por ti...

Ethan: Puede ser una buena idea...

Thomas: ¡Mierda! ¿Será posible? ¿Cómo puedes ser tan tonto y, al mismo tiempo, ser el dueño de la empresa de importación y exportación más rica del país?

Ethan: ¿Has perdido la cordura, Thomas? *amenazante*

Thomas: Yyyy... no me vengas con eso, primito, ¡no te tengo miedo, ¿vale?! Te estoy diciendo que vayas allá, pero si prefieres tener a una mujer enfadada en casa... entonces la decisión es tuya, colega.

Thomas se dio la vuelta y salió de la oficina sin decir nada, y Ethan se dejó caer en la silla mientras pensaba por un rato.

con Elena

Elena: ¡Ese idiota arrogante! ¡Ni siquiera hice nada y viene gritándome!

Elena entra quitándose el vestido y el resto de la ropa y los deja caer al suelo. Luego va al baño, llena la bañera y decide tomar un baño caliente para relajarse. Añade espuma y se divierte un rato intentando tranquilizarse. Después sale de la bañera y se envuelve en una toalla. Al entrar en su habitación, se encuentra con Ethan sosteniendo su vestido en la mano y mirando las otras prendas tiradas en el suelo.

Elena: ¿Qué estás haciendo?

Cuando la voz irritada de Elena resuena en la habitación, Ethan la mira y recorre lentamente su cuerpo con los ojos, lo que enfurece aún más a Elena.

Elena: Señor, sería mejor que se marchara, ¡está violando el contrato!

Ethan: Elena... espera, yo...

Elena se acerca a él y empuja su cuerpo grande hacia la puerta, pero apenas se mueve. Ethan sujeta sus muñecas y la mira a los ojos.

Ethan: Elena, para con esto, solo quiero...

Elena: Señor, ¡por favor, suéltame!

Elena comienza a debatirse, pero Ethan no la suelta y trata de mantenerla quieta. De repente, Elena se lanza hacia él y lo abraza, y con una de las manos aún sujetas por Ethan, gira su rostro hacia un lado. Ethan intenta mirarla confundido, pero ella sigue sosteniendo su rostro y apoya la cabeza en su pecho, soltando un suspiro.

Elena: Por favor... no intentes mirarme...

Ethan: ¿Qué? No entiendo...

Elena: Es que... sujeté la toalla, pero no tengo suficiente busto para mantenerla en su lugar y se... ¡se cayó!

Ethan se convierte en una estatua y siente su garganta seca, no se atreve a mirar y cierra los ojos, pero esto hace que sienta el cuerpo desnudo de Elena aún más pegado al suyo.

Ethan: Está bien... voy a cerrar los ojos y salir, ¿de acuerdo?

Elena: ¡No! La puerta todavía está abierta... alguien podría pasar...

Ethan: Mira, sé que estás enfadada conmigo, pero tendrás que confiar en mí, ¿de acuerdo?

Elena: Vale... pero solo conste que estoy enfadada por tu culpa.

Ethan sonríe ligeramente con la observación de Elena.

Ethan: Me voltearé y cerraré la puerta, luego seguiré de espaldas y te acompañaré hasta el armario. Entras y cierras la puerta, y yo salgo, ¿vale?

Elena: No vas a voltearte y mirarme, ¿verdad?

Ethan: Elena... si sigues hablando con esa voz dulce y sigues aferrada a mí por mucho más tiempo, no solo voy a mirar...

Elena se pone nerviosa y se ruboriza al instante, y se pregunta si oyó bien.

Elena: N-no, ve, ¡voltea!

Ethan se voltea de espaldas y Elena sigue abrazándolo con los brazos alrededor de su cintura, él cierra la puerta y luego camina hacia atrás hasta el armario. Siente que Elena se suelta y escucha el ruido de la puerta.

Ethan: ¿Ya puedo voltearme?

Elena: Puedes... espera en la sala, has sido amable, bajaré a hablar contigo...

Ethan: Certo...

Ethan sale de la habitación y Elena corre y se pone la ropa más tapada que tenía. Sale del armario y guarda su ropa tirada en el suelo, sintiéndose completamente destrozada de vergüenza.

Elena: "¿Qué rayos le pasa a este hombre? Un momento me está gritando que no me acerque y al siguiente insinúa que está excitado por mi culpa. ¿Será que está loco... o tiene trastorno bipolar? ¡Qué odio! Tenía que agarrarse de mí... ¡y encima desnuda!"

Elena se condena un poco más y luego baja lentamente hacia la sala. Ya era tarde y solo la chimenea estaba encendida. Ethan estaba sentado en uno de los sillones mirando el fuego con un vaso de whisky en la mano. Se había cambiado de ropa, llevaba un suéter azul de lana y un pantalón de chándal negro, y parecía tener el cabello mojado.

Elena aprovecha que él no la vio y sube de nuevo y luego baja, ella se acerca a él y le entrega una toalla.

Ethan: ¿Qué es esto? (confundido)

Elena: Sécate el cabello, hace frío, puedes resfriarte...

Ethan: ¿Desde cuándo me hablas así?

Elena: Desde que me irritaste. Cuando me recupere, volveré a tratarte como antes...

Ethan la mira por un momento, toma la toalla y se la pone sobre la cabeza y comienza a frotarse el cabello.

Ethan: Siéntate...

Elena se sienta en el sofá frente a él.

Ethan: Quiero disculparme por la escena que hice en el museo. Tengo mis motivos, pero no justifica que descargara mi enojo en ti. Lo siento...

Elena: Hum... de acuerdo, también me disculpo por la escena en... mi habitación. Me entró el pánico... supongo. Pero usted incumplió una de mis cláusulas, así que creo que mis acciones quedan anuladas, ¿no?

Ethan: Supongo que podemos considerarlo así... entonces, ¿estamos a mano?

Elena: Sí, a partir de hoy continuaré con mi profesionalidad y espero que usted también lo haga.

Ethan: Mientras mi tentación siga debidamente vestida y no tan cerca... creo que no habrá problema...

Ethan dice la última frase levantándose y yendo hacia su habitación sin dejar que Elena diga nada.

Elena: Todavía me volveré loca...