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Acordes De Papel

Acordes De Papel

Status: En proceso
Genre:Romance / Yuri / Ídolo / Celebridades / Amor-odio / Pareja destinada
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Paula Vidal

Luna Vega es una cantante en la cima de su carrera... y al borde del colapso. Cuando la inspiración la abandona, descubre que necesita algo más que fama para sentirse completa.

NovelToon tiene autorización de Paula Vidal para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 12: Sombra de lo que Fuiste

Nick da un salto hacia el interior y señala con el dedo el primer instrumento que ve. 

Una guitarra que reluce en una vitrina.

—¿Puedo tocar esa?

Luna reacciona de inmediato, con un tono más brusco de lo que pretendía:

—¡No!

El niño se sobresalta, retrocediendo un paso.

—Perdón... —susurra, bajando la cabeza.

El silencio se hace pesado unos segundos. Luna respira hondo y suaviza la voz.

—No pasa nada, Nick... no es culpa tuya.

Sus ojos se posan en el instrumento. 

La guitarra de su padre. De madera oscura, perfectamente conservada, con su nombre bordado en oro en la parte inferior: Rick Vega. Nunca nadie, salvo él, había puesto las manos sobre esas cuerdas. Y así debía continuar.

Luna traga saliva y, con un gesto casi reverente, aparta a Nick hacia otra esquina, donde descansan instrumentos más modernos.

—Ven, te enseñaré con esta. Es más ligera, más fácil para ti.

Coloca la guitarra sobre sus piernas pequeñas, ajusta la correa y se agacha frente a él, mostrándole cómo apoyar los dedos. Le explica los acordes más sencillos: mi, sol, do. Nick se esfuerza, y aunque las cuerdas suenan torpes al principio, enseguida logra hacerlas vibrar con una naturalidad que sorprende. 

Tiene ritmo, oído, un brillo en los ojos que denota curiosidad innata.

Pero Luna... Luna no lo siente igual. Sus dedos, al marcarle las posiciones, recuerdan los papeles arrugados llenos de versos, esas letras que en otro tiempo eran celebradas como confesiones y ahora se critican como frías y calculadas. 

Cada acorde de Nick resuena en ella como un eco lejano de algo que tuvo y que ya no encuentra.

—¿Sabes qué pienso? —dice Nick, con la inocencia de quien dice algo obvio—. Que cantar es como contar una historia.

Luna parpadea.

—¿Una historia?

—Sí —Nick sonríe, orgulloso de su ocurrencia—. Cuando mamá me lee un libro, es como si me llevara a otro sitio. Y cuando alguien canta... debería ser lo mismo, ¿no? Como si me contara algo de verdad.

El silencio entre ellos se llena de ese comentario. 

Luna siente un nudo en el estómago: porque esas palabras, dichas por un niño de seis años, son las mismas que retumban en su mente desde aquella tarde en la cafetería.

—¿Y tú crees que yo... todavía sé contar historias? —pregunta, sin mirarle directamente.

Nick se encoge de hombros, rasgueando otra vez la cuerda.

—Yo creo que sí. Pero a lo mejor, lo único que te falta... es alguien que te enseñe cómo crearlas.

Luna se queda quieta, observando a su hermano pequeño acariciar las cuerdas como si lo hubiera hecho toda la vida. Y, por primera vez en mucho tiempo, en lugar de sentir miedo, siente una chispa. Un inicio. Una pregunta abierta.

El sonido del timbre rompe el momento. 

Luna sacude los pensamientos y se endereza, con un gesto cansado.

—Seguro que es mamá —murmura, mientras se levanta.

Pero no lo es. 

En la entrada, impecable como siempre en su traje oscuro, está el jefe de la discográfica MK records. Su sola presencia hace que el aire parezca más denso. No pierde el tiempo en saludos: Jennifer se acerca enseguida y lo conduce al despacho, con una seriedad casi militar.

Luna los observa desaparecer pasillo adentro, con una punzada de ansiedad. Si él estaba allí... nada bueno podía significar.

—¿Qué pasa, Lulu? —pregunta Nick, que ha asomado la cabeza tras ella.

Luna fuerza una sonrisa.

—Nada, campeón. Solo trabajo de mayores. ¿Por qué no buscas a Kiki? Seguro que está escondida en mi cuarto intentando robarme la almohada.

Nick ríe y sale corriendo escaleras arriba, mientras Luna se queda unos segundos frente a la puerta cerrada del despacho. 

El murmullo de voces se filtra débilmente, hasta que de pronto se eleva una discusión.

—¿Aplazaste todos los conciertos? —la voz masculina retumba, cargada de furia contenida—. ¿Te das cuenta de lo que significa eso? ¿Qué va a pasar con el nuevo disco ahora?

—Era lo mejor para Luna —responde Jennifer, seca, con ese tono de quien ya está cansada de repetir lo obvio—. Necesita descansar.

—¿Descansar? —se oyen pasos nerviosos—. Hemos invertido millones en esa gira. Millones. ¿Y tú vienes a decirme que lo mejor para nuestra estrella es esconderse?

Luna no aguanta más. Empuja la puerta y entra. Ambas miradas —la de su jefe y la de Jennifer— se giran hacia ella.

—Luna, ¿qué haces aquí? —suelta Jennifer, crispada—. Esto no es asunto tuyo.

El jefe de la discográfica da un paso hacia ella, como si quisiera atravesar cualquier excusa con su presencia.

—Dile a tu manager que está equivocada. Que debes saltar al escenario. Que debes cantar tus canciones.

Luna aprieta los labios, sintiendo la presión de ambas miradas sobre ella.

—No puedo hacer eso —responde al fin, con voz firme, aunque sus manos tiemblen.

El hombre la mira como si no hubiera oído bien.

—¿No puedes? —su tono se vuelve cortante—. Escúchame, Luna. Si no sacamos música en los próximos meses, vete olvidando de conseguir el Premio Ícaro.

La mención del galardón la golpea como un puñetazo en el estómago. 

El Ícaro. El premio que su padre había ganado a su edad, el que siempre había visto como un faro imposible de alcanzar. Era lo que había buscado durante años... y ahora parecía escaparse de entre sus dedos.

Traga saliva y fuerza la pregunta:

—¿Cuánto tiempo tenemos?

—Seis meses para la entrega —responde él, casi con sorna—. Y créeme, no vas bien encaminada.

—¿Cómo vamos en las listas? —pregunta la cantante, tensa.

—Luna... no quieres saber eso —murmura Jennifer, intentando cortar en seco.

No obstante, el jefe no tiene la misma paciencia. 

Saca su móvil y lo coloca frente a ella. En la pantalla, los gráficos son claros: cada semana, sus canciones descienden más y más. El efecto de la cancelación de la gira y el parón indefinido es un lastre imposible de ocultar.

—Se acabó el aura de intocable —añade el hombre, implacable—. O reaccionas, o caes.

El silencio se rompe con la voz de Luna, baja, pero cargada de algo distinto: una decisión que ni ella misma esperaba.

—Jennifer, tengo una idea. Pero no creo que te vaya a gustar.

Su manager la mira, frunciendo el ceño.

—Por enésima vez, Luna... no vamos a retomar la gira.

—No —la interrumpe Luna, adelantándose—. No quiero eso. Lo que quiero es... escribir un nuevo álbum. Nuevas canciones.

El jefe de la discográfica la observa como si hubiera perdido la cabeza.

—¿Un álbum nuevo? ¿En tan poco tiempo? ¿Cómo pretendes hacer eso?

Luna respira hondo. Sabe lo arriesgado que suena, pero por primera vez en años lo siente real, posible.

—Sé que puede sonar a locura. Pero sé que puedo hacerlo. Al menos con ayuda.

El hombre asiente, ya alzando una ceja.

—Buena idea. Contrataremos diferentes canta autores. Los mejores. Harán el trabajo sucio y tú solo tendrás que... —chasquea los dedos, sonriendo con suficiencia— poner tu nombre en la portada.

—No —La palabra de Luna corta el aire como un golpe seco.

La cantante no responde al instante. 

Se queda mirando el suelo, pero en su cabeza no hay vacío: resuena la voz de Nick, esa frase sencilla "a lo mejor lo único que te falta es alguien que te enseñe a crearlas"

El despacho queda en silencio. 

Jennifer la observa, intrigada. 

El jefe, molesto.

Luna se endereza en la silla.

—No. Debo hacerlo yo. No necesito que otros inventen mis palabras. Solo necesito... —sus labios tiemblan un segundo mientras busca la frase— alguien que me enseñe cómo volver a juntarlas.

Levanta la vista con una chispa en los ojos.

—Necesito a esa chica... Selena.

—No me suena... ¿Ha trabajado con nosotros alguna vez? —Jennifer frunce el ceño, desconcertada.

Luna niega despacio.

—No. Nunca ha estado cerca de la industria. La conocí fugazmente en aquella cafetería, hace una semana.

El jefe de la discográfica estalla en una carcajada seca.

—¿Estás de broma? ¿Una desconocida, sin currículum, sin experiencia en la industria? ¿Vas a apostar un Ícaro a eso?

Luna continúa, sin dudar:

—Habló conmigo sabiendo perfectamente quién era yo. Y aun así, me trató como a cualquiera. No como a una estrella intocable, no como a un producto. Fue la única que se atrevió a decirme lo que pensaba de mis canciones, sin miedo, sin filtros. Nadie hace eso. Nadie me dice la verdad, salvo tú —mira a Jennifer—. Y ella.

Hace una pausa, y su voz baja, casi íntima:

—Y lo más importante... detesta mis letras, pero las entendió. No como un fan que busca un estribillo pegadizo, sino como alguien que sabe leer una historia detrás de cada verso. Me dijo algo que en el fondo yo ya sabía, pero no quería ver: que mis canciones sonaban como acordes rotos, sin melodía, que habían perdido el alma.

Jennifer la observa en silencio, como si cada palabra abriera de golpe todas las imágenes que guarda de ella: la Luna adolescente que lloraba en camerinos, la joven que escribía frenética en servilletas y la estrella que se perdía en fiestas para tapar las grietas. 

La ha visto sufrir, reír, perderse y levantarse, y ahora, después de tantos retrocesos, hay algo distinto en su mirada.

Luna traga saliva y levanta la cabeza, firme, sin temblar:

—Creo que es la única persona que puede ayudarme ahora mismo.

Jennifer parpadea, y por primera vez en mucho tiempo no siente la necesidad de discutir ni de imponer. Lo que ve en Luna no es capricho ni rebeldía: es convicción. Suspira, larga, casi resignada, y se pasa una mano por la frente.

—Está bien —murmura, rindiéndose al fin.

El jefe de la discográfica da un manotazo en la mesa, incapaz de contenerse.

—¡Detened esta locura antes de que sea tarde! ¿De verdad creéis que MK Records va a estar dispuesto a respaldar semejante disparate? ¡Por muy estrella que seas, Luna, esto no funciona así!

Jennifer da un paso, como para interponerse, pero él continúa, cada palabra más dura que la anterior:

—Si insistes en seguir con este delirio, entonces olvídate de nosotros.

Luna lo mira de frente, la mandíbula apretada.

—Pues que así sea. No formaré parte de MK Records. Se acabó.

—¿Se acabó? —niega el hombre con la cabeza—. Sin la mejor discográfica del país, no esperes conseguir un Ícaro. Y créeme, no lo harás. Por mucho que tu padre haya tenido influencia en su época, su hija... —su voz se afila como un cuchillo— nunca será más que una sombra mediocre de lo que él fue.

El silencio que sigue es brutal. Un golpe seco contra la mesa marca su salida; la puerta se cierra de un portazo que retumba en las paredes.

Jennifer se gira enseguida hacia ella.

—¿Luna? ¿Estás bien?

Luna tarda un segundo en responder. 

Sus ojos arden, pero se endereza con rapidez, con una determinación que Jennifer no le veía desde hacía años.

—Lo estaré. Solo necesito una cosa de ti.

Jennifer la observa en silencio, esperando.

—Encuentra a esa chica. Tráela frente a mí. Sea como sea.

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...✨ Gracias por llegar hasta aquí ✨...

...Si te ha gustado este capítulo, no olvides dejar tu comentario y tu voto 💬⭐....

...¡Me ayuda muchísimo a seguir creando y me motiva a compartir más historias con vosotros! 💖...

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1
Yusmery Gomez
Aún lo ignores ella también sabe que sus sentimientos Hacia Luna es Amor ❤️❤️❤️
Kailex
Chloe es como que muy madura.! y super inteligente. wow conoce mucho a Selena. o es el tipo de instinto de hermana mayor o madre que se yo. ya se están empezando a gustar las dos locas ahora quien era la valiente que de el primer paso? .,. no sé pero lo vemos en algún futuro . . creo.
Yusmery Gomez: Definitivamente cada Día un chispa se sigue esparciendo entré Ellas Amor ❤️ Bonito...
total 1 replies
Yusmery Gomez
Buenas noches autora muy Hermosa Novela..
Yusmery Gomez
buenas noches autora Luna se sintió prácticamente herida por la definición que Selena Dijo Amiga 😭 sabiendo que el sentimiento Es otro ☺️
Pamela Duran Sandoval
hola autora podrían ser dos capítulos por día por favor es que está buenísima su novela me encanta gracias
AlyaCabello: es que no me da tiempo a subir tan rápido los capítulos, por mi trabajo estoy bastante ocupada 😭
total 1 replies
/Issy_Is/
Lo sé, ¿verdad? 😔
/Issy_Is/
Oh, querida, muy pronto... Muy pronto 💜
Yusmery Gomez
Maratón de capitulo Autora por favor...☺️
Yusmery Gomez
Me encantaría que ella conociera lo que sienten mutuamente ❤️☺️😜
Kailex
me acabo de acordar de algo. está no soy yo. cómo buena payasa jodona que soy por qué soy yo. tengo que joder a la gente con una pregunta.,. o dos 🙃 distinguidisima señora señorita dama joven jovencita autora genia literaria :> como se le ocurrió este historia? está inspirada en algo? tiene algún personaje favorito? quien es más alta Luna o Selena :>?
Kailex: ohh entonces todo fue encendido por una chispa gracias a una película y baso a luna en su personalidad 😯 gracias por responder señorita autora 🙂 tenga buena noche.
total 2 replies
Yusmery Gomez
Que de una vez sé confiesen lo que Siente ❤️👏
Yusmery Gomez
Comenzaron los celos ☺️☺️☺️☺️
Kailex
andaaa PERO QUE ESCUCHAN MIS OJOS ! ay que bonito los celos y el amor que buena gente que es Chloe. ya literalmente mi nuevo personaje favorito
Kailex
Se las llevo el díablo.
Yusmery Gomez
Buenos días autora cuándo se va a declarar su Amor 😍☺️😍😍😍
Yusmery Gomez
Buenos días autora maratón de capitulo por favor
Pamela Duran Sandoval
estas dos están que arden la una por la otra
AlyaCabello: siiii jajajajja lo único que ninguna de las dos parece aceptarlo🤭
total 1 replies
Yusmery Gomez
la 😍 descubrieron 👏👏👏😍
Yusmery Gomez
La chispa del Amor
Leo
Al parecer selena empieza a tener sentimiento por luna
Yusmery Gomez: Luna siente que cerca de Selena está su Paz y puede ser ella misma sin careta
total 3 replies
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