Juliette Bernard DuPont tenía la familia más amorosa del mundo, fue una niña muy feliz hasta que un fatídico accidente le quitó a sus padres.
La jovencita tuvo que irse de su país y de su vida para mudarse con la tía de su madre, la joven cambió su estilo de vida y ahora solo sobrevivía con una mensualidad que le daba para vivir bien.
Juliette se enamora de Ethan King, hijo de una de las familias más ricas de Inglaterra, pero este solo la ve como el gusto que se quiere dar porque es muy poca cosa para él y para eso hasta le propone matrimonio.
Luego de dos años de noviazgo, él la humilla en el altar y ella desecha y lista para recuperar su antigua vida, decide ir antes a una boda con su amiga, lo que no se imagina es que pasará de ser invitada a la novia y nada más y nada menos que del hermano de su ex, el cual está en silla de ruedas y por eso es plantado.
¿Podrán estás dos almas rotas unir sus pedazos y ser felices, o solo se unirán para cobrar venganza?
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Regreso a Francia
Elijah terminó todo para irse a casa con su esposa, él sabía que está muy triste, pues ella quería también estar embarazada.
El hombre se bajó en una florería y recogió un enorme arreglo de rosas blancas que había encargado, un guardaespaldas lo guardó y él se dirigió a casa con su esposa.
Al bajar del auto su reina estaba en el jardín, él la miró por la puerta de vidrio cuando le preguntó a su nana por ella y esta le señaló el lugar.
Elijah llegó por detrás y le dio un beso en el cuello a su esposa y esta se sobresaltó.
El hombre le entregó las flores y ella sonrió, pero tenía sus ojos rojos y su nariz aguada, en su mano tenía una tablet donde estaba viendo videos de sus padres.
Su esposo colocó el ramo de un lado y la besó para luego cargarla estilo princesas, se sentó con ella y le beso su nariz.
—No estés triste amor, si no se pudo esta vez tenemos una vida completa para intentarlo. Te amo mi Luz. —Dijo besándola dulcemente y ella sonrió.
—A Veces me hacen falta, los extraño tanto, sus risas, sus consejos, su apoyo y ahora que los necesito no están. —Dijo llorando en su cuello.
—Pero estoy yo, aquí contigo mi luz… No te voy a dejar sola, debiste pedirme que me viniera de inmediato, la próxima vez me llamas, no importa qué. —Ella asintió y él le besó la frente.
—Gracias por las rosas amor, están hermosas, gracias por amarme y comprenderme. —Él la abraza fuerte.
El joven toma una de las rosas del arreglo que están en la mesa del centro y se la pasa desde su frente a su nariz
—Te Amo bonita, mucho, mucho. —Pasaron la tarde en el jardín y luego subieron a su habitación después de cenar, como todas las noches desde la playa se entregaron el uno al otro.
Los días fueron pasando hasta que la pareja decidió viajar a Francia para que Julie tomara el control de todo.
El viaje duró algunas horas, se fueron en el jet de Elijah, todo el viaje lo pasaron abrazados, comiendo fresas y champán.
El avión por fin aterrizó en suelo francés y ellos bajaron tomados de la mano, ya los esperaba el chofer que habían contratado, el antiguo personal no estaba solo habían quedado su nana y Miguel, un guardia que la cuidaba y era su amigo aparte era nieto de la nana, tenía 28 años y era muy guapo, estos cuidaban la mansión y vivían allí, con dos muchachas más.
La joven llegó a su antiguo hogar con varios hombres de confianza de Elijah. En la puerta estaba parada su Nana esperándola y Miguel también, como su nana no podía correr, Miguel sí lo hizo y la giró varias veces.
Elijah estaba molesto por eso, ¿quién era ese tipo y por qué abrazaba a su mujer así?
El hombre se acercó y para al lado de ellos, el sujeto la soltó y Julie miró a Elijah y le tomó la mano riendo para luego presentarle a su amigo.
—Amor, él es Miguel, el nieto de mi Nana y un gran amigo, también era mi guardaespaldas… Miguel, él es Elijah King, mi esposo. —Fice con una sonrisa y ambos se dan la mano e intercambian miradas algo tensas.
—Vamos amor, te presento a mi nana. —Lo llevó hasta ella y también se lo presento, pero primero la abrazo y lloró en sus brazos extraña tanto a su nana.
—Mi niña estás preciosa, toda una dama.
—Tú también estás preciosa nana, no sabes cuánta falta me has hecho… —Se abrazan de nuevo.
—Nana, él es mi esposo Elijah King y el amor de mi vida. —Él le extendió su mano y besó la de ella.
—Un placer conocerla señora. —Dijo el caballeroso como siempre
—King… Eres familia de Elizabeth King. —Ella asintió y la señora sonrió.
La pareja se instaló y el nuevo personal llegó, Miguel quedó igual que antes como guardia principal y los demás estaban a sus órdenes que no era otra que proteger a capa y espada a Juliette.
Ese día hablaron mucho con la nana y cenaron con ella, al caer la noche ambos se fueron a dormir y a media noche la joven fue a la habitación de sus padres, se echó a llorar al ver que todo estaba igual como lo habían dejado.
Aún se podía apreciar la ropa manchada de pintura colgada en los percheros.
La joven lloró mordiendo la almohada y pidiéndoles fuerza para poder superar todo.
Elijah se despertó al no verla y salió a buscarla, pero escuchó al lado de la recámara donde se estaba quedando un llanto y al entrar vio a la joven hecha un ovillo llorando por sus padres.
Elijah entró y la abrazó fuerte y luego de calmarla la llevó a su habitación y pasó la noche acariciándola y besando su frente hasta que se quedó dormida.
A la mañana siguiente ella se despertó y ella le pidió disculpas que él no aceptó entendía su comportamiento, luego se ducharon juntos y se dejaron llevar por la pasión que se tenían.
Julie se vistió muy hermosa con una un vestido amarillo metalizado con algunos bordados, tenía un escote en V pronunciado y era hasta cuatro dedos por encima de la rodilla.
Se veía hermosa como siempre.
Su esposo se colocó un traje negro, camisa blanca y corbata azul, estaba muy guapo, la mujer se le acerca y le arregla la corbata para luego darle un beso.
—Listo estás muy guapo mi amor —dice y lo besa.
—Aqui la única hermosa eres tú preciosa... —Deja un beso en su escote y bajan a desayunar para luego ir a la empresa o al menos a la principal.