Mi Vida Es Un Sueño

Josefina estaba por cumplir sus quince años, ella esperaba mínimo una convivencia con su padre (a Socorro no la hacía en el mundo).

Algo alegre, un pastel, música, amigos, etc.

Pero a Juan eso no le importaba, decidió que haría un viaje con Socorro para celebrar seis meses juntos.

Justo cuando faltaba solo un día para el cumpleaños de Josefina, ellos se fueron a cumplir sus sueños. Ahí quedó Josefina sola, con su pastel que le había regalado Marlene un día antes.

Al día siguiente, Josefina se levantó sin ánimos para nada. Su cumpleaños iba a pasar desapercibido.

Se levantó, aseó la casa, se bañó y se puso más hermosa de lo que ya era.

Decidió que nada ni nadie le echaría a perder su día.

Así que preparó algo delicioso, y se dispuso a celebrar su cumpleaños sola.

Pero, ¡oh sorpresa!, el timbre de la puerta sonó.

Al abrir, entraron las vecinas, los hijos de estas, y algunas personas que no conocía.

Feliz cumpleaños, Josefina. Gritaron todos los presentes.

Gracias por venir, pasen, acabo de hacer la comida, acomódense donde quieran, todos son bienvenidos.

Josefina fue feliz ese día, cuando creyó que estaría sola, las vecinas le hicieron compañía.

Se tomaron la foto del recuerdo.

Josefina subió la foto a su FB...

"Aquí, festejando con mi familia postiza, ya que mis padres brillaron por su ausencia".

Al instante, la foto tuvo miles de likes.

Alguien vio la foto, la descargó y la llevó con Xavier.

Xavier, mira, se parece mucho a ti.

Al observar bien la foto Xavier tuvo una corazonada.

¿De dónde la sacaste?, preguntó él.

Del FB...

Es la fecha en que nació Josefina.

Curiosamente, ella se llama Josefina.

¿Será ella?

Probablemente, sí.

Entonces, investiga, por favor.

A través de los años, Xavier había vendido su rancho y todo lo que tenía en Linares, y se había regresado a la ciudad.

Ahora tenía dinero, al menos para pagar al investigador.

Eso es lo que estoy haciendo, es cuestión de tiempo para dar con ella.

Pues eso espero, ya he gastado mucho dinero.

No son gordas de harina, ni siquiera tengo una foto de ella, no soy adivino.

Es que ya ha pasado mucho tiempo y no he visto resultados. Toma esa foto del face y búscala.

Aún no sabemos si es ella o no, pero por lo pronto es todo lo que hay. Trataré de buscarla, haré lo posible.

Haz hasta lo imposible, dijo Xavier, con determinación.

El hombre nomás lo vio y no dijo nada, salió de ahí para tratar de investigar si esa Josefina es la misma que andaban buscando.

Mireya también había visto la foto. ¿Será ella mi hija?, se preguntó.

No pudieron checar nada en su perfil porque Josefina lo tenía restringido.

Una semana después, Socorro y Juan llegaron de su viaje.

Josefina, prepara la cena.

Sí, papá.

No me digas papá, sí, señor.

Sí, señor.

Así me gusta.

Josefina se fue a la cocina.

Más tarde, la cena estaba lista.

Y como siempre, Josefina comió sola.

Desgraciadamente, no tenía noticias de Mireya, y mucho menos de su padre.

Esa noche cuando Socorro y Juan estaban haciendo "travesuras", algo llamó la atención de ella.

Amor, hay algo ahí.

No hay nada, no te dejes sugestionar por tus pensamientos.

Tienes razón.

Pronto siguieron en lo que estaban.

Pero Socorro no estaba a gusto, ella oía ruidos, como si alguien arrastrara los pies, o algo pesado.

Cuando levantó la vista, un grito estremecedor se escuchó en toda la colonia.

Desgraciadamente, no se pudo hacer nada. Tanto Socorro como Juan murieron en el acto, sin saber nunca por dónde les llegó la muerte.

Josefina fue exonerada de todo, ya que ella estaba dormida cuando ocurrió eso.

Marlene abrazó a Josefina, ¿qué fue lo que pasó?

No lo sé, mi padre y esa mujer se fueron a su cuarto y yo me fui al mío.

No me di cuenta de nada hasta que oí los gritos de Socorro.

Nunca se entendió lo que había pasado esa noche.

Una semana después, Marlene asistió con Josefina a la lectura del testamento, como no tenía a nadie más ella fungió como su tutora.

El notario leyó el testamento en el cual decía que Josefina era la heredera universal, pero como no había ningún tutor que representara el abogado sería su albacea hasta que Josefina cumpliera la mayoría de edad.

Abogado, dijo Josefina, sé que no tengo la mayoría de edad, pero tengo 15 años, ¿podría ser Marlene mi albacea?

¿Por qué no?, pero ella tiene que aceptar.

Mamá, Marlene, ¿aceptas ser mi albacea?

Me parece bien, dijo ella.

Bueno, arreglaré los papeles, puede venir mañana a firmar.

Gracias, aquí estaré puntual.

¿Sabes qué, Josefina? ¿Qué te parece si vendemos tu casa y te vienes a vivir a mi casa?, así viviremos juntas y será más cómodo para las dos.

Yo pienso que tal vez sería lo mejor.

Marlene llevó los deseos a la acción y contrató una inmobiliaria para vender la casa de Josefina con todo y muebles.

Josefina será mejor que saques todas tus cosas y lo que quieras conservar porque la casa se va a vender.

Está bien, mamá, Marlene. ¿Me acompañas?

Claro que sí, mientras más rápido saquemos las cosas, mejor.

Así, las dos empezaron a buscar entre todas las cosas que había en la casa.

Creo que es todo lo que me voy a llevar, mamá.

¿Segura?, porque mañana vienen los de la inmobiliaria y quiero que todo esté en orden, se venderá la casa con todo y muebles.

Sí, estoy segura.

Pues bien, entonces, no se hable más del asunto. Ven, te mostraré tu cuarto.

Marlene la llevó a su cuarto, el cuarto era muy espacioso y tenía una cama grande y un armario para que pueda acomodar toda su ropa y sus cosas.

Mamá Marlene, hay algo que no te he dicho.

¿De qué se trata, Josefina?

¿Qué va a pasar con mi mamá Isabel?

No te preocupes por ella, está resguardada en ese hospital. Y aunque lograra salir de ahí tú eres la única heredera, de todos modos le daremos asilo.

¿De verdad?

Sí, no quiero ni pensar si llega a salir del hospital y llega a su casa solo para darse cuenta de que ha sido vendida, debe ser terrible.

La casa fue vendida y el dinero se guardó en el banco. Se quedará allí hasta que cumplas la mayoría de edad.

Puedes sacar dinero de ahí si necesitas para los gastos, mamá.

Gracias, hija, pero por el momento no necesito nada. Yo tengo mi propio patrimonio.

Un mes después, la policía cerró el caso de Socorro y Juan, no encontraron nada que pudiera llevarlos a lo que ocurrió. Era todo un misterio.