Santiago Santoro, es un empresario muy exitoso que le huye al amor y no desea por nada del mundo formar una familia, por tal motivo se comprometió con Diana Lois, una mujer fría, calculadora y ambiciosa al igual que él. Sin embargo, su abuela Giovanna no está dispuesta a ver como su nieto se arruina la vida a lado de una mujer frívola, y le exige que cambie de opinión o de lo contrario perderá toda su fortuna. Santiago con miedo a perderlo todo, decide alquilar un vientre y tener el hijo que tanto desea su abuela, sin arruinar la hermosa figura de su novia. Pero de repente su vida cambia por completo, cuando debe dirigirse a un hospital a buscar a su verdadera hija, una hermosa niña prematura, de ojos claros que necesita con urgencia un tratamiento médico para salvar su vida.
Sin embargo, Karen Jones ¿Será capaz de abandonar a su hija realmente ? o ¿Hará todo lo posible por estar a su lado?
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Capítulo N°11
Karen despertó por la mañana, por el ruido de voces en la habitación, pero ya no soportaba escuchar más preguntas de ninguna persona por la condición en que se encontraba; entonces fingió estar dormida. Al parecer las personas que hablaban eran una mujer y el doctor de la noche anterior, por lo que pudo escuchar se dio cuenta que era el cambio de guardia de los médicos y estaban pasando los partes de cada paciente.
⎯ Ella ingresó con grandes hematomas superficiales, las radiografías indican que sus huesos no sufrieron ningún daño y la tomografía de cerebro no mostró ninguna lesión, está consciente y recuerda todo pero no le ha datos concretos a la policía.
⎯ De acuerdo, algo más que deba saber.
⎯ Debe tomar la pastilla de emergencia, tuvo relaciones con un hombre y niega haber sido abusada.
⎯ ¿Todavía no la tomó?
⎯ Anoche estaba tan dormida que la enfermera no quiso despertarla.
⎯ Vamos a la enfermería, será mejor que tome lo antes posible esa pastilla o habrá consecuencias.⎯ dice la doctora y salen del cuarto.
Karen una vez que se encontró sola, se destapó y comenzó a revisar sus brazos y piernas; los moretones en su cuerpo eran más que evidentes y su cabeza le estallaba. Con mucho esfuerzo se levantó de la cama y caminó hasta el baño, cuando vio su rostro en el espejo comenzó a llorar, tenía el labio inferior partido, un ojo inflamado, el otro vendado y un moretón en forma de mano visiblemente en su mejilla.
⎯ ¡Mi rostro!⎯ exclamó tocando con cuidado cada una de las zonas.⎯ ¡Maldita bruja! No tú no tienes la culpa, todo esto es por el estúpido Santiago, por él terminé desfigurada, pero me la van a pagar.⎯ sus lágrimas caían sin control y de repente sus piernas comenzaron a temblar, su cuerpo convulsionaba de tanto dolor, con cuidado se arrodilló en el suelo y se abrazó a sus rodillas, ya no deseaba ver su imagen, ese reflejo no podía ser real.
⎯ Cielo.⎯ la voz de la doctora la sacó de su tormento entonces levantó la vista
⎯ Mi rostro, soy un monstruo.
⎯ Tranquila Cielo, todo estará bien.⎯ acaricia su cabello.
⎯ ¡Mi nombre es Karen... Karen.⎯ se limpia las lágrimas de su mejilla y el gesto de dolor es evidente.⎯ Nunca más seré Cielo.
⎯ Ven volvamos a la cama.
Eve ayudó a que se incorpore y la recostó con cuidado una vez más sobre el suave colchón.
⎯ Necesitas tomar esta pastilla para prevenir un embarazo.⎯ le explicó mientras le servía un vaso de agua y le entregaba la píldora.⎯ Ya ha pasado mucho tiempo y espero que haga efecto.
⎯ ¿Esto puede fallar ?⎯ preguntó con asombro.
⎯ Ningún método anticonceptivo es ciento por ciento seguro.
⎯ Entiendo.⎯ con temor bebió toda el agua.
⎯ Karen, quiero hablar contigo.
⎯ Si me vas a hacer las mismas preguntas que anoche, mejor no pierdas el tiempo.
⎯ No, no es eso. Sé porque te golpearon y donde fue. Así que tu secreto está a salvo conmigo.
⎯ ¿Cómo lo sabes? ¿De qué hablas?
⎯ Soy bailarina en el club, mi nombre es Eve y en ese lugar soy Venus.⎯ responde y la joven no sale de su asombro.⎯ Yo te encontré y le avise a Pietro de tu condición.
⎯ ¡No puede ser, eres doctora!
⎯ Así es; pero amo bailar y en mis noches libres, que son muy pocas, trabajo en el club por diversión. Anoche de casualidad cambié mi turno y fui por unas horas a divertirme.
⎯ Lo siento, arruine tu noche.
⎯ Tú no eres la culpable de nada, yo vi a Estrella salir de tu cuarto, esa mujer es una víbora.
⎯ Nunca fui una persona mala, ni le deseo el mal a nadie; sin embargo espero que se muera.⎯ confiesa mientras aprieta con fuerza las sábanas.⎯ Me desfiguro y mi rostro se ve horrible.
⎯ Son solo algunos golpes y en un par de semanas estará como nueva, son moretones superficiales.
⎯ ¿En serio?
⎯ Por supuesto.⎯ toma su mano.
Por primera vez en mucho tiempo Karen se sintió acompañada por alguien y al mirar la sonrisa de la bella morena supo que las cosas de alguna forma iban a mejorar.
⎯ Escucha, tú no estás hecha para trabajar en un lugar así.⎯ comenta mientras se sienta en la cama.⎯ Debes abandonar ese lugar lo antes posible, antes de que algo peor te suceda.
⎯ No tengo a dónde ir.
⎯ Mira, por ahora puedes quedarte el resto del día en el hospital y por la tarde cuando termine mi guardia hablaremos.
⎯ ¿ Por qué me ayudas?
⎯ Porque veo en ti a una niña indefensa que necesita contención y porque soy un ángel.⎯ le guiña el ojo y se incorpora de la cama.⎯ Aunque me gusta divertirme como toda una diabla.
Ambas ríen y por con solo ese gesto, Karen siente que su piel se tensa y el labio le duele sobre manera.
⎯ ¡Auch, eso duele!
⎯Mejor espera a recuperarte y luego te reirás con ganas.⎯ le habla mientras abre la puerta.⎯ Debo seguir con mi ronda, te veo más tarde. Adiós.
⎯ Hasta luego.⎯ Karen observa como la puerta se cierra y queda una vez más sola en ese cuarto.
Entonces tomó la decisión de irse de ese club y no volver jamás a ese lugar, solo debía pedirle a Paola que le trajera su mochila y los billetes que guardó en su delantal. No era mucho pero con trescientos dólares podía al menos pagar una pensión en donde dormir hasta conseguir un empleo.
Al girar en su cama el recuerdo de la noche anterior vino a su mente, el nombre de Santiago Santoro se quedaría grabado en su piel para siempre. Ese hombre la hizo vibrar como nunca se imaginó y sus cuerpos se fundieron en uno solo en perfecta sincronización. Una media sonrisa tonta se dibujó en su rostro al revivir mentalmente el momento exacto que cayó rendida sobre su pecho y escuchó su corazón agitado como si hubiera dado su mayor esfuerzo para hacerla feliz.
⎯ ¡Tonta, deja de pensar en él! ¡Debes odiarlo! ⎯ se dijo mientras cerraba sus ojos y se quedaba profundamente dormida.