"No soy un vampiro común cariño, porque yo, escuchalo bien, NO me enamoro"
-Claus Collins.
***
Claus Collins es misterioso, calculador, frío, controlador, tremendamente sexy pero sobre todo arrogante y en ninguno de sus planes estaba enamorarse.
Tenía una misión y no era la primera misión que le encomendaban, confiaban en él y podía conseguirlo todo con solo chasquear sus dedos.
¿Podrás entender el porque nunca enamorarse? eso solo lo sabrás si miras un poco dentro de esos ojos color zafiro capaz de embelesar pero también de matar.
Por el contrario Marianna Grey curiosa de aquel chico extraño que decidió hablarle en aquella fiesta, se propone averiguar por qué aquellos ojos color zafiro gritaban peligro.
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Capítulo 12
Estaba en un bosque muy bonito, había muchas flores y me agache a olerlas, senti un escalofrio y supe que estaba detrás de mí, de reojo pude ver su actitud relajada y sus hermosos ojos color zafiro mirándome arrogante, me levanté y me diriji hacia él.
—Puedo hacerte una pregunta— le pregunte relajadamente, había algo en el que me hacía confiar en él.
—Ya la hiciste— me respondio fríamente, yo rodé los ojos, definitivamente tenía que mejorar su actitud, pero se que es el único que puede responder mis preguntas ya que Nolan no lo hará.
—Por qué es tan importante mi ayuda— pregunte curiosa, necesitaba aclarar mi mente o me volvería loca.
—Conformate con que eres un punto clave en algo importante— me dijo y sonrió arrogantemente, bufé enojada, eso no respondía mi pregunta.
—Sus enemigos son los lobos— pregunte con un nerviosismo, no podía colocar a mi hermano en peligro aunque aún no había hablado con él.
—Todos son nuestros enemigos cariño— me dijo con la mirada más aterradora que haya visto.
—Como se convierte en lobo una persona normal— le pregunté, necesitaba saber como mi hermano se había metido en eso.
—No puede, solo se puede de generación en generación, tu hermano es uno de los descendientes del clan Grey— me dijo y quede atónita, nunca había visto a ninguna de mi familia convertirse en uno o si quiera imaginarmelo.
—Eso no es posible, ninguna de mi familia es lobo, además como es que yo soy una bruja y el un lobo, eso no tiene sentido— le dije confusa.
—Eso lo tendrás que averiguar tu sola, no me incumbe, solo estoy contigo porque necesitamos tu poder, nada más— me dijo frío, realmente se notaba que no le agradaba y eso me instaba a averiguar que escondía, querer saberlo todo de él.
—Eres peligroso— dije y abrí los ojos al ver que lo había dicho en voz alta, el me miro y sonrió arrogantemente, se acercó y quedó a centímetros de mi, se agacho un poco para quedar a mi altura, vi sus ojos, los más hermosos que había visto, zafiros con tintes grises, me quedé embelesada mirándolos.
—Lo soy y no dudaré en matarte si no cumples con lo que pedimos— me dijo con el acento inglés marcado y sonrió con todos los dientes a lo que pude observar que tenía hoyuelos en sus mejillas, definitivamente era muy atractivo, más que Jeremy y que Nolan, me sonroje de solo pensarlo y él me miró curioso por mi actitud.
—No te creo nada— le dije en un susurro y mire sus labios, el se alejo y camino perdiéndose entre los árboles, sabía que iba a despertar y no se porque, pero no quise despertar.
Abrí los ojos y suspire definitivamente fue el sueño más asombroso que he tenido, me levanto y decido bañarme con agua caliente para descartar estos pensamientos, me cambio y salgo de mi cuarto, me dirijo directo a la habitación de mi hermano, estaba decidida a sacar respuestas de él.
Abro la puerta y lo veo dormido sin camisa y con una bermuda, todo su cuarto huele a sudor y cigarrillos, arrugo mi nariz.
—Miguel— digo y él abre los ojos y me mira furioso.
—Qué quieres— me dice fríamente.
—Necesitamos hablar, baja y bañate, te espero en la cocina— le digo con la mirada más seria a lo que él me miró extrañamente.
Bajo las escaleras y voy directo a la cocina, mi papá no regresará sino hasta las diez de la mañana, miro el reloj de pared que hay en la cocina y veo que son las ocho, tengo tiempo de hablar con Miguel sin ser interrumpida.
Preparo bacon para desayunar y me dejo llevar por mis pensamientos y trate de resistir las ganas de llorar, todo se estaba complicando y no podía dejar que nadie estuviese en peligro, no podía hablar con mis amigas, porque sería involucrarlas y no queria eso, queria desahogarme pero no tenía a nadie, suspire, coloque tres platos y en cada uno coloque bacon, el plato de papá lo guarde en el microondas con una nota para que la viera, el de mi hermano y el mio lo coloque en la mesa redonda que estaba a un lado de la islita, me senté y esperé pacientemente a Miguel, comí con los nervios de punta, después de un año iba a tener una conversación con mi hermano.
Sentí pasos bajar de las escaleras y sin alzar la vista supe que era mi hermano, me miró y se sentó en la mesa, tomo su desayuno y comenzó a ingerirlo, mirándome curiosamente, seguramente preguntándose que le dire.
Suspiré —Lo sé todo Miguel— le dije con un tono triste, necesitaba respirar o me iba a colocar a llorar.
—Que sabes tu —me pregunto curioso, no sospechaba que sabía de su gran secreto, de seguro pensará que era del instituto.
—Miguel necesito que me cuentes todo desde el principio— le dije y suspire.
—Que te tengo que contar —me dijo confundido.
—Se que eres un licántropo —le dije sin más y el me miro sorprendido y no pude más, unas lágrimas recorrían mis mejillas, no podía creer que lo sabía lo supe por sus ojos, pero ya era hora que él confiara en mí.