Del Odio Al Amor

Al siguiente día los dos fueron a la universidad, Sofía estaba muy emocionada porque su sueño de estudiar se iba a hacer realidad, Adrik hablo con el rector de una de las universidades más importantes del país y estos aceptaron gustosamente a Sofía, claro si ella hubiese ido por sus propios medios nunca la hubieran aceptado, Sofía no tenía las mejores notas en la escuela secundaria y además la reputación que se ganó el último año no fue la mejor, pero ahora era una mujer respetada solo por pertenecer a la familia Ivanov.

— Estás satisfecha con la universidad?. — pregunto Adrik, mientras salían de la oficina del rector.

— Si, es increíble que estudiaré aquí, no lo puedo creer. —

La felicidad en el rostro de Sofía era genuina, Adrik nunca había conocido a una mujer que su mayor sueño fuese estudiar y no andar de compras y es que en su mundo las mujeres solo se dedicaban a la pasarela y a estudiar uno que otro idioma.

— Pareces niña con juguete nuevo. — comento Adrik, haciendo que Sofía se pusiera sería.

Y es que la noche anterior le dijo que ella debía parecer mayor, que a él no le gustaban las niñas.

— Lo siento!, aprenderé a comportarme. — respondió Sofía más seria.

— No se por qué, pero cuando sonríes asi... —

Adrik no termino de decir la oración, él pensó que se estaba confundiendo, ya que él jamás sentiría nada por esta mujer, Adrik continuo su camino y Sofía ya no se atrevió a preguntar nada más.

— Ahora iremos a comparte ropa, y después a que te maquille y te dejen lista para la cena de esta noche. — comento Adrik poniendo en marcha el auto.

— Por qué tanta formalidad para esa cena?. — pregunto Sofía.

Ella había asistido a varias cenas importantes durante toda su vida, así que tenía normas de etiqueta, pero lo que se le hacía extraño es que su esposo quisiera cambiar su forma de ser, ella no se sentía muy a gusto con eso, pero tampoco quería llevarle la contraria a Adrik.

Llegaron al centro comercial, Adrik la tomo de la mano y empezaron a caminar, por los pasillos de aquel lugar tan elegante, eran aproximadamente las diez de la mañana y como a el empresario no le gustaba perder tiempo, mando a cerrar una de las más famosas boutiques del lugar solo para que los atendieran a ellos.

— Señor Ivanov, es un gusto tenerlo aquí. — saludo una mujer muy bonita ignorando a Sofía.

— Laura, que gusto verte.— respondió el hombre.

— Dime en que te puedo ayudar?. — pregunto la tal Laura mirando a Sofía.

— Ella es mi esposa y quiero que le muestres lo mejor que tienes. —

La mujer llevó a Sofía y a Adrik a sentarse mientras ella escogía algunos diseños.

Después de un tiempo Sofía no se decidía por nada, para ella esos modelos o eran muy atrevidos o demasiado conservadores, ella estaba dispuesta a cambiar su forma de vestir, pero quería que también llevará un toque de su esencia, de lo que la hacía ser ella.

— Puedo buscar algo por mi misma?. — le pregunto en voz baja a su esposo, quien ya estaba algo irritado.

— Está bien, pero hasta el momento todo lo que se ha mostrado es encantador.

Sofía no le dio importancia a las palabras de Adrik y se levantó a buscar algo que a ella le gustará, en ese lugar la ropa era muy fría, no había nada que la hiciera sentir viva, pero cuando levantó la vista y vio el aparador de la tienda del frente, se quedó impresionada, había un vestido azul que había llamado su atención, sin pedir permiso salió de la boutique y entró en la tienda del frente, está no era tan lujosa como la boutique, pero definitivamente la ropa ahí era mucho más bonita.

— Que piensas que estás haciendo?. — pregunto Adrik molesto.

— Me gusto ese vestido. — dijo ella imponente.

— Pero a mi no, volvamos a la boutique de Laura. — ordeno Adrik.

— En ese lugar no hay nada para mí, por favor dale una oportunidad a este vestido, si no te gusta como se me ve te prometo que escogeré cualquier cosa que quieras de esa boutique. — Sofía quería llegar a un acuerdo con Adrik, y este para ser justo acepto.

Sofía le pidió a la vendedora que le buscará el vertido en su talla y se lo llevará al probador, mientras ella escogía unos zapatos a corde con el vestido.

Después de unos quince minutos, Sofía salió del probador luciendo aquel vestido azul, que tanto le había gustado,lo combinó con unos elegantes zapatos de tacón fino y algunos accesorios, soltó su cabello para que cayera en ondas sobre su espalda, se veía realmente hermosa y la expresión en la cara de su esposo lo comprobaba.

— Te ves hermosa!. — aseguro Adrik.

— Gracias. — respondió ella.

— Escoge lo que quieras de esta tienda.

La aprobación de Adrik hizo que Sofía sonriera de felicidad, ella buscó ropa que la hiciera ver sofisticada, sin perder su esencia, al terminar las compras fueron a un salón de belleza donde le harían el maquillaje y el peinado a Sofía, al principio Adrik no quería dejarla escoger su look, pero al final termino cediendo, la obsesión de este hombre en hacer que Sofía luciera más elegante era increíblemente ridícula, ya que la muchacha no necesitaba nada para verse como hermosa y elegante, solo que su esposo aún no se daba cuenta de eso.

Una vez estuvo lista Sofía salió ya cambiada y maquillada de aquel lugar, dejando impresionado a su esposo, la chica se puso el vestido azul rey que había escogido, el cual le quedaba ajustado hasta la cintura y en la parte baja caía en pliegues de forma natural, en los hombres tenía una especie de encaje de alta costura que cubría sus brazos, su cabello negro estaba ondulado y su maquillaje no era para nada extravagante, más bien le hacía ver como todo una princesa y sus ojos azules se vieron aún más azules de lo normal, realmente era una obra de arte esta mujer.