Santiago Santoro, es un empresario muy exitoso que le huye al amor y no desea por nada del mundo formar una familia, por tal motivo se comprometió con Diana Lois, una mujer fría, calculadora y ambiciosa al igual que él. Sin embargo, su abuela Giovanna no está dispuesta a ver como su nieto se arruina la vida a lado de una mujer frívola, y le exige que cambie de opinión o de lo contrario perderá toda su fortuna. Santiago con miedo a perderlo todo, decide alquilar un vientre y tener el hijo que tanto desea su abuela, sin arruinar la hermosa figura de su novia. Pero de repente su vida cambia por completo, cuando debe dirigirse a un hospital a buscar a su verdadera hija, una hermosa niña prematura, de ojos claros que necesita con urgencia un tratamiento médico para salvar su vida.
Sin embargo, Karen Jones ¿Será capaz de abandonar a su hija realmente ? o ¿Hará todo lo posible por estar a su lado?
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Capítulo N°20
Como todos los días Karen se encontraba en la plaza, hamacando a Dylan y esperando a que llegue el vendedor del carrito de helados. Hace un mes tenía la loca manía de comer helado de chocolate con almendras, croissant, rollos de canelas y su favorito bombones de chocolate rellenos de coco. Ella empujaba al pequeño, pero estaba distraída buscando por todos lados al heladero que ya llevaba media hora de retraso.
⎯ Tia, quelo ir a casa.⎯ dice el pequeño bostezando mientras se refriega un ojito.
⎯ Solo media hora más y te prometo un gran helado.
⎯ No quelo más helado, siempre comemos helados.⎯ responde visiblemente cansado.
⎯ ¡¿Que clase de niño eres tú que no quiere comer helado?!
⎯ Un niño muy lindo.⎯ se ríe
⎯ Ahora vendrá el monstruo de las cosquillas GRRR GRRR.⎯ grita a medida que sostiene la hamaca y le hace cosquilla, entonces ve que al pequeño se le cierra los ojos y decide que lo mejor era volver a su hogar.⎯ Esta bien vamos a casa.
⎯ Sí.
Karen llevaba dos cuadras caminando con el pequeño en sus brazos cuando este se duerme profundamente. Una vez llegó a su hogar, cambió al pequeño, le colocó su pijama y lo recostó al niño en su cama. Luego se dirigió al living, se sentó en el sofá y no pudo evitar llorar con todas sus fuerzas despertando a Eve que estaba durmiendo la siesta.
⎯ Karen, corazón ¿qué pasa?⎯ pregunta al mismo tiempo que se sienta a su lado y la abraza.⎯ Calma sabes que puedes decirme lo que sea. Somos como hermanas y lo que sea que te abruma podremos enfrentarlo juntas.
⎯ Lo sé.⎯ responde con un sollozo incontrolable.
Carolina en ese momento llegaba de trabajar y ve que su hermana está consolando a Karen y le hace seña para saber que sucede; sin embargo Eve solo levanta sus hombros.
⎯ Cariño, ¿te pasó algo en el parque?⎯ Karen asiente y las hermanas se asustan.⎯ ¿Les hicieron daño?⎯ vuelve a preguntar Eve y Caro no espera una respuesta cuando sale corriendo al cuarto del niño.
Al ingresar lo destapa, está perfecto acostado en su pijama y lo ve dormir tan relajado, que sabe que no tiene nada; entonces cuando su corazón dejó de latir con fuerzas, se acerca con sumo cuidado, besa su frente, acomoda algunos rizos traviesos y regresa al living.
⎯ Dylan está bien.⎯ comenta y se sienta en el sillón individual frente a Karen.⎯ ¿ Dijo algo?
⎯ No.
⎯ Karen, deja de llorara mujer, que nos estas asustando y no sabemos qué sucede.⎯ habla Carolina ya impaciente.
⎯ ¡Hoy no fue el señor de los helados!⎯ confiesa.⎯ Y tengo muchas ganas de comer helado de chocolate con almendras, helado de frutilla y melocotón.
⎯ ¿Qué?¿Estás llorando por un helado?⎯ Eve no puede dejar de preguntar con asombro.⎯ ¡Debes estar bromeando! Interrumpiste mi siesta por un helado.⎯ se pone de pie disgustada.
⎯ No, no bromeo.⎯ seca sus lágrimas.⎯ Lo siento; pero se me hace agua la boca de solo pensar en esas cremas heladas y hoy no apareció el carrito de los helados.
Carolina mira a Eve y recuerda cuando ella estando embarazada lloraba porque no podía comer salmón, ya que es alérgica a ese tipo de pescado; entonces con una mirada pícara y divertida le dice negando con su cabeza
⎯ No, no, no. No está bromeando. Recuerdas mi salmón.⎯ la mira sonriente y su hermana sabe perfectamente a que se refiere.
⎯ ¡No puede ser, estas antojada!⎯ Eve lleva sus manos a la boca y no puede disimular su sorpresa.
⎯ ¿Qué quieres decir?⎯ pregunta mientras se limpia la nariz.
⎯ Tienes razón, ¿cómo no me di cuenta antes? Todo tiene sentido, su aumento de busto, su forma desmedida de comer dulces y ahora este cambio de humor. Hermana eres una genio.⎯ responde Eve.
⎯ Lo sé, no solo soy un cuerpo espectacular, sino que también tengo una mente brillante.
⎯ Hola, estoy aquí, ¿de qué hablan? ⎯ interviene Karen.
⎯ Cariño, debemos hacer un test de embarazo para evacuar todas las dudas.
⎯ Eso no es necesario, tuve mi periodo hace…⎯ comienza a hacer memoria y se cubre el rostro con ambas manos y comienza a llorar nuevamente.⎯ ¡Que tonta por Dios! La última vez fue en la iglesia, donde dormía a escondidas y de eso ya pasaron más de dos meses.⎯ llora con todas sus fuerzas y se abraza a sus piernas.⎯ ¡Debe ser un error!, ¡Yo tome la pastilla de emergencia!¡No puedo estar embarazada de Santiago Santoro!
⎯ Él no tiene porque enterarse del bebé, yo nunca le dije al padre de Dylan de su existencia y creo que fue lo mejor.⎯ interviene Caro.⎯ Era un mujeriego y estoy segura que sigue buscando a su morena ideal.
⎯ Tranquila, no estas sola, nosotras te ayudaremos.⎯ Eve mira a su hermana y le hace una mueca de disgusto.
⎯ ¡¿Qué voy a hacer con un bebé?!
⎯ Amarlo con locura, protegerlo y salir adelante para que él esté orgulloso de la madre que tiene, como lo hago yo.
⎯ Esperemos a ver los resultados.⎯ consuela la doctora que se pone de pie.⎯ Voy a ir a la farmacia, no entremos en pánico hasta no tener un resultado.
⎯ Puede que solo sea ansiedad, a mi compañera de cuarto le pasaba, comía mucho ante de los parciales.⎯ comenta esperanzada.
⎯ Sí corazón, puede que sea eso.⎯ Carolina la anima aunque duda que se trate de un ataque de ansiedad.⎯ Traje unas tortas de yogur, ¿quieres una?
⎯ Sí.⎯ responde con una sonrisa que le ilumina el rostro y se dirige a la cocina.
Luego de varias tortitas de yogur, un mantecado y un pote de helado, Karen estaba lista para hacerse la prueba.
Eve y Carolina estaban afuera del cuarto de baño, había pasado una hora y Karen no abría la puerta.
⎯ Muñeca, abre la puerta.⎯ le pide muy amablemente Eve sin obtener respuesta.
⎯ Esto no me gusta, iré a pedir ayuda a nuestro vecino.⎯ habla Carolina.
⎯ De acuerdo.
Carolina va a buscar a un hombre fortachón que vive a dos casas de diferencia y que tiene varias herramientas de trabajo ya que es mecánico. Cuando regresa con una ganzúa hace palanca en la cerradura y abre la puerta. Al ingresar Karen está dormida apoyada sobre el inodoro y con el test de embarazo en su mano y con su rostro lleno de lágrimas. El señor muy amablemente se ofreció a llevarla hasta la habitación y una vez que la recostó, se despidió y salió de la casa con una generosa propina.
Karen una vez que aceptó su nuevo estado, se sintió feliz con la noticia, a partir de ahora tendría algo solamente suyo y se dedicará de lleno a cuidar y proteger a su futuro hijo.