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El Otro Lado (Reinjetself)

El Otro Lado (Reinjetself)

Status: En proceso
Genre:Aventura / Completas / Familia mágica / Mundo de fantasía / Fantasía épica
Popularitas:3.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Block Bustter

Esta parte de la historia se centra en la infancia de Nicky/Ferd, identidades de la nueva vida decapitan Victores en este nuevo mundo y los problemas ocasionados por su accidentado arribo.

NovelToon tiene autorización de Block Bustter para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Lo que oculta Fey

*Crack* *Crack* *Crack*

El mando de la nave crujía continuamente, consiguiente que quien se encontraba pilotándola levantase una ceja, indeciso de si cumplir con la tarea que le habían asignado o devolver la nave al puerto.

— ¿Algo anda mal? —Pregunto un  viejo mercenario que acompañaba al actual piloto.

— Esta cosa suena como si el timón fuera a romperse en cualquier momento y me cuesta trabajo mantener el curso. Creo que incluso podría ser que ya este roto.

— ¡Jajaja, estas viejas naves les suena todo incluso cuando están inmóviles! ¡No te preocupes tanto por eso muchacho, solo cumple con tu trabajo!

— Como usted diga, anciano. Solo póngase cómodo mientras alcanzamos velocidad crucero.

Mientras hablaban la puerta de la cabina se abrió y entro el hombre que minutos antes había sido enviado a revisar una posible anomalía fuera de la cabina. Este se acomodó sin decir una sola palabra en el asiento del copiloto y descanso su cabeza sobre el tablero de mando. Parecía estar tomándose todo muy folclóricamente.

— Y bien ¿Qué fue lo que encontraste?

— Todo despejado. Seguro solo fue esta vieja chatarra a la que le suenan todos los engranajes. O tal vez ya perdiste un tornillo.

— Tsk…

El piloto chasqueo su lengua y solo continuo con su trabajo aunque no estaba nada contento, en su interior tenía un mal presentimiento de que algo podría salir mal en cualquier momento.

En cubierta dos grupos de individuos se encontraban uno frente al otro, el primero era un grupo de guardias, liderados por un hombre con armadura de acero galvanizado, con su rostro cubierto por un yelmo cerrado.

Del otro lado se encontraba un grupo de mercenarios que más bien vestían como pordioseros, sin ningún orden o disciplina, pero al menos teniendo un vocero que los representara, siendo este quien mejor porte llevaba en vestimenta y figura.

— ¿Tu líder no estará presente para completar el trato? —Pregunto el líder de los guardias al contemplar el otro grupo.

— Oh, ella está presente, solo no está mostrando su rostro ahora mismo.

Para los guardias esto era un claro indicio de que estaban siendo subestimados, pero no se atrevieron a decir nada dado el estatus y fama que tenía quien lideraba a aquel grupo de mercenarios. De hecho los mercenarios en frente de ellos solo eran una pequeña facción que servía a una organización mucho mayor, enviar a ese grupo de matones era una muestra de cuan en poco tenía esa persona a los guardias de Barda.

— Procedan a traer la mercancía —indico el jefe guardia a un grupo de los suyos— Solo las puertas con marcas, los demás serán enviados a las minas junto con la nave.

— ¡Señor!

Asintieron todos los guardias a una sola voz, haciendo gala de su disciplina mientras obedecían las órdenes.

— Míralos todos pretenciosos… pero al final solo son malhechores como cualquiera de nosotros— Se burlaban los mercenarios del modo de los guaridas, a lo que su vocero se vio en la necesidad de intervenir.

—Si lo que pretenden es iniciar una pelea, estoy muy seguro que la jefa estará contenta de servirles como contrincante.

Solo esa frase fue suficiente para que la bola de bandidos se pusiera tan firmes y derechos como cualquiera de los guardias de Barda

La situación en cubierta era así de mala y solo se pondría peor a la vez que se expandía al resto de la nave.

En el interior de uno de los cuartes de servicio Frey observaba la situación en el exterior. Los que antes eran pasajeros en la nave, ahora estaban siendo tratados como prisioneros y los juntaban en cubierta, atados, para evitar que pudieran intentar algo.

— Todo va según lo planeado. —Suspiro aliviada regresando su mirada al interior del cuarto.

— ¿Planeado? ¿Qué quieres decir con planeado?

Justo en frente de ella, en una esquina de la habitación se encontraba Ferd. Él no podía creer aquellas palabras que pronunciaban los labios de la joven mujer, esas le hacían lucir culpable de lo que los guardias estaban acusándola. Aunque por cómo estaban las cosas allá afuera, ellos no eran menos culpables. ¿Podría ser que ella y esos guardias trabajaban juntos? El niño no quería creer eso.

— Frey tú, tu eres una buena persona ¿Cierto? Dime que no es cierto que eres la líder de esos criminales.

— ¿Una buena persona? ¿Sabes? El concepto de ser bueno es algo subjetivo.

— Eso no es a lo que me refiero… lo que quiero decir es…

— ¡Espera!

Cuando el chico se esforzaba para ponerse en pie y dirigirse hacia ella, Frey lo detuvo sin pestañear y dio algunos pasos en su lugar.

— ¿Sucede algo malo?

— Solo no te acerques, la magia perderá su efecto en cualquier momento. Procura no gritar cuando eso suceda.

Ferd no podía acabar de comprender lo que pasaba y eso lo molestaba bastante. Justo un momento atrás cuando parecía que sería descubierto por aquellos maleantes Frey había aparecido y lo rescato poniéndolo a salvo en aquel cuarto. Eso debería ser suficiente para probar que no estaba con ellos, sin embargo la forma en que actuaba ahora la hacía parecer culpable. Tal confusión hacia que el chico se rascase la cabeza, muy exasperado.

La confusión del chico solo pudo incrementar cuando de forma repentina el cuerpo de Frey emitió un ligero brillo, cambiando su tono de piel a un verde esmeralda. También sus orejas se transformaron, volviéndose largas y puntiagudas, con un patrón cóncavo en el borde inferior, y de la comisura de sus labios crecieron un par de colmillos que se asomaban fuera de su boca de forma amenazante.

— Tú… no eres humana. Ya… ya veo. ¿Eso era a lo que te referías? ¿Solo era eso cierto? ¿No estas ocultando algo terrible como que tu secuestraste a esas personas para comértelas o algo parecido?

— ¡Yo no haría eso! —Fue un poco difícil para Frey contener su voz ante tal sugerencia, pero de algún modo lo logro— Más bien ¿No es tu reacción un poco sosa? Podría decirse que te he estado mintiendo desde que nos conocimos.

— Bueno, es bastante desconcertante, a parte de algunos sirvientes beastskin que había en casa de mi madre, esta es la primera vez que veo otra raza no humana. Pero por lo demás, puedo imaginar muchas razones por las cuales querrías ocultar tu verdadera forma estando lejos de casa. De hecho yo también lo hago, mira.

Frey pudo notar que el mana en el interior del cuerpo de Ferd produjo algunas fluctuaciones, pero fuera de eso, no parecía que hubiera algún cambio visible. La mujer siguió esperando para ver de qué se trataba, pero al notar la intensa mirada de Ferd, expectante de alguna opinión, se dio cuenta que lo qué fuera que pensaba hacer ya había sido hecho.

— Este… yo… lo siento. No estoy segura que exactamente sea diferente en ti ahora. —ella dijo honestamente rascándose, rascándose la mejilla con incomodidad.

— ¿Cómo que no has notado nada? ¿Acaso no puedes saberlo a simple vista tomando una mirada de mi pecho?

Cuidadosamente Frey observo el pecho de Ferd indagando que podría ser diferente, pero otra vez no se enteraba.

— Lo siento. Yo te veo igual. —Respondió sin ninguna contemplación.

Desde que había tomado conciencia como Nicky, ella nunca había mostrado ningún interés en cosas de chicas, siempre había encontrado comodidad en la ropa de chico y se comportaba como tal, pero ahora al ver el moderadamente grande busto de la mujer que de algún modo menospreciaba sus propios atributos por alguna razón sentía una sensación de derrota.

No queriendo aceptar que su forma femenina solo era el de una pequeña sin desarrollar, se arrancó la parte superior de su vestimenta inflando con orgullo su pecho que se levantaba erguido.

— ¿Puedes verlos ahora? ¿Puedes decir que en realidad soy una chica?

— S… Si… puedo verlo…

“Aunque ninguna chica que conozca actuaria de ese modo” Pensó en su interior la mujer tras haber respondido. “Ni siquiera si proviene de los clanes barbaros”.

Ahora ella, solo había respondido sin pensarlo ya que parecía algo importante para el… o ella. Pero tras fijarse bien en realidad noto el ligero par de elevaciones en temprano crecimiento. Pero más allá de ello, la mirada de la mujer se había acentuado en las múltiples cicatrices a lo largo y ancho del pequeño torso de Ferd.

Esas heridas parecían haber sido hechas en un campo de batalla, pero sería imposible que un niño tan pequeño sobreviviera en un campo de batalla luego de sufrir esa clase de heridas. SI descartaba esa idea, la única otra posibilidad que se le podía ocurrir es que Ferd había sido torturado.

Independientemente de cuál de las dos opciones fuera, ninguna era algo por lo que ningún infante debiera pasar, es lo que Frey pensaba, y ahora mismo a causa de ellos sentía la necesidad de proteger a Ferd, causando eso que su cuerpo se moviera por su cuenta para envolverle con sus brazos.

El rostro de Ferd se puso completamente rojo. Al haber crecido en una familia noble, la única persona con la que había tenido ese tipo de muestras de afecto era su hermana Lora y solo en privado, pues se consideraría indecoroso hacerlo en público. Él no sabía cómo reaccionar a ello, por un instante cambio a su forma masculina, creyendo así se sentiría más cómodo, pero con el calor del cuerpo de Frey sobre el suyo rápidamente noto que en realidad no era buena idea y cambio de vuelta a su forma femenina esperando que ella no hubiera notado aquel llamado de la naturaleza.

En ese mismo momento en la cubierta, algunas personas forcejeaban con sus captores queriendo liberarse. Frey, que por un momento se había olvidado de todo por intentar poner a salvo a Ferd, recordó el que se suponía era su deber. De su bolsillo tomo una capsula del tamaño de una canica, la puso en su boca y la trago. Su cuerpo nuevamente brillo por unos segundos y volvió a tomar aquella apariencia humana que tenía antes.

— Chico, de verdad habría sido mucho más fácil ayudarte si te hubieras quedado en tu habitación junto a tu guardiana. Que este sor ahí deambulando complica seriamente las cosas. ¿Podrías por favor quedarte aquí hasta que sea seguro allá afuera?

— E… entiendo…

Respondió Ferd entre dientes. Para el que junto con sus antiguas compañeras conformaban un grupo de prometedores jóvenes genios alguna vez, Siendo Ferd quien destacaba por una enorme cantidad de mana y su capacidad de fuego continuo, ahora tener que quedarse atrás y ser protegido era simplemente humillante.

Pero ser talentosa nunca fue realmente la característica que más destacaba de Nikcy, en realidad todos la conocían por ser inquieta e hiperactiva. Para Ferd quedarse allí en ese cuarto sin hacer nada no era un opción real. Con su condición de mareo le sería difícil intentar volver a su camarote para conseguir sus círculos mágicos preparados con anterioridad, pero había traído un trozo de tiza con el cuándo trazo aquellas “x” en varias puertas. Ya que estaría atrapado allí por un buen rato, nadie impediría que hiciera algunos círculos mágicos en algunas superficies.

— ¡Tu! ¿Dónde mierda te habías metido hasta ahora? —Cuando Frey salió a la cubierta uno de los mercenarios se empecino en fastidiarla.

— Fui a tomarme un descanso ¿Algún problema con eso?

La mirada fulminante de la joven mujer era una advertencia de muerte que las más feroces criaturas entenderían retrocediendo al instante, pero los mercenarios eran expertos en burlar su propio instinto de supervivencia para conseguir algunos beneficios y aquel hombre no era la excepción.

— ¿Estabas descansando? ¡No me jodas! ¡Todos aquí estamos haciendo nuestra parte para completar este trabajo y tú solo te vas a descansar! Si no te comportas, tendremos que tomar tu parte de la paga…

Aquella amenaza solo logro que Frey sonriera de forma burlona para el mercenario, lo cual se alejaba mucho de la reacción que él esperaba. Ella tomo un vistazo de su entorno, notando que muchas de las mujeres mercenarias presentes, estaban evitando también el trabajo, pero estas en su lugar habían encontrado algún hombre de apariencia fuerte tras el cual escudarse a cambio de placer. ¿Era eso lo que este hombre quería? Pues se había equivocado completamente de persona.

— ¡Escúchame pequeño hombrecillo, tu y yo somos muy diferente! ¡A ti te trajeron aquí para que hagas de recadero, yo estoy aquí solo en caso de que sea necesario luchar… luchar de verdad, y no esos jueguitos de niño a los que acostumbran las personas de las ciudades!

Aquel comentario no solo ofendía a la mayoría de los mercenarios presentes, sino también a los guardias, pero dejaba completamente en claro su punto, si alguien pretendía pasar por encima de ella, necesitaría estar dispuesto a luchar con su vida en juego.

— Yo… ¡No creo que tengas la misma actitud cuando la jefa se entere de esto! —El hombre aún no se rendía, probablemente porque su orgullo ante los demás dependía de ello, pero sus palabras cavaban su propia tumba.

— ¿No tienes pantalones para encararme a mí como se debe y planeas ir a molestar a la jefa con tus estupideces?

Ahora los demás mercenarios no podían contener la risa por la humillación que su compañero acababa de pasar. Ya en un último esfuerzo por recuperar la poca dignidad que le quedaba el hombre desenfundo una vieja hoja oxidada y se lanzó al ataque contra Frey.

Ella no esquivo ni desenfundo su propia arma, no veía la necesidad. En su lugar con su mano desnuda atrapo el arma y la arrebato para golpear a su adversario con la empuñadura noqueándolo con un simple golpe.

— Joder, esto seguro va a retrasar algo… bueno ¿A quién le importa? No es como si hubiese sido mi culpa.

Ahora todas las miradas estaban sobre Frey algunas con admiración y otras con desprecio, cual fuera el caso, a Frey realmente no le importaba, su único objetivo ahora mismo era ser el centro de atención y aquel sujeto le había servido perfectamente para ello, aunque probablemente esta no era la intención que el tenia.

— ¡Bien hecho! Ahora solo pavonéate un poco por cubierta mientras yo me escabullo a los camarotes.

Sin poder responder a la voz que sonaba en su oído, pues eso seguramente levantaría sospechas, Frey tan solo consiguió sonreír incómodamente, expresión que era tomada como una burla de desprecio por aquellos que la veían.

Como sería de esperar el efecto de aquella distracción no duraría toda la vida y poco a poco los demás comenzaron a regresar a sus propios asuntos. A Frey  solo le quedaba esperar que la dueña de aquella voz en su oído hubiese logrado su cometido en aquel breve momento.

Minutos después los guardias llegaron trayendo el último grupo de pasajeros, ahora prisioneros consigo. Frey los observo rápidamente tratando de calcular su número. Lo que ella esperaba ver es que hubiesen dos personas menos que en el informe, pero en su lugar habían 8 más. Algo estaba saliendo completamente mal en esa situación.

Cuidadosamente se llevó una mano al oído, fingiendo que se peinaba el cabello y presiono sobre un pequeño aparatero repetidamente para enviar una señal.

— Nada bien de este lado. El objetivo de extracción no se encontraba en las habitaciones marcadas. Intenta ver si ya se habían adelantado a llevarlas a cubierta. Veamos, joven rubia, edad aproximada 15 años, responde al nombre de Martina. La segunda, mujer adulta medio elfa, cabello fucsia, muy corto, apariencia más joven de su edad real. Responde al nombre de Claerie.

Al escuchar aquellas descripciones Frey palmeo fuertemente su frente con ambas manos, ella probablemente conocía a aquellas dos personas, eran las compañeras de cuarto del chico Ferd. Si tan solo hubiese tenido esa información antes se habría podido ahorrar este dolor de cabeza.

No era momento de lamentarse por algo que no había podido ser. Frey volvió a revisar las personas aprisionadas en cubierta en busca de aquellas chicas, pero nuevamente no pudo encontrar a su objetivo, de hecho tampoco estaba allí la ayudante de Ferd ¿Acaso había ocurrido algo para que ellas no estuvieran en su habitación? ¿O por algún motivo los guardias habían pasado por alto esa habitación?

Frey no tardo en atar cabos, relacionando el haber encontrado a Ferd fuera de su habitación con lo que sea que había ocurrido para que ellas no estuvieran allí ahora mismo. El seguramente sabía que estaba pasando, pero sería muy arriesgado ir preguntarle ahora mismo. Por lo pronto la mujer de los clanes barbaros envió una señal a su compañera para advertir que los objetivos tampoco se encontraban en su lugar.

— ¡Joder! La situación se complica más de lo que debería. Ok, cambio de planes, no podemos dejar que las personas en cubierta caigan en manos de los traficantes de esclavos, pero tampoco podemos abandonar al objetivo principal junto a los que serán enviados a las minas. Nuestra mejor opción para cumplir esta misión es tomarnos la nave.

— ¡Joder!  —Exclamo frustrada Frey al darse cuenta que todo se había ido al demonio.

— hmmm ¿Sucede algo malo?

Uno de los guardias que pasaba junto a ella en ese momento se detuvo a verificar el porqué de la expresión de aquella gran guerrera, ella no respondió, solo lo miro por unos segundos y simplemente lo envió a volar fuera de la nave con un puñetazo.

— ¿Qué mierda está pasando allá afuera? —En la cabina de mando el actual piloto se encontraba hastiado a causa de la molesta algarabía en cubierta, lo cual le evitaba concentrarse adecuadamente en mantener la nave en curso, con el extraño comportamiento que tenía el timón.

— Parece que están peleando. Ya sabes cómo son esos mercenarios de quinta, siempre queriendo arreglar todo a los golpes.

— Que mierda. Debería simplemente girar todo a estribor y enviarlos a volar por la borda.

— Si haces eso, probablemente la mercancía también saldrá a volar, si eso sucediera no habrá lugar en el vacío donde puedas esconderte.

— Lo sé, solo estoy teniendo ideas locas a causa de la tensión pero yo…

*Brong!!*

La nave se sacudió fuertemente a causa de una explosión mágica probablemente provocada en medio de la batalla allá afuera. Ambos sujetos en la cabina cayeron al suelo al no poder resistir el fuerte estrujón. Probablemente se habrían quejado o habrían salido a formar parte de la batalla para desahogarse, pero realmente no tuvieron aliento para hacerlo, sus almas habían saltado fuera de sus cuerpos por un terrible susto y el motivo para ello era que tras la caída, el piloto aún tenía el timón de la nave en sus manos.

El mando de la nave estaba completamente arruinado.

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