Olivia Lancaster siempre ha sido la hija perfecta: obediente, refinada y dispuesta a sacrificar su felicidad por el bienestar de su familia. Cuando una crisis financiera amenaza con destruir el imperio empresarial que su padre ha construido, Olivia accede a un matrimonio arreglado con Ethan Montgomery, el frío y misterioso magnate que podría salvarlos de la ruina.
Ethan no está interesado en el amor. Para él, el matrimonio es solo un acuerdo de negocios, una forma de asegurarse el control absoluto sobre la empresa de los Lancaster. Sin embargo, lo que comienza como una relación puramente contractual pronto se convierte en algo mucho más intenso. Olivia despierta en él un deseo que jamás imaginó sentir, un anhelo que desafía todas las reglas que se ha impuesto a sí mismo.
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Capitulo 12
La luz del sol se filtraba a través de las ventanas del elegante apartamento de Olivia, iluminando el espacio con un brillo dorado que contrastaba con la creciente tensión en el aire. La vida pública de ambos se había convertido en una presión constante que ahora parecía aplastarlos. Mientras Olivia revisaba un par de documentos, su mente no podía evitar desviarse hacia Ethan, hacia la atracción palpable que los consumía.
—¿Estás lista para la reunión? —preguntó Ethan desde la puerta, su voz profunda y grave resonando en la habitación. Su presencia era un recordatorio constante del deseo que palpitaba entre ellos.
Olivia levantó la vista, atrapada por la intensidad en sus ojos. Aunque el día estaba destinado a centrarse en los negocios, la conexión que habían forjado en la noche anterior parecía desbordarse. Sabía que, a pesar de sus intentos de mantener las cosas profesionales, había un hilo invisible que los unía, y cada momento juntos lo hacía más fuerte.
—Sí, solo necesito un momento más —respondió, intentando ignorar la manera en que su corazón latía aceleradamente. Sabía que, aunque estaban involucrados en una relación privada, su imagen pública debía mantenerse intacta.
Ethan se acercó a ella, y la proximidad hizo que su piel se erizara. —A veces, me pregunto si podremos mantener esta separación entre lo que sentimos y lo que mostramos al mundo.
—Es complicado, Ethan —dijo Olivia, sintiendo el peso de la verdad en sus palabras. —La gente ya está comenzando a murmurar sobre nosotros. Si esto se hace público… no solo nos afectará a nosotros, sino también a nuestras carreras.
Él se detuvo, su mirada fija en ella. —Lo sé, pero no quiero seguir escondiéndome. La tensión entre nosotros es insoportable. Cada vez que estoy cerca de ti, solo quiero besarte, tocarte… pero sé que no puedo hacerlo aquí.
Olivia sintió cómo su pulso se aceleraba con sus palabras. La lucha entre el deber y el placer se cernía sobre ellos como una tormenta a punto de estallar. —Si seguimos así, no solo arriesgamos nuestra imagen, también lo que hemos construido. Necesitamos encontrar un equilibrio —dijo ella, aunque su voz temblaba con la verdad que escondía. La idea de renunciar a Ethan era impensable, pero también lo era perder su carrera.
Ethan asintió, pero la frustración se reflejaba en su rostro. —Quizás deberíamos ser más abiertos sobre lo que sentimos. Hacerlo público podría liberarnos de esta presión constante.
—O podría destruirnos —respondió ella, con un matiz de temor en la voz. —No solo por la reacción del público, sino por lo que esto podría significar para nosotros.
Ambos permanecieron en silencio, el aire entre ellos cargado de electricidad. La atracción que los consumía era innegable, pero la realidad del mundo exterior se interponía como un muro inquebrantable.
—Olivia, me haces sentir cosas que no creía posibles. Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por ti, pero no puedo hacer esto solo. —Sus ojos se entrecerraron, buscando una respuesta en la suya.
El corazón de Olivia latía con fuerza, cada palabra de Ethan resonando en su alma. Ella anhelaba entregarse a él, pero su sentido del deber la mantenía cautelosa. —Y yo también, Ethan. Pero tengo miedo de perder todo lo que he trabajado por construir.
—Entiendo —dijo él, su voz suave pero firme—. Pero también sé que lo que siento por ti es real. No puedo ignorarlo.
Ella sintió un tirón en su pecho, y el deseo se intensificó, fluyendo entre ellos como una corriente eléctrica. En ese instante, el mundo exterior desapareció y solo existían ellos dos.
—Quizás podríamos encontrar una manera de vivir entre ambos mundos —sugirió Olivia, sintiendo que su corazón se abría a la posibilidad. —Podemos ser discretos, mantener la apariencia de lo que el mundo espera de nosotros, pero ser nosotros mismos cuando estamos juntos.
Ethan la miró, su expresión era una mezcla de alivio y deseo. —Eso podría funcionar, pero deberíamos establecer límites. No quiero que esto nos consuma.
Olivia sonrió, sintiéndose más ligera al compartir su carga. —Me parece justo. Tendremos nuestras noches privadas, pero en público seremos solo socios, como hasta ahora.
Ethan acercó su mano, y sus dedos se entrelazaron, la conexión entre ellos irrompible. —Eso suena perfecto, pero… —su voz se volvió un susurro—. Solo quiero que sepas que mi deseo por ti no va a disminuir. Estoy dispuesto a luchar por esto, por nosotros.
Ella sintió cómo la calidez se extendía por su cuerpo, y aunque sabía que la lucha no sería fácil, había algo reconfortante en su declaración. Olivia asintió, dejando que la emoción inundara su corazón.
—Y yo también, Ethan. No sé qué nos depara el futuro, pero sé que quiero enfrentarlo contigo a mi lado.
La tensión entre el deber y el placer seguía presente, pero en ese momento, habían encontrado un camino hacia adelante, un camino donde su amor podría florecer en secreto mientras enfrentaban juntos el mundo. La decisión había sido tomada, y aunque el futuro era incierto, estaban dispuestos a explorarlo juntos.
La noche se cernía sobre la ciudad, y las luces titilantes a través de las ventanas del apartamento de Olivia eran como estrellas distantes, burlándose de su situación. La atmósfera era pesada con la promesa de lo que vendría, y cada segundo que pasaba juntos parecía cargado de una anticipación que tanto la emocionaba como la aterrorizaba.
—Debemos irnos —dijo Olivia, rompiendo el silencio, aunque no quería dejar la seguridad de su espacio compartido. Había algo increíblemente íntimo en la forma en que sus manos aún estaban entrelazadas, como si fueran dos partes de un mismo todo. —No podemos llegar tarde a la reunión.
Ethan hizo un gesto hacia la puerta, pero su mirada se detuvo en ella. —¿De verdad crees que puedo concentrarme en lo que vamos a discutir? Cada vez que miro hacia ti, solo puedo pensar en lo que sucede cuando estamos a solas.
Olivia sintió que sus mejillas se ruborizaban, el deseo burbujeando en su interior. La franqueza de Ethan la dejaba sin aliento. —No es fácil para mí tampoco, Ethan. Pero tenemos que mantener las apariencias.
—¿Y si no lo hacemos? —preguntó él, un destello de desafío en sus ojos. —Podríamos enfrentarlo juntos. Mostrar al mundo que estamos juntos, sin miedo.
Ella lo miró, sintiendo cómo su corazón se agitaba. La idea de revelar su relación la llenaba de ansiedad, pero al mismo tiempo, el deseo de estar con él, de dejar que el mundo supiera lo que sentían, la tentaba de una manera que no podía ignorar. —No es tan simple. Ya sabes cómo son las cosas en nuestra esfera. La gente está esperando cualquier excusa para hablar.
—Tal vez no debamos darles esa satisfacción. —Ethan se acercó más, su voz baja y cautivadora. —¿Qué pasaría si comenzamos a ser más audaces? Aún podemos ser estratégicos, pero también podemos ser nosotros mismos.
Su corazón latía con fuerza, y la cercanía de Ethan la hacía sentir viva. —Eso implicaría mucho riesgo.
—El mayor riesgo es vivir en la sombra de lo que deseamos —respondió él, su mirada intensa y decidida. —¿Qué prefieres? ¿Seguir ocultos, o arriesgarlo todo por algo que podría ser increíble?
Un escalofrío recorrió su espalda ante la pregunta. La idea de vivir en la luz, de ser abiertos sobre su amor, era como una promesa de libertad. Pero con esa libertad también venía el peligro, la posibilidad de perderlo todo.
—No estoy segura, Ethan. El precio podría ser demasiado alto.
—Quizás sea hora de dejar de pensar en el precio y comenzar a valorar lo que realmente queremos. —Se inclinó hacia ella, sus rostros tan cerca que podía sentir el calor de su piel. —Olivia, quiero que sepas que eres más importante para mí que cualquier cosa que haya logrado. Me haces querer ser un mejor hombre.
Las palabras de Ethan resonaron en su mente como una melodía, y aunque su corazón gritaba por rendirse ante el deseo que la consumía, su mente luchaba por mantenerse firme. —Yo también te quiero, Ethan. Pero ser abiertos significa aceptar que nuestra vida cambiará para siempre.
—Quizás ese sea el propósito.
En ese momento, el mundo exterior se desvaneció, y solo existían ellos dos. Los conflictos, las tensiones y las expectativas se desdibujaron en la intensidad de la conexión que compartían. Sin pensarlo, Olivia tomó una decisión.
—Está bien. Vamos a dar un paso adelante. Pero tenemos que hacerlo de manera estratégica. Necesitamos tiempo para prepararnos.
Ethan sonrió, y su expresión se iluminó con un brillo de esperanza. —Eso es todo lo que pido. Tomaremos el control de nuestra historia.
Con una mezcla de nerviosismo y emoción, Olivia se sintió más ligera, como si una carga invisible se hubiera levantado de sus hombros. Pero al mismo tiempo, era consciente de que la batalla estaba lejos de terminar.
Mientras se preparaban para salir, la presión de la reunión se mezclaba con la promesa de lo que podría ser. La noche les deparaba un futuro incierto, pero juntos, estaban dispuestos a enfrentarlo.
La tensión entre el deber y el placer seguía ahí, un recordatorio constante de la delgada línea que estaban a punto de cruzar. Pero en ese instante, ambos sabían que lo que sentían era más fuerte que cualquier obstáculo que pudieran encontrar.
Con la mano de Ethan en la de ella, Olivia salió del apartamento, sintiendo que, por primera vez, estaba lista para enfrentarse al mundo.
ADEMÁS QUIERO REITERAR, QUE ESTA MUUUUUUY BIEN ESCRITA. GRACIASSSSSSS A LA AUTORA POR ESTA HISTORIA Y FELICITACIONES