Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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19. Aferrarte a la luz
Volvimos a la manada y todo volvio a ser como siempre habia sido, Azuma y Rhys volvieron a su manada no sin antes jurarme que esto no se quedaria asi, hice caso omiso a sus palabras y segui mi vida como si ellos nunca hubieran vuelto a aparecer, trabajo, reuniones, noches en mi hermoso trono y gruñidos poderosos en mi cabeza, vigilando a los traidores que me rondaban, pronto llegaría el dia de la casa y me regodearia en el sufrimiento de los desgraciados que se habian atrevido a traicionarme.
Comencé los entrenamientos con Alexander y tenia que admitir que era un guerrero fuerte, seguro, poderoso, su poder habia chocado con el mio mas de una vez, era agil al moverse de un lugar a otro sorprendiendome con la guardia baja, my lycan parecia estar agusto con el, siempre estaba en silencio o ronroneaba de satisfaccion cada vez que su poder chocaba con el mio, sabia que Alexander tenia un potencial muy parecido al mio y que lo mejor era que yo le enseñara antes de que el poder lo consumiera igual que a mi. Hoy le habia dicho que subieramos al santuario de la diosa, su velocidad casi igualaba a la mis asi que corrimos hasta arriba y cuando llegamos se quedo viendo el trono con fascinación.
- Ese es el trono?.- me dijo sorprendido y asenti caminando hacia el trono.
- Ven aqui Alexander.- El camino hacia mi tranquilo.- Sientate en el trono.- El me miro serio.
- Puedo?
- Si, necesito que te sientes en el trono para la leccion de hoy.- El tomo una boconada de aire preparandose y se sento en el trono.
- Es... comodo, aunque no lo parece, se siente... bien.
- Lo se, ahora cierra los ojos.- el cerro los ojos confiado.- Respira profundo y concentrate.- Alexandra respiro profundo y de repente sus manos se apretaron con fuerza en el trono.- Puedes verlas?
- Pequeñas flamas... Azules.- Azules... abri mis ojos en sorpresa, porque el las veria azules si yo las veia rojas.
- Y que sientes al verlas?
- Felicidad, Anhelo, incertidumbre, deseos, Amor.- Sus palabras me dejaron de piedra, era posible que el pudiera sentir los sentimientos de cada uno de ellos, su ceño se fruncio y apreto sus manos.- pero tambien Envidia, avaricia, descontento, descontrol, verguenza.- me quede en silencio procesando lo que habia dicho y el abrio los ojos.- Tu tambien puedes verlas hermana?.
- Si puedo... solo que no de la manera en la que tu lo haces, puedo saber lo que hacen, lo que hablan, lo que piensan o lo que sueñan si estan durmiendo.- El se levanto del trono y yo me sente.
Satisfacción deliciosa se esparcio por todo mi cuerpo y solte un suspiro de placer.
- Sabes que tambien senti hermana?.- lo mire intrigada y su mirada cambio.- Poder, mucho poder.- el miro hacia el suelo con una mirada seria y de repente subio su mirada hacia a mi.- Eso no te enloquece?
- En su momento casi lo hace pero logré controlarlo, escúchame algo Alexander, manten esto presenté, manejar la oscuridad no es facil y si no quieres que la oscuridad te controle aferrate a la luz con todas tus fuerzas.- El me miro serio.
- Y cual es la luz a la que tu te aferras?
Me quede en silencio por un momento procesando las palabras que saldrian de mi boca.- Ustedes, Mi madre, mis padres, Jaden, Alexa, Melany, Tu, me aferro a ustedes, ustedes son lo unico que nunca voy a soltar en la vida, la única luz que me mantiene cuerda.
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Hoy traje a Alexander al bosque, caminamos en un silencio comodo por un rato largo, con Alexander me sentia tranquila, en calma, nuestros silencios se prolongaban y nunca parecian incomodarle, yo me habia vuelto alguien de pocas palabras y el siempre habia sido alguien de pocas palabras, nos complementabamos de tantas maneras. Al fin llegamos al lugar donde tendríamos nuestro siguiente entrenamiento.
- Que hacemos aqui hermana?
- Hoy quiero que dejes salir tu poder, Luz o Oscuridad lo primero que puedas canalizar y dejar salir de tu cuerpo.- Nos paramos frente a frente.
- Porque lo hacemos aqui? porque no en el campo de entrenamiento como siempre.- torci el rostro pensando en aquel dia, la mirada que todos me dieron, no queria que miraran de esa manera a Alexander.
- las personas de la manada... no quiero que te observen mal o te juzguen o piensen cosas erroneas sobre ti, la gente le teme a lo que no comprende.
- No me interesa lo que piensen aquellas personas que no apoyan a mi hermana.- Me miro serio como si lo que hubiera dicho no hubiera sido la cosa mas dulce que habia dejado salir de sus labios.
- Talvez no importa lo que piensen pero ellos son nuestras gente, la gente a la que debemos proteger y es dificil hacerlo cuando todos creen que en cualquier momento saltaras sobre ellos y los asfixiaras hasta la muerte.- el me miro en silencio y miro hacia el suelo.
- Es dificil para ti hermana?.- Suspire de cansancio de solo pensarlo, en su momento era dificil, nunca esperé que se arrodillaran ante mi y me alabarán como a la diosa, pero tampoco pense que llegaran a odiarme con tanto empeño
- Fue dificil al principio... Luego me acostumbre, aunque a muchos no les guste, naci para tomar ese lugar, nací para protegerlos y poco a poco dejo de importarme que me vieran con otros ojos o que valoraran lo que hacia por ellos, no podemos obligar a las personas a amarnos o aceptarnos... Pero para mantener el poder... Tuve que acostumbrarme a atemorizarlos, no fue lo que hubiera querido hace años, pero uno tiene que acostumbrarse a la situacion.
Nos quedamos en silencio por un momento, lo vi apretar sus manos y su ceño se fruncio en molestia, no quería cargarlo con mas tonterías.
- Comencemos con el entrenamiento, cierra los ojos, sube tus manos a cada lado y aprietalas en puños, deja que tu poder fluya, sientelo, como si pudieras tocarlo... y cuando lo tengas, Abre tus manos y dejalo salir.- Alexandre hizo todo lo que dije concentrado y cuando sus manos se abrieron y humo blanco espeso salido de el, por un momento cego mi vista, salio de sus manos volando hacia a mi, acariciándome y haciendo que toda la oscuridad que tenia dentro se descontrolara queriendo salir de mi y batallar contra su luz, suspire moviendome hacia atras y observandolo fascinada, el humo lo rodeaba haciéndolo brillar como el oro, Alexander abrio sus ojos observando todo sorprendido.
- Esto...
- Es tu magia, tu luz.
- Es cálido, fresco, es... sorprendente.
- Ahora intenta hacer que vuelva a ti, visualizalo en tu mente, como si jalaras hilos invisible hacia ti
Alexander volvio a concentrarse y el espeso humo blanco volvio hacia el entrando por sus palmas, sus manos cayeron a cada lado y me miro sorprendido y emocionado y de repente corrio hacia a mi estrellándose contra mi pecho y abrazándome con fuerza.
- Gracias hermana.- me permiti sonreir y bese su cabello.
- Estoy orgullosa de ti hermanito.