Lo que empezó como una noche de copas y diversión termina por unir los destinos de dos personas con vidas completamente opuestas.
Marcos Ashford es un hombre frió, arrogante y calculador, acostumbrado a tener todo a sus pies.
Miranda Gonzales es una chica amable y extrovertida que no tiene miedo a divertirse.
¿Podrán ambos sobrellevar las adversidades y abrirse paso al amor?
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Boda
Un mes después
—¿De verdad tan solo quieren una boda sencilla? Aún estamos a tiempo de marcharnos de aquí y organizar una gran celebración— Ya estamos en el registro civil tan solo esperando a que el juez se presente, no creo que podamos irnos y tampoco no es como que yo quiera otro tipo de ceremonia. Esta está bien tal cual, tan solo firmaremos y todo habrá acabado.
—Lo nuestro no es una relación convencional y lo sabes, hacemos esto solo para proteger al bebé.
—Claro, mi sobrino es primero, pero créeme que me hacia mucha ilusión verte vestida de blanco— Es grato tener a Eugenia de mi lado en este momento. Los padres de Marcos no asistirán debido a que no soy para nada de su agrado y en cuanto a mis padres, preferí no decirles nada, conozco a mi madre y probablemente se habría puesto del lado de Eugenia con la idea de hacer una boda gigantesca. —Y de todas formas, no es como si esta fuera la única vez que te veré casarte. Esto será por poco tiempo, luego volverás a ser libre.
—No te haz casado conmigo y ya estás pensando en casarte con otro, Gonzales.— Marcos apareció tras nuestro y se colocó a mi lado.
—Solo estoy pensando a futuro, ¿está mal?
—Tendremos un hijo en común, debo ser parte de cualquier decisión que tomes.
—En cualquier decisión que tome respecto a él o ella. No en mi vida privada— Si cree que usará la carta del bebé para creerse con derecho de opinar en mi vida, se equivocó.
—Si se trata de las personas que estarán al rededor de mi hijo, si. Tengo derecho.
—Ashford, no comiences porque...
—Espero no haber llegado tarde— Tanto Marcos como yo volteamos hacia la entrada, el mejor amigo de Marcos, Jason Simutt, quien será uno de nuestros testigos había llegado.
—Señor Simutt, no se preocupe, el juez aún no ha llegado.
—Por favor, eres la esposa de mi mejor amigo, llámame Jason— Extendió su mano y estaba a punto de corresponder al saludo pero Marcos me sostuvo de una parte de mi vestido y me hizo retroceder.
—Gracias por venir, Jason— ¿Qué le pasa? tan solo estaba intentando ser amable con su amigo.
Por fortuna el juez entró en la sala, rompiendo con la incomoda escena que había provocado Marcos, pidió disculpas por la tardanza y procedió con la ceremonia que por suerte no tardó mucho ya que otra pareja también estaba esperando para casarse. Ambos firmamos el acta de matrimonio y luego nuestros testigos, Jason y Eugenia. Nos tomamos varias fotos todos juntos y luego nos dirigimos la casa de Marcos.
—¿Qué fue eso, Ashford?— Aproveché que habíamos llegado a la casa antes que Jason y Eugenia para preguntarle por su ridícula escena de celos en el registro civil.
—¿De que hablas?
—De lo que hiciste cuando intenté saludar a Jason.
—Ah, te refieres a eso— Jason y Eugenia bajaron del auto y comenzaron a acercarse a nosotros por lo que Marcos se acercó a mi para hablar más despacio. —Nuestro trata prohíbe que tengas algún contacto físico con otro hombre.
—Solo lo quise saludar.
—Ningún contacto es ningún contacto—
—Ya hablaremos de eso, Ashford— Rodee los ojos, alejándome de él y entrando a la casa y para mi sorpresa nuestros padres ya estaban en ella.