Aurora Parisi es una joven de 20 años, recién egresada de la universidad a su corta edad, estudio negocios y administración, es dulce, amable y muy correcta, ella es hija adoptiva de los Parisi.
Perla Parisi tiene 20 años y es la hermana de Aurora, es egoísta, caprichosa, manipuladora y odia a su hermana, le ha hecho la vida imposible y le ha quitado todo lo que puede.
Aurora siempre se ha negado en trabajar en el negocio familiar, en la mafia, pues, es muy correcta, a pesar de todo adora a su hermana, pero todo cambia cuando Perla se queda con el prometido de Aurora, allí es cuando ella se olvida de sus principios y aceptara la propuesta de su abuelo entrando a un mundo oscuro donde lo conocerá a él y se dejara llevar por la pasión y lo prohibido.
Él, Massimo Caruso un Mafioso cruel, frío, despiadado, sexy y ajeno, hará que la dulce Aurora caiga en la red de lo prohibido.
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vamonos
Los días siguientes fueron un dolor, iba a la empresa a diario, pero evitaba a como diera lugar encontrarme con el, me fui a una misión que mi abuelo me asignó y allí dure una semana, había que recuperar un cargamento, lo hice con Leonardo, la verdad es que funcionamos muy bien juntos en la misión el panorama no era nada alentador, ya que estaba altamente custodiado.
Leonardo me dio indicaciones solo seríamos cinco para no llamar la atención y al igual que la vez pasada abordamos el camión, pero ellos estaban atentos empezaron a dispararnos, pero está vez no me hicieron mataron a dos de nuestros hombres, pero al final recuperamos la mercancía, me quedé un tiempo en el lugar donde entrene tenía que despejarme y mientras me encargaba de los negocios de mi familia iba a reuniones, teníamos misiones, entregábamos mercancía esa era mi vida ahora abarrotarme con trabajo, para no pensar aunque era inútil mis pensamientos eran de él no había un solo segundo en que no pensara en él.
Mi abuelo seguía con lo del matrimonio y ya era casi un hecho, le dije que hiciera como quisiera, pero que no estaría con esas ridículas de cenas y fiesta, era una firma y ya, pero él estaba empeñado en que todos debían enterarse de que las familias se unirán, mi prometido cada vez estaba más insoportable a veces discutíamos por no querer besarlo o abrazarlo eso no lo haría esto era solo algo de negocios y ya.
Regrese a la empresa y siempre me topaba con Massimo que solo me miraba de manera fría, yo me iba rápido, evitaba cruzármelo, mis amigas solo me consolaban, la esposa de él me estaba hartando, a diario quería visitarme y almorzar se portaba como una gran amiga no sabía lo que sucedía.
Su hermano y yo salíamos a cenar y ella venía con nosotros, solo era para la prensa y para nuestro círculo, ella me contaba como Massimo había cambiado con ella, era un esposo maravilloso, cada palabra era una daga a mi corazón, pero yo fui quien lo lanzó a sus brazos así que no tengo derecho de reclamar nada.
Massimo se va con ella cuando ella lo visita y allí cruzábamos miradas, quería besarlo, abrazarlo y gritarle lo que siento, pero no le haría eso a una moribunda.
Los días pasaron a semanas y las semanas a meses, mis amigas odiaban el hecho de que me casara con tal imbécil, Leonel me tenía cansada, siempre venía a casa a llorarme y a implorarme que no lo hiciera, todo esto me tenía al límite mi vida era un desastre, pero era buena y era feliz o al menos lo era comparado a lo que se avecinaba.
De la noche a la mañana mi hermana había regresado y era la mejor amiga de mi cuñada y querían vivir saliendo conmigo, no aguantaba tanta hipocresía, ellas se comportaban de una manera muy buena conmigo y la estúpida que una vez fui jamás salió de mí no pude detectar el mal que venía.
A solo poco para mi boda, Massimo no aguanto y tomo del brazo cuando iba a montarme en mi auto, me subió al suyo y arranco
— que haces Massimo, que sucede bájame nos pueden ver — dije y vi su rabia salir.
— que te preocupa que dañemos a tu prometido, por qué aurora, por qué iba a dejar todo por ti y tú solo me dejaste— dijo y baje mi cara no me atrevía a verlo, mi corazón latía fuerte y mi cuerpo lo quería solo a él.
— Mi amor, mía Regina, olvida todo, vámonos escapemos.— dijo y empecé a llorar.
— no puedo como eres capaz de hacer esto, tu esposa te necesita ahora.— dije y grito.
— No la amo, a ti, sí— sus palabras me desarmaron, entonces se lanzó a mis labios, me besó con desesperación y necesidad, nuestras lenguas parecían serpientes peleando.
Después de ese beso que cortó la búsqueda de aire, juntamos las frentes y lo abracé.
— Massimo te amo, pero no puedo hacer este perdón mi amor— dije y hui de allí, hui como la cobarde que era, hubiese sido mejor hacerle caso y escapar, no sabía la maraña que se cocinaba en mi contra.
Mi hermana y mi cuñada cada vez estaban más al pendiente de mí, cada una contaba lo maravilloso que eran sus parejas y yo no podía con tanta estupidez.
Mi madre regresó, ya que todas las amenazas cesaron, el detective nunca más apreció y yo olvide el tema, lo de Massimo me había colmado y estaba desorientada.
Mi abuelo organizó una fiesta en la mansión y vendrían personas de todo lados, se presentarían a los novios de sus dos nietas, mi hermana y mi cuñada no se me despegaban y mis amigas decidieron no acercarse y yo entendí ellas las detestan, ese día llegué en un hermoso vestido esmeralda robándome las miradas de todos era la más elogiada, Massimo se me acercó cargaba un traje negro y se veía demasiado hermoso, su cabello bien peinado y esa mini barba que me encantaba, me arrastró al jardín y me besó me olvidé del mundo con ese beso sentís mi cuerpo estremecerse por su beso.
— Estás hermosa mi amor, mía Regina, no lo hagas, Vámonos, dejemos todo atrás.— me pidió y lo besé, me dejé llevar por sus labios y caí en la pasión y el fuego que era Massimo.
— Si mi amor vámonos, no quiero esto, te quiero a ti, te necesito solo a ti.— dije y nos seguimos besando con pasión, con premura, con amor.
—Vámonos, iré a preparar todo y tengo que terminar un negocio, te espero a las doce en la entrada.— Dijo me besó y se fue, cuando lo vi alejarse y me atacaron las ganas de besarlo de nuevo, sentía algo en mi pecho algo está mal lo sabía algo pasaba o pasaría
—… ¡Mi amor! — lo llamé y se devolvió.
— que ocurre mía Regina— preguntó y lo besé, lo besé con locura, con desesperación.
— Vámonos ya mi amor, tengo miedo a no poder irnos, a qué algo ocurra, vamos ahora.— le dije y me abrazo.
— Amor cálmate, no va a pasar nada.— dijo y lo abracé fuerte con miedo a perderlo.
— Amor te amo.— dije y sus ojos brillaron …—
— repite eso mi Reina — ordenó.
— te amo, mi amor te amo con mi vida.— dije y otro beso selló esas palabras.
— A partir de hoy todo será diferente— dijo y se marchó.
Verlo irse me preocupo algo, me gritaba que pasaría algo malo, yo lo sentía regrese a la fiesta y comenzaron las fotos, mis amigas se me acercaron.
— nos vamos, no soporto esta farsa.— dijo Alanna les conté rápidamente y se alegraron, se retiraron y me desearon suerte, yo esperé pacientemente, pero justo antes hicieron un brindis, mi hermana y la esposa de Massimo empezaron a tirarse fotos mientras bebíamos la champaña para brindar en mi mente decís salud y hasta nunca, pero esa bebida me hizo marear, mi hermana y ella me llevaron a mi recámara.
— Que me pasa, qué tengo.— pregunté asustada, ya mis amigas no estaban.
— estás drogada zorra, ahora sí aprenderás a respetar a los maridos ajenos— dijo la esposa de Massimo y perla se reía, ahora sí estaba acabada.