Adriano Mancini, un mafioso de Sicilia, dueño de varios casinos, frío y despiadado, le hará una propuesta a Alice, una bella joven que acaba de entrar en uno de sus casinos para ayudar a su hermano que ha contraído una elevada deuda de juego.
Alice tendrá que elegir, o firma el contrato de matrimonio, o su único hermano muere.
El sueño de Adriano es ser padre, pero quiere una mujer pura, que dé a luz a su hijo, con un pasado que no le gusta recordar, se niega a volver a amar a una mujer, pero será imposible luchar contra el amor que sentirá por Alice, su esposa por contrato.
Una historia de amor de un gángster con un corazón tan frío como el hielo, que acabará derritiéndose por su mujer que para él, sólo era un contrato.
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Capítulo 2
-¿Cuánto te debe mi hermano?
Adriano se inclina y la mira a los ojos azules y colocando su mano en el muslo de Alice le dice:
-Busco una mujer que me satisfaga esta noche, puedes pagarme así, ¿qué te parece?
Alice le quita la mano del muslo y le da una bofetada a Adriano.
-Prefiero que me mate a que le quite la virginidad -dijo André-.
Adriano se acerca a André y mirando a Alice le da un puñetazo a su hermano.
-Si vuelves a abofetearme, mataré a tu hermano -dijo un irritado Adriano-.
-Sólo dime la cantidad, me aseguraré de que la recibas -dijo Alice-.
-Tu hermano lleva tocando desde el jueves por la noche, no sabe lo que significa parar, lo que me debe no me interesa, te propongo que hagamos un contrato -dijo Adriano, recordando lo que dijo el hermano de Alicia sobre que era virgen.
-¿Qué tipo de contrato? -preguntó.
Adriano saca su teléfono móvil del bolsillo y llama a su abogado, que responde inmediatamente.
Buenas noches, señor Mancini, ¿en qué puedo ayudarle?", preguntó Massimo.
📲-Massimo, necesito que envíes ahora mismo ese contrato que te pedí hace quince días, lo necesito ahora mismo -dijo.
Alice se pone tensa cuando escucha el nombre de Massimo, inmediatamente piensa que estaba hablando con el hijo de su jefe, y que si fuera allí y la viera así con su hermano, sería como destruir su imagen ante su amor platónico.
📲-No hace falta que vengas hasta aquí, mándame un correo ahora, lo imprimiré en mi despacho.-Habló Adriano.
Sale de la habitación, dejando a cuatro matones armados con Alice y André, y luego va a su oficina en el sótano del casino y le dice a su asistente que imprima los documentos y se los lleve.
Vuelve a la sala donde estaban Alice y Adriano y se sienta frente a ella, tenía una mirada penetrante, se sintió por primera vez avergonzado, ella también lo miraba fijamente, pero sus pensamientos al mirarlo, eran de enojo, sabía que la miraba como un pedazo de carne, esto la hacía sentir desnuda frente a esos ojos café claro que fulminaban hacia ella.
El asistente de Adriano llega y le entrega el contrato.
Dice Adriano:
-venga conmigo a una habitación.
-No consentiré que toques mi cuerpo, -dice ella.
-No te tocaré por la fuerza, no soy esa clase de hombre -dijo-.
Ella se levanta y su hermano, preocupado, le dice: Alice, no aceptes ningún acuerdo, no hagas lo que él quiere, no siempre puedes corregir mis errores.
Alice se acerca a su hermano, lo abraza y le dice:
-Tú eres todo lo que tengo hermano, no puedo dejarte morir.
Los dos lloran y Adriano le coge la mano y tira de ella.
Alice entra en una habitación y, secándose las lágrimas, pregunta:
-¿Qué quieres?
Arroja el contrato sobre la mesa, le dice que se siente y le pide que lo lea todo.
Coge el contrato, empieza a leer página por página, se muestra incrédula con todo lo que lee y dice:
-Aquí dice que quiere una esposa con contrato por dos años.
-Sí, sé lo que está escrito ahí, fui yo quien ordenó este contrato, Bela, ¿qué quieres saber?
-No acepto hasta saber cuánto debe mi hermano, y por favor, deja de llamarme Bela, o te llamaré Bestia -dijo.
Adriano pide a su asistente que le traiga el valor exacto de lo que André debía al casino.
Coge el recibo y se lo da a Alice, cuando ve que la cantidad se acerca al millón de dólares, baja la cabeza, triste, y habla en tono bajo:
-Acepto ese contrato.
-Entonces fírmalo -dijo entregándole un bolígrafo-.
-Tengo que cambiar primero algunas de sus cláusulas -dijo Alice-.
-Está bien, Bela, primero dime y te diré si quiero cambiarlo o no.
-No me casaré contigo en la iglesia, Bestia, no quiero una fiesta y mucho menos que la gente sepa que soy tu mujer en este periodo de dos años, como dice el contrato.
-¿Eso es todo? -preguntó.
-Tampoco quiero que me toques sin mi consentimiento. Que esté casada contigo no significa que puedas hacer lo que quieras con mi cuerpo -dijo-.
-¿También quieres que duerma en una habitación separada de la tuya? -preguntó con sarcasmo.
-Sí, quiero -dijo-.
-¿Crees que voy a casarme contigo para ser sacerdote? En cuanto a lo que te pedí antes, estoy de acuerdo, pero no estoy de acuerdo con dormir en habitaciones separadas, te doy un mes para que te acostumbres y pierdas tu virginidad conmigo, ya que seré tu marido, en cuanto a casarte por la iglesia, si tú que eres la mujer no quieres, no tengo por qué oponerme.- Dijo.
Alice respira aliviada de que él acepte que el matrimonio será sólo civil, pero al mismo tiempo teme el plazo que él estipuló para tenerla.
Ella firma las cláusulas alteradas, y luego pone una nota al final, diciendo que él no puede hacer daño a su hermano o matarlo.
Tras los cambios, ella firma y le pide a él que firme. Adriano lee todos los cambios escritos que ella puso y pregunta:
-¿Asistes a la escuela de derecho?
-¡Sí! Entonces espero que aceptes que siga trabajando y estudiando.
-No te voy a quitar lo que ya hiciste, pero tienes que cumplir con todo lo que está en el contrato, sobre todo serme fiel sólo a mí, sin juegos y sin amigos varones, ¿entiendes?
-No te preocupes, tendrás una esposa fiel durante estos dos años -dijo-.
Adriano miró a Alice, que levantó la mano para sellar el trato con un apretón de manos.
Entonces se levanta, va hacia ella, se inclina, fijando su mirada en la de ella, y en lugar de darle la mano, la besa, depositando un beso en su boca.
-Dentro de dos días, mi chófer te recogerá, tienes exactamente dos días para empaquetar tus cosas para mudarte a mi casa.
-Pero no te he dado mi dirección -dijo-.
-Bela, hay muchas cosas sobre mí que no puedes imaginar, no necesito tu dirección, sé dónde vives. Mañana pondré a tu hermano a trabajar conmigo, le daré un trabajo y te prometo que mientras estés casada conmigo, no te faltará nada.
Alice sale del casino con su hermano y el chofer de Adriano los lleva a casa, poco sabía ella que Adriano quería un hijo, que haría cualquier cosa por tener un bebé con ella.
Adriano sale del casino y se dirige a su mansión, se da una ducha y luego se tumba en su cama, pensando en esos ojos azules y en los suaves labios de ella, pronto vuelve en sí cuando una de sus putas llama a la puerta de su habitación.
-Adriano, me muero por sentirte dentro de mí, -dijo la puta de lujo.
-Estoy muy excitada por sentirte dentro de mí -dijo la prostituta de lujo- Haz que todos tus amiguitos se vayan de mi mansión mañana, Sam te pagará una buena cantidad de dinero, no vuelvas, la vida fácil se acabó para ti.
María se queda perpleja cuando es despedida por él e intenta seducirle, Adriano se levanta jurando y la empuja fuera de su habitación.
Mientras tanto, en la casa de Alice...
Ya estaba acostada, pero no podía dormir, Adriano no salía de sus pensamientos, tenía miedo, tener que dormir junto a él, era algo que temía, ya que nunca había estado en la cama con un hombre, ahora tendría que dormir todos los días junto a uno.
Sigue...