Renace como un personaje de libro que odia... pero ella quiere cambiar su destino...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
25)Secretos de una poción
26) La venganza de Leia
27) Recuerdos de mi futuro
28) Una esposa para el príncipe maldito.
** Todas novelas independientes **
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Roland
Despues del baño, Eleanor se sentó frente al tocador mientras Margaret le cepillaba el cabello con suavidad.
El reflejo del espejo mostraba a una mujer diferente: el rostro aún palido por la fiebre, pero los ojos… los ojos estaban llenos de vida.
Eleanor: Margaret.. ¿dónde esta el archiduque esta mañana?
La doncella se detuvo unos segundos antes de responder.
Margaret: Su alteza, el archiduque salió temprano. Desde hace una semana supervisa personalmente el trabajo en las minas del valle. Regresa muy tarde, casi siempre despues de la medianoche.
Eleanor asintió lentamente. Lo recordaba de la novela.. las minas de Dunwich eran la fuente principal de las piedras magicas, aquellas que su tio tanto codiciaba.
El archiduque era conocido por trabajar junto a sus hombres, sin importar el rango ni el clima.
Un lider justo… y demasiado noble para el mundo que lo rodeaba.
Eleanor: Ya veo.. ¿Y Roland?
Margaret: El joven señor esta en clases con el tutor, en la biblioteca.
Eleanor se levantó de inmediato..
Eleanor: Entonces ire a verlo.
Margaret la miró, algo inquieta.
Margaret: ¿Esta segura, su alteza? El joven… no suele recibir compañia durante las lecciones.
Eleanor sonrió con determinación.
Eleanor: Entonces sera una buena ocasión para comenzar a cambiar eso.
El pasillo que conducia a la biblioteca estaba cubierto por alfombras gruesas y tapices antiguos. A cada paso, Eleanor recordaba las descripciones del libro.. “El archiducado de Dunwich, un castillo en las montañas donde el silencio parecia tener mas poder que las palabras.”
Al abrir la puerta, vio a Roland sentado en una gran mesa de roble, frente a un hombre mayor que le explicaba con paciencia los simbolos de un mapa.
El niño, erguido y atento, no se movió ni cuando ella entró.
El tutor se levantó enseguida y se inclinó con respeto..
—Su alteza —saludó—, el joven maestro Roland esta en mitad de su lección. ¿Desea algo?
Eleanor: Solo observar..
El tutor, sorprendido por su tono tranquilo, asintió y continuó la clase.
Eleanor se acercó despacio y se sentó en una silla cercana.
Roland no levantó la vista.
Pasaron varios minutos en silencio. Solo se oia el murmullo del maestro y el sonido de las hojas de papel.
Cuando el tutor se retiró para buscar un libro, Eleanor aprovechó el momento.
Eleanor: Te ves muy concentrado, Roland..
Ronald: Mi padre dice que un caballero no debe distraerse..
Eleanor: Tu padre tiene razón.. pero tambien dice que un caballero debe tener un corazón amable..
Roland alzó los ojos, apenas un instante.
Ronald: ¿Usted ha hablado con mi padre? no pense que lo conocia tanto..
Eleanor sonrió con un dejo de melancolia.
Eleanor: Espero hacerlo, con el tiempo.
El niño guardó silencio. Luego inclinó la cabeza en una reverencia impecable.
Ronald: Con su permiso, debo continuar estudiando.
Eleanor asintió, sintiendo esa mezcla de ternura y frustración que solo un niño herido puede provocar..
Mientras lo observaba, comprendió que Roland no era indiferente por falta de sentimientos, sino por exceso de cautela.
Aquel pequeño solo se estaba protegiendo.
Y ella, que alguna vez fue una lectora segura de que sabia cómo terminaba la historia, ahora entendia que cambiar un destino no era tan sencillo como leerlo de nuevo.
Pero mientras salia de la biblioteca..
[Si debo ganarme su confianza un dia a la vez, lo hare.]
Cuando el sol se ocultó tras las montañas, las campanas del reloj del vestibulo anunciaron el regreso del archiduque.
Eleanor estaba leyendo junto a la ventana cuando Margaret entró apresurada, con una leve reverencia.
Margaret: Su alteza, el archiduque ha vuelto.. Dijo que no la molestara esta noche, ya que su salud ha mejorado.. no vendrá a su habitación..
Eleanor dejó el libro lentamente sobre la mesa.
Sabia lo que eso significaba.. en la novela, ese fue el inicio de su separación emocional, el punto en que el empezó a dormir en su habitación..
Ella, sin embargo, no pensaba repetir la historia.
Eleanor: Gracias, Margaret.. Avisale al mayordomo que deseo cenar con el archiduque esta noche. En el comedor principal.
La doncella la miró con sorpresa, pero asintió sin decir palabra.
Minutos despues, Eleanor entró al comedor..
El lugar estaba apenas iluminado por candelabros de plata.. el fuego del hogar chispeaba suavemente, llenando el aire con un calor tenue.
El archiduque Robin Cavendish estaba de pie junto a la mesa, aún con la chaqueta del uniforme abierta, el cabello despeinado por el viento y el polvo del camino sobre los guantes.
Era un hombre imponente, con ese porte que imponia respeto sin esfuerzo.
Cuando la vio, sus cejas se arquearon apenas.
Archiduque: No esperaba su presencia esta noche, su alteza..
Eleanor se obligó a mantener la sonrisa..
Eleanor: Pense que una cena en compañia seria mas… agradable. Ademas, debo agradecerle por haberme cuidado durante mi enfermedad.
El archiduque tomó asiento frente a ella, sin responder de inmediato.
Archiduque: Fue mi deber.. no acostumbro dejar a nadie bajo mi techo sin atención.
Eleanor lo observó en silencio unos segundos. Era dificil no admirarlo.. incluso cansado, irradiaba autoridad y una calma que le resultaba hipnótica.
Pero aquella calma era tambien una muralla..
Durante la cena, el sonido de los cubiertos fue casi lo único que se escuchó.
Eleanor intentó iniciar una conversación..
Eleanor: Margaret me contó que supervisa personalmente el trabajo en las minas. Debe de ser agotador.
Archiduque: Lo es.. pero no confio en los informes del consejo. Prefiero ver las cosas con mis propios ojos.
Eleanor: Eso habla muy bien de usted, mi lord. Un hombre que se gana el respeto de sus trabajadores.
él levantó la vista, por un breve instante, sorprendido por su tono genuino.
Archiduque: ¿Respeto? No todos lo llamarian asi. Algunos lo ven como obstinación.
Eleanor sonrió levemente.
Eleanor: A veces ambas cosas se parecen mucho.
El silencio volvió a llenar la sala.
Robin apartó el plato, tomó su copa de vino y la observó unos segundos antes de hablar.
Archiduque: No entiendo este cambio, su alteza. Hace una semana, apenas podia mirarme sin fruncir el ceño..
Eleanor bajó la mirada hacia su copa.
Eleanor: Quizas… no era yo misma.. A veces una enfermedad te hace ver las cosas de otra manera.
El archiduque no replicó. Solo la observó con esos ojos grises, profundos, como si intentara descifrar en que momento su esposa habia cambiado tanto.
Finalmente, dejó la copa sobre la mesa y se levantó.
Archiduque: Ha sido una cena… distinta. Descanse, su alteza.
Eleanor asintió, ocultando la decepción en su pecho.
Cuando él se alejó, su sombra alta y serena desapareció entre los corredores del castillo..
Pero ella sonrió para si.
Porque aunque habia sido una cena incómoda, era la primera vez que hablaban..
Y eso, en la historia que ya conocia, era el primer cambio real del destino.
Robin y Eleanor ya no tendrán que esconder lo que sienten y pronto llegarán las bendiciones 😏🤭
Ese rey cómo le gusta fastidiar a Robin 🤬🤬
A Robin se le reinició el Windows y por fin hablo como debió ser desde un principio y dejar culpas, silencios, orgullos tontos /Right Bah!/