La Abogada Y El CEO.

Al día siguiente me levanto, me ducho y me visto para irme al juzgado, el caso de hoy es sobre una chica acusada de robo será fácil, ya que hay pruebas y testigos, ellos tienen testigos, pero son comprados por qué son personas de mucho dinero.

Llevo puesto unos vaqueros negros, un top con escote de corazón color beige y un saco color negro, unos botines negros y una cartera negra, estoy terminando de maquillarme cuando tocan a mi puerta y al abrirla allí está el todo guapo y con esa sonrisa que hace que mis piernas me tiemblen. 

Alejandro: Buenos días, hermosa como amaneces.

Alessandra: Buenos días, Ale yo muy bien y tú cómo dormiste.

Alejandro: yo dormí muy bien y soñé toda la noche con cierto suceso que ocurrió anoche.

Me dice con una sonrisa pícara y mis cachetes arden de lo roja que estoy al acordarme de mi pequeña travesura.

Alessandra: He... bueno nos vamos.

Alejandro: Sí, pero primero vamos a desayunar¿te parece?.

Alessandra: Está bien Ale gracias, vamos.

Desayunamos muy a gusto y al terminar apareció el trío insoportable, Daniels, Eduardo y Diana. Luego de ese desagradable Memento nos fuimos al juzgado.

Yo empecé a presentar las pruebas, llame a los testigos y los hice pasar, soy muy buena acorralando a las personas para que hablen y rápidamente deje en evidencia a esos mentirosos, después de mucho litigar por fin el juez dio el fallo a favor de nosotros la chica me abrazaba y me agradecía logré que le dieran una indemnización por haberla difamado, todos me felicitaban yo estaba muy feliz, me encanta cuando ayudo a las personas.

Cuando estábamos entrando a un restaurante para todos almorzar los chicos se fueron a buscar una mesa y yo me quedé en la entrada revisando mi teléfono estaba muy tranquila hasta que alguien muy desagradable se me acercó y mi tranquilidad desapareció.

Richard Ford: Buenos días, señorita Fiore o debería decirle señorita Lombardi, cuánto tiempo me alegra verte de nuevo, ya ellos saben que eres una Lombardi mi querida Alessandra.

Alessandra: Buenos días, Ford lástima no poder decir que también me alegra verte, y si ellos lo saben.

Ford: Y lo saben todo sobre ti, mi querida Sandra.

Alessandra: En tu vida me vuelves a decir así de nuevo soy Alessandra así te tomé más tiempo decirlo.

Ford: Veo que sigues igual de fiera que siempre, pero sabes que eso me encanta.

Me toma del brazo y me jala llevándome afuera del restaurante y toda esa mujer fuerte y segura, se pierde en tan solo un momento.

Alessandra: Suéltame idiota.

Ford: Si hablamos primero, sí, acuérdate que eres mía mi amor.

Alessandra: No me hagas reír y suéltame que si mi novio se da cuenta te va a ir muy mal.

Ford: No me hagas reír tú a mí, princess sabes que después de mí no has podido querer a nadie más tú eres mía y ni se te ocurra estar con nadie porque se muere.

Alessandra: El que me da risa eres tú y Tienes razón, no he querido a más nadie porque a él no lo quiero, lo amo.

Me suelto de su agarre y empiezo a escapar de él, volteo y viene detrás de mí, no veo venir a Alejandro y choco con él lo abrazo y le digo.

Alessandra: Por favor sígueme la corriente y bésame.

Alejandro: Aless, pero sí estás temblando.

Alessandra: No me dejes sola, Alejandro por favor.

Alejandro: Nunca amor.

Es lo último que dice antes de besarme enseguida me relajo como si fuera magia, pero esa magia se rompe cuando el habla...

Ford: Valla mi querida Sandra veo que estás muy bien acompañada de tu amigo.

Alessandra: Mi nombre es Alessandra y no es mi amigo, es mi novio.

Ford aprieta los puños y su cara se torna roja y el pánico se apodera de mí de nuevo.

Alessandra: Amor ya no quiero almorzar, se me quitó el hambre, me sacas de aquí por favor.

Alejandro: Claro que sí princesa vamos.

Cuando ya nos íbamos el nefasto vuelve a hablar.

Ford: mi querida Alessandra recuerda que tenemos algo pendiente y esta vez nadie lo impedirá.

Alessandra: Si te me vuelves a acercar te hundo ya no soy esa imbécil que conociste, no hagas que te destruya Ford, Ale mi amor sácame de aquí.

Alejandro me saco de allí y en el auto yo iba muy nerviosa.

Alessandra: Mi amor por favor sácame de este país vámonos por favor y quiero ya a mis guardaespaldas, amor por favor ayúdame.

Digo y lo abrazo sin darme cuenta como lo estoy llamando.

Alejandro: Está bien mi vida, yo te saco de aquí, pero cálmate, James llevamos al Jet privado de una vez y luego ve por las cosas de la señorita y las mías al hotel.

Luego de rato llegamos al hotel, yo seguía temblando ese desgraciado, logró hacer que volviera a recaer.

Una vez más calmada en el Jet, Alejandro me preguntó.

Alejandro: Quien era ese hombre Aless.

Alessandra: Mi peor pesadilla Alejandro, él es muy peligroso, ya me hizo daño una vez y lo quiere hacer de nuevo y está vez no se va a detener.

Alejandro: Te equivocas, no te hará nada, me tienes a mí mi amor.

Alessandra: Gracias Amor por estar conmigo.

Me sentía tan bien que no me daba cuenta como actuaba, hasta se me había olvidado que yo no era nada de Alejandro.

Me recosté en su pecho y quedé profunda, tanto así que cuando desperté ya estaba en el apartamento de Ale.

Al despertar lo abracé y no me importo que Mattias y Eidrien estuvieran allí, yo estaba como en un trance o en una de las tantas crisis que hace mucho tiempo no me daban.

Alessandra: Amor no me sueltes por favor.

Inmediatamente, Eidrien captó lo que sucedía, yo le conté sobre eso a él hace tiempo, entonces se acercó y me dijo.

Eidrien: ¿Regreso verdad?, no es así Alessandra ese bastardo volvió.

Vi a Eidrien y me le lancé a los brazos.

Alessandra: Si Eidrien y me dijo que va a terminar con lo que empezó, tengo miedo Eidrien destruyó en unos minutos, lo que me costó años superar.

Eidrien: No te hará daño Alessandra por qué esta vez no estás sola, me tienes a mí y no dejaré que te vuelva a tocar.

Alejandro: Yo tampoco dejaré que se te acerque.

Mattias: No estas, sola pequeña ven, ya estoy aquí.

Mattias me abrazó y me quedé dormida llorando en los brazos de él.