En los misteriosos bosques del Imperio de Thaloria, Zaida despierta en un carruaje, sin memoria y rodeada de desconocidos. Pronto se encuentra en medio de una lucha por la libertad liderada por la valiente princesa Ariadne y sus caballeros.
Pero su destino toma un giro inesperado cuando Zaida encuentra un misterioso collar y libera a Anika, una poderosa bestia divina encerrada en su interior. A medida que la relación entre Zaida y Anika se desarrolla, enfrentarán desafíos y complicaciones, mientras Anika se convierte en una fiel sirviente de Zaida.
Mientras descubre oscuros secretos y poderes ocultos, Zaida atrae la atención de varios príncipes del reino, cada uno con sus propios intereses y motivaciones.
Nota: está es una historia que salió de mi cabeza xd, pero probablemente sufra modificaciones, aún cuando ya esté publicado (es que soy mujer y no sé lo que quiero jajaja) que la disfruten :)
Extra: Contiene imagenes para una mejor imaginación :3
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CAPITULO 11 - Un Gesto Inesperado
Ariadne se sentía abrumada por la culpa cuando recibió la noticia de la muerte de una de sus criadas, aquellas a quien había regalado a William.
La promesa de felicidad que le había hecho ahora pesaba sobre ella como una losa, y el dolor de la pérdida la llenaba de remordimiento.
En el tranquilo jardín del Castillo, Ariadne tomó una decisión. Sabía que tenía que enfrentar la situación de frente, por lo que se dirigió al Palacio de William en busca de respuestas.
William la recibió con sorpresa en su rostro cuando Ariadne llegó inesperadamente, su preocupación era evidente al ver la angustia en los ojos de la Princesa.
— ¿Por qué has venido, Ariadne? — preguntó William con curiosidad, notando la urgencia en la expresión de la Princesa.
Ariadne miró a William con determinación, su voz temblorosa mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para expresar su angustia.
— Una de tus criadas ha muerto — dijo, su voz apenas un susurro cargado de pesar. —Aquella a quien te regalé. Prometí que viviría feliz, y ahora... —.
William la miró con compasión, entendiendo el peso de su culpa y su dolor. — Lo siento mucho, Ariadne — dijo sinceramente, ofreciéndole su apoyo en este momento difícil.
Ariadne asintió con gratitud, pero su determinación no disminuyó. — Necesito saber por qué murió — dijo con firmeza, su mirada buscando respuestas en los ojos de William.
William frunció el ceño, preocupado por la pregunta de Ariadne. — Desconozco quién pudo haberla matado — admitió, revelando su frustración por no poder encontrar respuestas a pesar de sus esfuerzos.
— He estado investigando, pero hasta ahora no he encontrado nada — explicó William, su voz llena de frustración.
Sin embargo, una pieza del rompecabezas llamó la atención de William. — Lo interesante es que esta mañana descubrimos que uno de los criados había desaparecido — reveló, destacando un hecho intrigante en medio de la confusión.
La mente de Ariadne comenzó a trabajar mientras absorbía la información. La desaparición del criado podría estar relacionada con la muerte de su criada.
Ariadne llamó a Zaida hacia ella, que estaba detrás de ellos, abrazándola con ternura mientras le susurraba al oído. — Si quieres, puedo ordenar que regreses conmigo —, murmuró, su voz llena de preocupación y afecto.
Zaida se apartó ligeramente del abrazo, mirando a Ariadne con gratitud en sus ojos. — Estoy bien —, respondió con sinceridad. — Tengo familia aquí —.
Ariadne asintió con tristeza, entendiendo la lealtad de Zaida hacia William. Aunque no sabía que Zaida tenía hermanas en el palacio, asumió que la joven se quedaba para apoyarlo y no dejarlo solo.
— Entiendo —, suspiró Ariadne, resignándose a respetar la decisión de Zaida. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, luchaba con la idea de dejar a Zaida en un lugar donde podría estar en peligro.
Mientras Ariadne se alejaba, Zaida la observaba con gratitud y cariño, pero también con una determinación silenciosa.
Después de la partida de Ariadne, Zaida se quedó sola en el jardín con William. Una incomodidad flotaba en el aire mientras ambos se enfrentaban en silencio.
William rompió el silencio primero, — Siéntate — dijo con su voz fría y distante.
— No quiero ofenderlo su Alte... — Zaida aún sin terminar de hablar, William volvió a hablar.
— Siéntate —, ordenó, su tono dejando claro que no aceptaría objeciones.
Zaida vaciló por un momento, pero finalmente obedeció, tomando asiento en el lujoso banco junto a él. La frialdad de William la desconcertaba, pero antes de que pudiera reaccionar, él la tomó por sorpresa al abrazarla de repente. Zaida se quedó sin palabras, sorprendida por el gesto inesperado.
Anika, que observaba desde la distancia, también se mostró sorprendida por la reacción de William, reflejando la misma expresión desconcertada que Zaida.
Mientras William la abrazaba, Zaida se sintió inundada por una mezcla de emociones. La calidez de su abrazo era reconfortante, pero la frialdad previa de William aún resonaba en su mente.
William recordó su momento de vulnerabilidad, la trágica pérdida de su hermano pequeño. La muerte de su hermano provocó también la pérdida de su madre, al morir por la tristeza, ante la perdida de su pequeño hijo y William quedó completamente solo en el mundo.
En ese momento de tristeza y necesidad de consuelo, buscando calidez, Cassian se la había brindado. Su recuerdo y su influencia seguían vivos en el corazón de William.
Entendía el dolor de perder a un ser querido de manera trágica. Lety había sido como una hermana para ella, o eso es lo que pensaba y su muerte la había dejado devastada.
Después William se dio cuenta de lo que estaba haciendo, alejando a Zaida de él. Se pone de pie mientras se dirige a su Estudio, William le dice a Zaida que se tome el día, a lo que Zaida se queda en el jardín confundida.
Letio que se estaba acercando, se dió cuenta de lo que había hecho el príncipe William, era extraño ese comportamiento, pero a la vez, se sintió feliz por su amo, casi no expresa sus emociones y está vez lo hizo. Asi que en vez de dirigirse al jardín, fue al estudio donde lo alcanzó.
...***...
Palacio de Rowan
La tensión era palpable durante la noche, cuando Rowan comenzó a interrogar a la criada infiltrada sobre la desaparición del criado.
— ¿Cómo es posible que desapareciera? —,gritó Rowan, su voz llena de furia contenida.
La criada, temblando de miedo, respondió con voz temblorosa, — Lo siento, amo, no lo sé. Solo sé que él... él mató a una criada llamada Lety. Le dije que estaba mal, podríamos ser descubiertos, pero al día siguiente ya no estaba. —
Rowan, furioso por la noticia, no pudo contener su ira y abofeteó a la criada, haciendo que cayera al suelo.
La criada, aturdida por el golpe, rápidamente se puso de rodillas y bajó la cabeza en una reverencia temblorosa, temiendo las consecuencias de su incompetencia.
Después de eso Rowan recordo la existencia de otra criada, preguntó por ella, y la criada confirmó su presencia, revelando que se llamaba Zaida. Al escuchar el nombre, Rowan recordó su rostro en la fiesta de William.
Aunque no quería admitirlo, Zaida era la única criada personal que le quedaba a William, con el tiempo, probablemente sería cercana a el. Observó a la criada que tenía frente a él, notando su belleza similar a la de Zaida. Tomándola de los cachetes, la miró fijamente mientras hablaba.
— No importa lo que hagas —, dijo con voz fría y autoritaria. — Tienes que convertirte en la criada personal de William —.
La criada asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros mientras aceptaba el destino que le había sido impuesto.
Después de que la criada asintió con miedo, Lucian, el criado personal de Rowan llegó corriendo para informar que el Duque Enoc había llegado. Rowan ordenó que lo hicieran pasar, y poco después, el Duque Enoc entró en la sala, haciendo una reverencia como saludo.
— Saludos, Príncipe Rowan —, dijo el Duque Enoc con respeto.
— Bienvenido Tío — respondió Rowan cortés.
El Duque Enoc era el hermano de la fallecida madre de Rowan. Después de los saludos formales, Rowan expresó que necesitaba la ayuda de su tío. Comenzó a discutir su deseo de convertirse en Emperador, a pesar de ser ilegítimo y no tener derecho al trono
Después de observar a la criada en el suelo, el Duque Enoc preguntó con curiosidad, — ¿Qué es lo que necesita de mí, Principe? Recuerde que ya le he proporcionado unos cuantos criados — refiriéndose al desaparecido junto con la criada.
Rowan asintió solemnemente y respondió, — Sí, necesito más que eso. Necesito tu ayuda —.
El Duque Enoc escuchó atentamente. Rowan explicó que necesitaba más ayuda y luego expresó su deseo de obtener los planos del palacio de William.
El Duque asintió con solemnidad, prometiendo hacer todo lo posible por obtener los planos que su sobrino deseaba, pero preguntó con interés qué haría una vez que obtuviera los planos. Rowan respondió con determinación, explicando que había estado buscando el mapa estelar que resguardaba William. Este mapa lo conduciría a la estrella de Thaloria, lo que le permitiría reclamar el trono Imperial después de la muerte de su padre.