Adriano Mancini, un mafioso de Sicilia, dueño de varios casinos, frío y despiadado, le hará una propuesta a Alice, una bella joven que acaba de entrar en uno de sus casinos para ayudar a su hermano que ha contraído una elevada deuda de juego.
Alice tendrá que elegir, o firma el contrato de matrimonio, o su único hermano muere.
El sueño de Adriano es ser padre, pero quiere una mujer pura, que dé a luz a su hijo, con un pasado que no le gusta recordar, se niega a volver a amar a una mujer, pero será imposible luchar contra el amor que sentirá por Alice, su esposa por contrato.
Una historia de amor de un gángster con un corazón tan frío como el hielo, que acabará derritiéndose por su mujer que para él, sólo era un contrato.
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Haciendo entrar en razón a su nieto...
Lorenzo acariciaba cada vez más profundamente a Eugenia, ella gemía ahogadamente, sin duda era uno de los mejores para ella, pero esto no lo admitiría de ninguna manera.
Suena el móvil de Lorenzo y por supuesto no contesta, lo único que retiene su atención es sólo Eugenia, los dos hacen el amor locamente, sobre la mesa, sobre la encimera,en el sofá, parecían querer probar cada pieza del piso, como si sólo tuvieran ese momento para amarse, era bastante loco el placer que sentía Lorenzo al ver a Eugenia rascarse la espalda mientras él la acariciaba con bastante voluntad.
-¿Duele? -preguntó.
-¿Dolor? Estoy muy cachonda, ¿hablas de dolor? -No para, sigue, estoy delirando con tu vara, vete Lorenzo-dijo apretando los labios.
Eugenia contratada
haciendo que Lorenzo sintiera su apretón, lo volvía loco.
-Ay cariño, qué rico estás, no voy a parar, por muy cansado que estés-dijo.
-No me conoces, no me canso fácilmente, te voy a demostrar hasta donde puedo llegar- dijo subiéndose encima de él en el sofá y calvagando, volviéndolo loco, él gemía de placer mientras apretaba sus manos y a ella le gustaba ver su cara de euforia, sobre todo escucharlo gemir y decirle que ya casi estaba.
-Acepto que me lleves- dijo besándola.
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Mientras tanto, en la mansión de Adriano...
Alice estaba sentada, cenando con Adriano, estaban comiendo la pizza que ella había pedido, mientras veían una película de acción.
El mayordomo llama a la puerta de la habitación y enseguida sale Adriano y pregunta:
-¿Ha pasado algo?
-Sr. Mancini, la Sra. Bernadette está abajo, furiosa porque ninguno de sus nietos se acordó de recogerla en el aeropuerto, también está angustiada porque el Sr. Lorenzo no respondió a su llamada -intervino Giovanni.
Adriano baja corriendo a ver a su abuela y le dice:
-Una bendición Abuela, lo siento, pensé que mis padres vendrían contigo.
-El mundo está lleno de suposiciones -dijo ella sin mirarle-.
Adriano se acercó a ella para abrazarla y ella le dio una palmada en la espalda.
-Oye, abuela, ¿qué es esto? No tenía intención de hacer daño, deberías haberme llamado, pero sólo te gusta tu nieto más joven, ni siquiera te ha contestado al teléfono.
-No hables así de Lorenzo, debe haber estado con alguna mujer aliviándose, te metió a ti en eso, lo que lo llevó por el camino equivocado, eres el hombre más travieso de Sicilia, ni siquiera cuento con que me des un nieto o una nieta-dijo Bernadette sentada en el sofá.
-No lo sabes, abuela, pero estoy casado.
-¿Ahora también has aprendido a mentir, Adriano? Si te respetas a ti mismo y me respetas a mí, cara plana, pero la culpa es mía, creo que tu padre no aprendió que no me gustan las mentiras y te enseñó mal, me voy de aquí, mejor quedarme en un hotel que tener que quedarme con un nieto mentiroso -dijo levantándose.
Alice baja las escaleras y Bernadette la mira y dice:
-¿Quién es ese?
-Esta es Alice, mi mujer, Alice, esta es mi abuela Bernadette- intervino Adriano.
Abraza a la abuela de Adriano, que mira incrédula el anillo en la mano de Alice.
-Qué nieto más desagradecido, ¿cómo es que te casas y ni siquiera me invitas?
-Abuela, sólo fue una boda civil- dijo.
-Me quieres matar, como un nieto mío solo se casa por lo civil y no hace fiesta, ni siquiera me llamas para ver la cara del juez si es bonito o feo -dijo sentando la cabeza.
-Abuela, no te preocupes por esto, puedes organizar una fiesta, ya que esto es importante para ti- dijo.
Se dirige a su habitación para darse una ducha y esperar a que llegue su nieto Lorenzo.
Lorenzo llega a la mansión con Eugenia y ve a Adriano hablando con Alicia.
-Buenas noches pareja del año- habló Lorenzo.
Eugenia se acerca a Alicia y le dice:
-Seguro que ya no eres virgen.
-¿Se nota? -preguntó ella, sobresaltada.
-La cara de Adriano no niega que te haya cogido por sorpresa, aquí tienes un regalo de bienvenida al mundo del sexo -dijo Eugenia.
Alice cogió la caja y en su interior había un vibrador rosa bebé y una caja de píldoras del día después.
-Novia, no voy a usar eso, no -dijo Alice.
-No seas desagradecida, Alice, pero tómate la pastilla, ¿vale?
Alice se acordó rápidamente de que Adriano no había usado preservativo y corrió a la cocina a por agua. Adriano se acercó a ella y la vio abrir la caja de píldoras del día después y le dijo:
-No vas a tomar esa medicina.
Coge la caja y la tira a la basura.