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Olvido De Un Amor

Olvido De Un Amor

Status: Terminada
Genre:Pérdida de memoria / Amor a primera vista / Casada con el millonario / Completas
Popularitas:837k
Nilai: 4.8
nombre de autor: A.Gaby

Melisa Thompson, una joven enfermera de buen corazón, encuentra a un hombre herido en el camino y decide cuidarlo. Al despertar, él no recuerda nada, ni siquiera su propio nombre, por lo que Melisa lo llama Alexander Thompson. Con el tiempo, ambos desarrollan un amor profundo, pero justo cuando ella está lista para contarle que espera un hijo suyo, Alexander desaparece sin dejar rastro. ¿Quién es realmente aquel hombre? ¿Volverá por ella y su bebé? Entre recuerdos perdidos y sentimientos encontrados, Melisa deberá enfrentarse al misterio de su amado y a la verdad que cambiará sus vida.

NovelToon tiene autorización de A.Gaby para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La vergüenza de Melisa

El dolor de cabeza era insufrible.

—¡Ay, carajo! ¿Qué me pasó? se quejó Melisa, cubriéndose la cara con una mano mientras sentía cómo el mundo giraba a su alrededor.

Apenas intentó moverse, un malestar tremendo la invadió. Se levantó de golpe y corrió al baño, apenas logrando llegar antes de inclinarse sobre el inodoro y vomitar.

—¡Dios, siento que se me van a salir las tripas! gimió con una mano sobre su estómago.

Cada arcada era una tortura. Mientras se enjuagaba la boca, trató de recordar qué había pasado la noche anterior.

—Nunca más vuelvo a tomar.

Con la cabeza todavía palpitante, se dejó caer en el piso del baño, apoyando la espalda contra la pared.

—¿Cómo llegué a casa?

Seguramente Alicia la había traído, pero…

—¡No, no, no! cubrió su rostro con las manos al recordar.

Alexander la vio borracha.

Alexander la llevó a su cama.

Alexander la escuchó decir… cosas.

La sangre se le heló.

—¿Le habré dicho algo indebido? susurró.

Justo en ese momento, Michiru apareció, rozando su pierna con su cuerpo esponjoso.

—Ay, Michiru… murmuró Melisa mientras acariciaba la cabeza del gato. ¿Qué haría sin ti, mi fiel compañero?

Michiru maulló con suavidad, como si entendiera su sufrimiento.

Tomó aire y se puso de pie lentamente.

—No recuerdo nada, absolutamente nada. Pero esto es vergonzoso…

Sentía tanta pena que ni siquiera quería salir de la habitación.

—Tal vez si me quedo aquí encerrada, Alexander olvide todo…

Pero un fuerte dolor en la cabeza la hizo cambiar de opinión.

—Necesito una aspirina.

Salió de su habitación sigilosamente, caminando de puntillas como si pudiera evitar que Alexander la notara.

Pero nada salió como planeaba.

—Buenos días, Melisa.

Dijo en alta voz desde la sala.

Melisa se quedó como una estatua.

—Hola… respondió sin mirarlo. Voy por una aspirina.

Apenas dio dos pasos más cuando escuchó la pregunta que temía:

—¿Tuviste una buena noche?

Melisa sintió que el alma se le iba del cuerpo.

—Agh… soltó, llevándose una mano a la frente. No me acuerdo de nada.

—¿Nada? preguntó Alexander, con un tono que claramente ocultaba diversión.

Ella negó con la cabeza.

—No. Y no quiero saber.

Pero Alexander no iba a dejarlo pasar tan fácil.

—Mmm… entonces déjame refrescarte la memoria.

Melisa sintió un escalofrío por todo su cuerpo.

—No es necesario.

—Claro que sí.

Alexander cruzó los brazos y fingió pensar.

—Veamos… Ah, sí. Te desnudaste, me bailaste y me hiciste un striptease con el palo de la escoba.

Melisa sintió que el alma se le escapaba de su cuerpo.

—¡¿QUÉ?! gritó con horror.

Pero Alexander aún no terminaba.

—Y luego dijiste que me querías devorar… continuó, con un tono casual. Ah, y que te gusto mucho.

Melisa se tapó la cara con ambas manos.

—¡NO PUEDE SER!

Alexander se alejó riéndose mientras ella se revolvía en su miseria.

—A otra cosa, agregó antes de salir de la sala tu amiga Alicia dijo que cuando estuvieras sobria, le contaras todo lo que hiciste.

Melisa sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor.

—Voy a matar a Alicia.

Después de tomarse la aspirina y beber mucha agua, Melisa reunió el valor suficiente para enfrentar a Alexander.

Lo encontró en la cocina, preparando café con agua fría .

—Alexander.

Él se giró con una sonrisa de satisfacción.

—¿Sí?

Melisa lo fulminó con la mirada.

—¿Era en serio lo que dijiste hace un rato?

Alexander soltó una carcajada.

—Claro que no.

Melisa sintió alivio y enojo.

—¡¿Por qué hiciste eso?! Me hiciste sentir mal y con mucha vergüenza.

Él se encogió de hombros.

—Porque tu cara fue demasiado graciosa como para perdérmela.

Melisa suspiró, cruzándose de brazos.

—Entonces, ¿qué fue lo que realmente pasó?

Alexander dejó la taza en la mesa y la miró con una expresión más seria.

—Llegaste a casa prácticamente arrastrada por Alicia. Cuando te llevé a tu habitación, me confesaste que te gusto.

Melisa sintió que su corazón palpitaba muy rápido parecía que quería salirse de su pecho.

—¿Eso fue todo?

Alexander la observó con intensidad.

—Eso… y que querías “devorarme”.

Melisa que quería desaparecer.

—¡Dios, trágame tierra!

Alexander rió de nuevo.

—Pero tranquila, añadió no hice nada. Me aseguré de que durmieras bien y de que no hicieras ninguna locura.

Melisa lo miró con sospecha.

—¿De verdad no pasó nada más?

Alexander levantó las manos en señal de inocencia.

—Nada más.

Ella suspiró con alivio y se dejó caer en una silla.

—Qué vergüenza…

Alexander la miró con una sonrisa suave.

—No tiene por qué serlo.

Melisa lo miró con el ceño fruncido.

—¿Cómo que no? Literalmente, me declaré borracha.

Alexander se inclinó un poco hacia ella.

—¿Te arrepientes de lo que dijiste?

Melisa sintió que su corazón latía con más fuerza y su mente le decía que huyera del lugar.

—No lo sé…

Alexander la miró fijamente por un momento antes de decir:

—Porque yo no.

Melisa parpadeó, sorprendida.

—¿Qué?

Alexander sonrió con esa expresión encantadora que la volvía loca.

—Lo que dijiste anoche… lo he estado pensando mucho. Y la verdad es que… siento lo mismo.

El silencio se alargó entre ellos.

Melisa sintió que su mundo daba vueltas, pero no por la resaca.

Sino porque Alexander le acababa de confesar que también sentía algo por ella.

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Liliana Chacaltana
buenísima historia recomendable excelente trama
Liliana Chacaltana: me encanta como vas resolviendo la trama mi querida A. Gaby felicitaciones por tus historias 😊 gracias por dedicarnos un poquito de tu tiempo
total 1 replies
Michu
Me gustó mucho la historia, felicidades autora, espero seguir leyendo tus novelas.
ysabel cecilia contreras
Ella sabía que podía irse al recuperarla memoria que tanto lloraaaa
Josmi Tirado
excelente la felicito por su novela, muy conmovedora hasta llore por la partida del gatito que sigan los éxitos /Grievance//Rose/
Glenia Dueñas Acosta
me dejó encantada tu obra sigue así y pronto triunfará
Glady A
bella historia
Josefina Ramirez
que emoción Alicia no la ha encontrar 😀😀😀
ysabel cecilia contreras
Ay no el colmo cómo va olvidar todo lo que ha vivido o sea tiene memoria Selectiva
yudith del carmen betancourrt abanes
excelente reflexión escritoria
yudith del carmen betancourrt abanes
y no lo fuera buscado él nunca se hubiese alterado que tenía un hijo con la que investigó a la amiga
yudith del carmen betancourrt abanes
Ami me gusta mayores éso que te abren la puerta y te regalan flores 💐
yudith del carmen betancourrt abanes
marco tiene 35 años
yudith del carmen betancourrt abanes
de paso la madrastra está más buena que todita la chica o sea la pusiste sobresaliente que tenía que ser la protagonista
yudith del carmen betancourrt abanes
muy interesante tu historia te felicito pero cuando alguien pierde la memoria y la recupera recupera los recuerdos también que ha vivido o sea no pierde toda la memoria por completo o sea si pierde su memoria pero lo que vi en ese momento lo recuerdan te lo digo como psicóloga
yudith del carmen betancourrt abanes
me encanta está historia buen comienzo
Elba Atencio
Excelenteeeee novela
Laura
hermosa historia
Mirta SUSANA Barbera
FELICITACIONES ESCRITORA. ES FANTÁSTICO COMO ESCRIBE, SIGO SUS OBRAS. Y CADA UNA. ME ATRAE MAS. SI FUERA POR MI. VA DIRECTO AL PULITZER.B
Erica Godoy Silva
El que no arriesga por miedo no vive solo sobrevive
Erica Godoy Silva
Me imagino que sus esposos entonces están aburridos de ellas😏
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