Lian se enfrenta a la realidad en la que despierta como un anómalo, y deberá enfrentarse a las dificultades que su mundo le preparará; un mundo en el que la iglesia y la sociedad consideran a los anómalos como personas malditas, mientras el gobierno los ve como una amenaza.
¿Cómo superará Lian todos los desafíos por venir?
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Capítulo 10: Los libertarios
—¿Y ahora qué haremos?— preguntó Chloé.
—Debemos ir a rescatar al señor David.— dijo Kevin con seriedad.
—¿Quieres ir a rescatar al señor David?— exclamó Sofía.
—Sí.
—Entonces, ¿Quieres ir directamente a una sede regional y entrar de frente?… ¿Aún sabiendo que probablemente estará en los niveles más altos de seguridad?
—…
—Yo también quiero ir a rescatar al señor David, pero hacerlo en estos momentos es un suicidio en toda regla. Además, estarán en máxima alerta… Después de lo que hiciste en la estación de policía.
—¿Y qué hacemos?… ¿Cuál es tu plan entonces?
—Lo primero sería reunirnos con los demás, y una vez que estemos con ellos dirigirnos a la base principal para hablarlo con los otros líderes… No creó que le pase algo malo al señor David.
—¿Cómo estás tan segura?
—Bueno, ¿Te acuerdas cuando se encontraron con la agente de rango uno?
—Sí, ¿Por qué?
—En ese momento pudo haber acabado con la vida del señor David, pero no lo hizo... Por lo tanto, lo necesitan con vida.
(Suspiro)
—Bien, reunámonos con los demás.
—¿Cómo fue derrotado tan rápido el señor David?— preguntándose en voz baja Chloé. Sin embargo, la logré escuchar.
—¿Por qué lo dices, Chloé?— pregunté con curiosidad.
Ella solo me observo por unos segundos para después contestar mi pregunta.
—Bueno, nunca sentí altos niveles de Kuxtal en la dirección en la que estaba el señor David… Por lo que, pensé que pudo haber sido derrotado muy rápidamente.
—¿Ya estaba completamente recuperado el señor David?— preguntó Kevin a Sofía.
—No estaba recuperado del todo, pero se encontraba en mejores condiciones que la primera vez que se enfrentó a la agente del DCA.
—¿Estaba enfermo?— pregunté con curiosidad.
—Enfermo como tal no. Sin embargo, había excedido la capacidad que tiene su cuerpo de absorber Kuxtal.
—¿Y por qué absorbió más Kuxtal del que puede?
—Para salvarte.
—¿Salvarme?— pregunté confundido.
—Sí… Te salvó de convertirte en una bomba.
—… Hablas de aquella noche, ¿Verdad?
Solo recibiendo un asentimiento por parte de Sofía.
—Entonces… ¿Cómo fue capturado tan fácilmente?— exclamó Kevin.
—¿Y si no fue capturado?— exclamó Sofía.
—¿Pero qué dices? ¿Tú crees que mentirían con algo así?
—No me refiero a eso… Hablo de que el señor David se pudo haber entregado por cuenta propia.
Todos nos quedamos en completo silencio, habiendo sorprendido a todos la teoría que proponía Sofía.
—Y…
—Para evitar que nosotros fuéramos capturados.
Se formó una cara de disgusto en Kevin después de escuchar las palabras de Sofía. Posiblemente le desagradaba la idea de que se sacrifiquen por él.
—Aunque esto es solo una teoría mía.— dijo Sofía al ver el rostro de Kevin.
Transcurrieron dos horas desde que salimos de aquel pueblo, y por fin habíamos llegado al lugar donde nos reuniríamos con los demás anómalos.
Todos bajamos del coche y nos dirigimos hacia un almacén abandonado, pudiéndose apreciar como algunas plantas habían crecido en la estructura, indicando los años que habrá sido olvidado el lugar.
Una vez que nos encontrábamos a unos cuantos pasos una de las puertas del almacén se abrió, pudiéndose ver a un grupo de personas dentro del lugar.
—¡Chicos!, ¿Cómo se encuentran?— preguntó un tipo musculoso.
—Estamos bien, ¿Cómo están ustedes? ¿Hubo algún problema?— preguntó Sofía mientras se acercaba al tipo musculoso. Kevin, Chloé y yo solo la seguimos de cerca.
—No, todos logramos escapar sin ningún rasguño, pero sucedió algo extraño durante el camino.
—¿Qué ocurrió?— preguntó Sofía con curiosidad.
—Hum… Pues un vigía nos había localizado durante el trayecto a este lugar, pero dejó de seguirnos sin ningún motivo.
Sofía solo observo al tipo musculoso por unos segundos para después dar un suspiro.
—Sofía, ¿Qué sucede?
—…
—¿?... Por cierto, ¿Dónde esta David?
Sofía, Kevin y Chloé se miraron entre si, posiblemente preguntándose con las miradas si debían decirle al sujeto en frente de ellos lo que ocurrió con David.
—Señor Izan… El señor David fue capturado por la DCA.
El sujeto quedó perplejo por lo dicho por Sofía, mientras que en el fondo se escuchan murmullos de las demás personas.
—¡¿Qué?!— exclamó una chica en el fondo. —¿Cómo que el señor David fue capturado?— dijo mientras se acercaba a nosotros.
Cuando la chica se acercó lo suficiente, me lleve una tremenda sorpresa al ver quien se había acercado.
«¿Erika? ¿Qué hace ella aquí?» me preguntaba perplejo al verla en este lugar.
—¿Cómo lo capturaron?— preguntó Erika con un enojo en su voz.
—Tampoco sabemos eso… Aunque… Creó que se pudo haber entregado.— exclamó Sofía.
—¿Cómo llegaste a esa conclusión?— exclamó con enojo Erika.
—Porque nunca hubo indicios de que hubiera peleado el señor David… No pude sentir niveles anormales de Kuxtal en su dirección.— exclamó Chloé.
—Esto no tiene sentido para mí, ¿Por qué se entregaría el señor David?
—Por…— Antes de que Sofía pudiera decir algo al respecto fue interrumpida por Izan.
—No, si tiene sentido… Debemos volver a la base principal, ya que necesito verificar algo con los otros líderes.
—Yo también quiero preguntarles algunas cosas.— exclamó Sofía con seriedad.
—¡Bien!… ¡Nos vamos en media hora, todos prepárense para partir, no olviden nada en este lugar!— dijo Izan. Habiendo dicho eso, el señor Izan se alejó de nosotros.
Erika siguió el ejemplo de Izan y también se marchó del lugar. Kevin por otro lado fue a buscar algo que beber, mientras que Sofía quería estar sola por un momento. Chloé y yo nos sentamos en una viga que había dentro del almacén.
—Chloé… ¿Erika también es un anómalo?
—¿Erika?— exclamó confundida Chloé.
—Sí, la chica que se veía bastante molesta con lo del señor David.
—Aah… Ja, ja, ja.
—¿Qué?— pregunté confundido por la situación.
—Erika no se llama Erika. Solo usó ese nombre para realizar su misión… Espera, ¿Vivías en el edificio en el que estaba ella trabajando?
—Sí. Entonces, ¿Cómo se llama?
—Ella se llama Olivia, pero todos la conocemos como Olí. Pero si la quieres saludar, no creo que en este momento sea la mejor opción.
—Sí, lo sé…
—Tú, necesito hablar contigo.— exclamó Izan.
—¿Yo?
—Sí, sígueme.
Después de unos cuantos pasos nos alejamos de todos los demás.
—Bien… Déjame presentarme de nuevo. Me llamo Izan, un placer conocerte Lian.
—También es un placer para mí.— dije mientras estrechamos las manos en forma de saludo.
—Ahora si, vayamos a lo que verdaderamente importa… Lian, necesito saber si realmente estarás comprometido con los ideales de nuestra organización.
—¿Eh? ¿Cuáles son esos ideales?
—Somos libres, somos personas y no monstruos y, siempre ayudar a nuestro igual… Se que no tiene mucho desde que te volviste un anómalo, pero ahora que te involucraste con nosotros, estarás en la lista de la DCA y, por lo tanto, serás un objetivo de ellos… Ya no hay vuelta a tras y poder tener una vida normal, pero tampoco te obligare a unirte a nosotros, eso ya será decisión tuya… Yo solo te estoy diciendo la situación en la que te encuentras en estos momentos, tampoco te aseguro de que vayas a tener una vida pacífica si te unes a nuestra organización.
—Sabés, hace unos días no era más que una simple persona; una persona que pudo haber odiado a los anómalos…
—Yo sé que no es así.
—¿Cómo estás tan seguro de ello?
—Porque Olivia te conoce muy bien. Nunca le distes indicios de que odiaras a los anómalos, aunque tampoco mostrabas apoyo hacia nosotros.
—…
—Entonces, ¿Té unirás a Los libertarios?
—Y… ¿Qué es lo que hacen ustedes?
—Bueno… Rescatamos a los que son como nosotros de las instalaciones que tiene la DCA; eso si, nunca hemos liberado a aquellos que realmente han hecho cosas malas… Ayudamos a anómalos que no tienen a donde ir, ya sea porque en su región la iglesia tiene bastante presencia o, simplemente porque no son dejados en paz por las mismas personas. Y lo más importante, nosotros peleamos para que podamos vivir algún día sin que nos persigan, sin que nos tengan en vigilancia, y sin que nos hagan ver como monstruos. Ese es el objetivo principal de Los libertadores.
—Sabés, tengo una hermana y no quiero alejarme de ella…
—Muchos aquí han tenido que abandonar a sus familiares, mientras que otros los han perdido… Esto lo digo por mi propia experiencia… Nosotros ya no podemos tener vidas tranquilas, pues somos considerados una amenaza para el gobierno y la iglesia. Una vez que te hayan relacionado con esta organización entonces, podrías poner en peligro a tu hermana. Y con esto no estoy diciendo que te olvides de ella, simplemente que debes entender que las cosas no pueden seguir de la misma forma.
—Aún con todo lo que me has dicho, no sé si estoy seguro de unirme a ustedes.
—No eres el primero que tiene esa duda, puedes pensarlo si quieres y a partir de eso decidir si quieres unirte o no, pero debes tener en mente que por ahora no puedes regresar a tu casa. Y no es necesario estar en la organización para quedarte con nosotros, siempre ayudaremos a los nuestros.— dijo Izan mientras me mostraba su pulgar alzado.
—Gracias por todo lo que han hecho por mí.
—No es nada… Ahora... Quiero que me respondas algo.
—Claro, ¿Qué es?
—¿Realmente puedes ver el núcleo de las demás personas?
—Hasta ahora he visto solamente el mío o, por lo menos es lo que entendí de lo que me dijo Sofía. Pero tuve una experiencia extraña cuando estaba tras las celdas en la estación de policía.
—¿Qué sucedió?
—Bueno, ví unas extrañas líneas recorrían el cuerpo de todos las personas que estaban ahí conmigo, y todas se unían en el centro de sus pechos.
—Hum… No entiendo bien ese tema, pero seguramente Sofía llegué a saber si lo que viste estaba relacionado con el tema del núcleo. Cuando tengamos tiempo le diré… Gracias por responder.
—No es nada. Además, es una forma de regresar el favor que me han hecho al salvarme y rescatarme de la estación de policía.
—Entonces, estamos a mano.— dijo Izan mientras mostraba una pequeña sonrisa. —Ya te puedes ir, descansa todo lo que puedas, que partiremos en quince minutos.
—Bien, nos vemos luego.
Después de la charla que tuve con Izan me senté a esperar a que pasarán los quince minutos, y una vez que transcurrió el tiempo de descanso, todos nos reunimos en la entrada del almacén.
—¡¿Todos listos?!— exclamó Izan.
Recibiendo por unos un ligero asentimiento de cabeza, mientras que otros respondieron con un simple si.
—¡Vamos!— dijo Olivia.
Ahora en el exterior se encontraban dos vehículos más, siendo uno un camión grande y el otro era un vehículo pequeño de cuatro puertas. Mientras los demás subían en los anteriores coches, Kevin, Sofía, Chloé y yo nos subimos al coche en el que llegamos.
—¡Bien, tomaremos caminos que no son muy transitados!… ¡Quiero que todos estén muy atentos al entorno y avisen si ven algo raro!— exclamó Izan.
—¿Puedo saber a dónde nos dirigimos?— pregunté con mucha curiosidad.
—A nuestra base principal.— exclamó Chloé.
—¿Y dónde esta esa base principal?
—A unos cuantos kilómetros de la ciudad portuaria de Itzá.— exclamó Kevin.
—¿Itzá?
«¿Ahora iremos a otra región?» pensé mientras recordaba la distancia a la que se encontraba dicha región.
—Sí… Itzá se encuentra en una región en la que la iglesia no tiene presencia, la DCA no tiene ninguna instalación importante y, por lo tanto, no pueden mover personal sin que no lo sepamos… Evitando que ocurra lo mismo que en Arames. Además, la población de la región no está muy contenta con el gobierno central, por lo que, las llamadas de la población para delatar nuestra presencia serán nulas.— dijo Sofía.
—Hum… Casi olvido que existen regiones en las que la presencia del gobierno y la iglesia es inexistente.
—Bueno, hay varias regiones que han estado en desacuerdo con el gobierno central... Algunos dicen que hasta podrían independizarse, pero eso son solo rumores.— dijo Chloé mientras metía una goma de mascar en su boca. —¿Quieres?
—No, gracias.
Tras unos segundos partimos en dirección a Itzá, y como lo dijo el señor Izan, solo tomamos caminos poco transitados, dignos de usar para historias de terror, incluso llegando a tomar caminos de terracería.
—Oigan, ¿cómo llenarán el tanque si solo usamos caminos como este?— dije mientras veía el camino de terracería por el que íbamos.
—No te preocupes por eso, estos vehículos fueron modificados por uno de nuestros compañeros.— exclamó Kevin.
—¿…?
—Ahora llevan un trozo de Akarium que es el que proporciona la energía al coche, así estos nunca necesitarán gasolina para moverse.
—¡Wow!, ¿Por qué no implementan este sistema en todos los coches?
—Eso es muy fácil de responder, la verdad es que si el trozo de Akarium sufre un golpe muy brusco, puede liberar esa energía que proporciona al vehículo en una explosión, siendo un peligro muy alto, y podrían producirse un gran número de víctimas. Además, que si se llega a implementar de una manera segura, pues habría ciertas empresas que se irían a la quiebra.
—Hum… Ya veo… Así que ahora estoy arriba de una bomba andante, !ja!
—No te preocupes por eso, solo explotaría si sufrimos un accidente muy grave o, en caso de que alguien disparé justo en el lugar en que se encontra el Akarium.— dijo Kevin con una sonrisa en el rostro.
—Eso último no me tranquiliza.— exclamé con preocupación.
Todos en el vehículo soltaron una pequeña risa por mis palabras.
Y las horas transcurrieron, tiempo en el que seguimos avanzando sin ningún inconveniente, solo deteniendonos para tomar pequeños descansos de diez minutos.
—Solo tenemos que llegar a la cima de la montaña y podremos ver la ciudad de Itzá.— exclamó Kevin.
Luego de que llegáramos a la cima de la montaña se podía apreciar la ciudad portuaria de Itzá; la ciudad de Itza estaba rodeada por montañas de 750 a 4,300 metros de altura, la mayoría estando cubiertas por completo de árboles; se podía apreciar como un río se abría paso entre las grandes montañas y dividía la ciudad, hasta desembocar en el mar. Ahora mismo sobre la ciudad se pintaba un hermoso cielo rojizo, provocado por el atardecer.
—Es realmente increíble.— exclamé fascinado por la belleza natural del lugar.
—Y aún no has visto la cantidad de árboles que se pueden ver por sus calles. Muy distinto a lo que es Arames, en el que encontrarás árboles solo en los pocos parques que tiene la ciudad y, claro, si sales de la propia ciudad.— exclamó Chloé.
—Es bien sabido por todo el mundo que la Región de Tlaloc es conocida por su belleza natural. Además, está es cuidada por las personas de la región.— exclamó Sofía.
Aunque nuestro destino final no era la ciudad de Itza como tal, si no una de las islas que se hallan no muy alejadas de la ciudad. Teniendo escondido un ferry en un puerto abandonado a las afueras de la ciudad.
—¡Bien, suban los vehículos en el ferry!— dijo Izan mientras bajaba del coche.
Después de que los vehículos estuvieran en el ferry, partimos a la isla en la que tenían su base principal Los libertarios. Llegando a la isla en unos veinte minutos.
La isla se veía algo pequeña a la distancia, pero una vez estando cerca de esta, su tamaño se volvió considerable; pudiéndose ver estructuras militares abandonadas por toda la isla, posiblemente pertenecientes a la guerra vivida hace algunos años.
—Bienvenido a la isla de Los libertarios.— exclamó Izan con una sonrisa.