¿Una extraña sensación de Déjà vu? ¿Un sentimiento de haber vivido todo eso por segunda vez?
Aquellas eran las constantes de la vida de Claire; sin embargo, debido a su salud un poco débil y el cansancio por su trabajo como policía, decidió ignorarlas.
No obstante, tras su divorcio y motivada por la difícil situación de su hijo recién nacido, quien necesita una donación de sangre para sobrevivir, la ahora detective privada se ve obligada a buscar al padre del niño, su exesposo. A pesar del dolor causado por sus múltiples infidelidades, ella deberá revelarle que tiene un hijo al que ni siquiera conoce.
Sin embargo, para llegar hasta él, deberá enfrentarse al infierno en el que se ha convertido la ciudad donde él vive, evitando ser víctima de las monstruosas criaturas que la habitan.
¿Podrá dejar de lado su resentimiento y ser lo suficientemente fuerte para salvar a su exesposo?
¿Por qué la extraña sensación de déjà vu no se va de su corazón?
NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 11
Sara se detuvo en seco, sintiendo como su corazón se detenía un segundo. Creía haber visto a lo lejos una silueta reconocida, de aquella mujer que osó robarse lo que ella vio primero.
Sin embargo, Claire era más gordita y había huido dolida por la traición de Leon, dudaba que aquella mujer que vio fuera ella.
Sin embargo, para evitar cualquier cosa, se acercó a la puerta al final de uno de los pasillos del segundo piso y la cerró con seguro desde su lado.
Dejando un momento el morral en el piso, colocó una banca en frente de la puerta para que no se pudiera abrir fácilmente desde el otro lado.
—Debo estar loca—susurró desesperada—solo es el cansancio...ella no puede estar acá.
Sin darse cuenta de que su camino de regreso había sido cortado, Claire continuó caminando por el lugar.
Observando una copia del mapa que su compañero Oliver le había entregado y haciendo uso de sus pocos recuerdos, pese a que el lugar estaba sumido en la oscuridad, supo enseguida que se encontraba en el vestíbulo del segundo piso.
Así que, si seguía caminando hasta salir al vestíbulo y doblaba a mano izquierda, encontraría allí la oficina del capitán de policía.
Suponiendo que no había visto al reemplazo de Leon, una vez fue ascendido a comandante, supuso que o estaría allí o habría caído ya. En el mejor de los casos habría huido.
Recordando como varios de sus compañeros se habían enojado al saber cómo su exesposo había ascendido siendo tan joven a comandante de policía, dejó de lado aquellos pensamientos para volver a enfocarse en su misión.
Así, con su arma lista y su linterna en otra mano, abrió con cuidado y lentitud la puerta.
Escuchando un gruñido a su lado, tuvo que dar una voltereta por lo bajo para esquivar el ataque de un poseído.
Este, quien no era más que un adolescente, mostraba sus dientes llenos de sangre, mientras sus ojos y las venes de su cara estaban negras.
—Ayuda—dijo en medio de un gruñido.
Sorprendida de que aún tuviera cierto uso de razón para gesticular aquella palabra, Claire dudó en dispararle mientras retrocedía.
Era un adolescente, no tendría ni quince años, no podía dispararle; sin embargo, cuando estuvo por saltarle encima, un disparo se escuchó desde atrás.
Empapada de sudor ante lo que había pasado, Claire comenzó a respirar de manera irregular mientras era enceguecida un poco por la luz de una segunda linterna.
Si bien tenía la templanza aún, que había adquirido de la academia de policía, no estaba lista para apuntarle a literalmente a un niño.
—¿Sara?—la voz de un hombre resonó por lo bajo—No...Claire, ¿eres tú?
El hombre bajó su arma y su lámpara un poco, y se acercó a ella para llevar su mano a su mejilla. Comenzando a acariciarla con dulzura, la abrazó con alegría.
Claire, quien aún se reponía por lo sucedido, solo pudo hundir su rostro en el pecho de Leon para ignorar el cadáver cerca de ellos.
Su exesposo, al verla pálida, la llevó muy preocupado hasta la oficina del capitán y colocó el seguro para evitar que cualquiera pudiera venir a atacarlos.
Sentándola en el sofá frente al escritorio, el hombre se acercó al minibar del lugar y sacó la última botella de té helado que quedaba.
Intentaba contener la emoción y el llanto, para no volver la situación más difícil para Claire, quien estaba con la cabeza gacha intentando procesar todo lo sucedido.
Quería abrazarla, quería besarla y decirle todo lo que aún la amaba. Pensó que seguiría en el infierno sin volver a escuchar su voz.
Aprovechando que ella no lo veía, escondió debajo de un mueble la soga que estaba preparando para quitarse la vida. Leon respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que Claire necesitaba su fortaleza ahora más que nunca.
Se acercó a ella y le ofreció el té helado, intentando dibujar una sonrisa reconfortante en su rostro.
—Bebe un poco, te ayudará a calmarte —dijo en voz baja, entregándole la botella.
Claire levantó la mirada, sus ojos llenos de confusión y miedo. Tomó la botella con manos temblorosas y bebió un sorbo, sintiendo el frescor del líquido en su garganta.
—Gracias —murmuró, apenas audible.
Leon se sentó a su lado, sin saber muy bien qué decir. Había tantas preguntas que quería hacerle, pero sabía que este no era el momento. El silencio entre ellos era denso, cargado de emociones no expresadas.
—¿Te han mordido? ¿Cuándo llegaste aquí?—preguntó finalmente—creí que estabas con tu hermana y tu cuñado.
—No, no lo han hecho. Y llegué hace menos de dos horas—respondió Claire—¿Qué hay de ti?
—Después de que todo se fue al infierno, traté de mantener el orden en la ciudad. Pero pronto me di cuenta de que era inútil. Decidí venir aquí finalmente a la comisaria para apoyar con los sobrevivientes—Leon suspiró, sabiendo que no había una respuesta simple.
Claire asintió lentamente, entendiendo más de lo que él decía. Sabía que Leon había sido fuerte, pero también sabía cuánto le había costado. Cuando estuvo por abrir sus labios y contarle la razón por la que había llegado, este la detuvo.
—Pensé que el exterior sabía de la situación de la ciudad—dijo con la voz entrecortada—¿A qué has venido Claire? ¿Tienes alguien importante aquí?
Leon tuvo que usar la poca energía que tenía en ese momento para controlar su nerviosismo, cerrando con fuerza sus manos sin que Claire se diera cuenta.
Si Claire le decía que sí, ya no tendría esperanza alguna. Si estaba luchando para salir de allí era porque quería verla. No obstante, ya había perdido las energías para salir de allí.
Por eso había enviado a sus compañeros para buscar una salida, al menos ellos pudieran volver a sus vidas. El, en cambio, no era más que un saco de huesos sin ilusión alguna.
Espero que tengas el apoyo a futuro porque hiciste un excelente trabajo escribiendo 🌹 Sigue así /CoolGuy/y seguiré leyendo 🤞🏻/Smile/