El Alfa Enamoró Al Amigo Del Protagonista

POV Edric

Los días pasaron y el día del evento llegó. El salón del evento estaba lleno de ejecutivos, inversores y personalidades del mundo automotriz. Las conversaciones se mezclaban con el suave sonido de la música de fondo, creando un ambiente sofisticado y elegante. Desde mi posición cerca del escenario, observaba a la multitud con un interés fingido, pero mi mente estaba centrada en un solo objetivo, que era la llegada de Jacob.

Mi mirada recorría el salón una y otra vez, buscando ansiosamente su presencia. Sentía una mezcla de expectación y emoción, preguntándome cómo había reaccionado al recibir mi invitación y si realmente decidiría venir. Mi mente jugaba con escenarios posibles, desde una confrontación directa hasta un encuentro casual y despreocupado.

Finalmente, mis ojos se posaron en la entrada del salón, y mi corazón dio un vuelco al verlo entrar. Jacob estaba impecablemente vestido, con un traje que realzaba su figura y una expresión de determinación en su rostro. La luz del salón iluminaba su piel, y por un momento, me sentí completamente deslumbrado por lo lindo que se veía.

Decidí acercarme y me abrí paso entre la multitud, mi mirada fija en Jacob. Cuando estuve lo suficientemente cerca, él levantó la vista y nuestros ojos se encontraron. Una sonrisa lenta se dibujó en mis labios mientras me acercaba a él.

Jacob estaba en medio de una conversación con varios colegas, todos inmersos en una discusión sobre las últimas innovaciones presentadas. Lo saludé con un gesto de la cabeza y, sin perder tiempo, me acerqué lo suficiente como para que nuestra conversación se mantuviera privada.

-Jacob- Saludé con un tono casual pero con una chispa de provocación en mi voz. -Pareces estar disfrutando del evento.-

Jacob me devolvió la mirada, sus ojos claros reflejando una mezcla de sorpresa y algo más.

-Edric.- Respondió con un tono neutral, aunque pude detectar una leve tensión en su voz. -Sí, es un evento interesante.-

Aprovechando la distracción de sus colegas, me acerqué aún más, colocando una mano en su cintura de manera sutil pero firme. Sentí un leve estremecimiento en su cuerpo al contacto, lo que me animó a continuar.

-¿Podemos hablar en privado?- Susurré, asegurándome de que solo él pudiera escucharme.

Jacob asintió, y juntos nos alejamos del grupo, dirigiéndonos a una esquina más tranquila del salón. Mientras caminábamos, mantuve mi mano en su cintura, disfrutando del contacto y tensión palpable entre nosotros.

Cuando llegamos a un rincón más apartado, me giré para enfrentarlo, manteniendo mi mano en su cintura. Me incliné hacia su oído, mi aliento rozando su piel.

-Te ves increíble en ese traje.- Murmuré, mi voz ronca de deseo. -Marca perfectamente tu trasero… y no puedo dejar de pensar en lo mucho que deseo desnudarte aquí mismo.-

Jacob se sonrojó de inmediato, su rostro adquiriendo un tono carmesí. La vergüenza y la sorpresa se mezclaban en su expresión, y sus ojos se agrandaron mientras me miraba, incrédulo.

-¿Cómo puedes decir esas cosas?- Murmuró, su voz un susurro de desconcierto y excitación.

Sonreí, complacido por su reacción, y acaricié suavemente su cintura.

-Porque es la verdad, Jacob.- Respondí con un tono juguetón. -Y porque no puedo evitarlo cuando estás tan cerca.-

La tensión entre nosotros se intensificó, cada palabra y cada toque alimentando el deseo latente. Estaba claro que nuestro juego estaba lejos de terminar.

Jacob, en un cambio repentino de rumbo, con determinación en sus ojos tomó mi mano y me llevó al baño, asegurándose de que estuviéramos solos antes de cerrar la puerta tras nosotros. Sentí una mezcla de sorpresa y emoción mientras observaba sus movimientos decididos.

Una vez dentro del baño, Jacob no perdió tiempo y se acercó a mí con determinación, sus labios buscando los míos con ansias. Me tomó por sorpresa su actitud audaz, pero no tardé en responder el beso con la misma intensidad y pasión.

Nuestros labios se encontraron en un baile frenético, explorando y saboreando cada centímetro con fervor. Me dejé llevar por la corriente de emociones que nos envolvía, sintiendo cómo el deseo ardía entre nosotros con una intensidad irresistible.

Mis manos se aferraron a su espalda, sintiendo la tensión en sus músculos mientras nos entregábamos al beso con abandono. Cada caricia, cada suspiro, era un eco de la pasión desenfrenada que compartíamos en ese momento.

Me separé ligeramente de Jacob, mirándolo con diversión.

-¿Qué estás haciendo, Jacob?- Pregunté, mis ojos brillando con complicidad.

-También voy a jugar.- Dijo Jacob con determinación.

-¿Estás seguro de poder hacerlo?- Murmuré, mi aliento cálido rozando la piel de Jacob.

Sin esperar respuesta, lo atraje con fuerza por la cintura, mis labios buscando los de Jacob con una intensidad renovada. Sin dejar de besar a Jacob, lo empujé suavemente hacia uno de los cubículos del baño. Abrí la puerta de un empujón y, en un movimiento fluido, los dos nos deslizamos al interior. El espacio reducido aumenta la intimidad y la urgencia entre nosotros. Cerré la puerta con una mano mientras la otra seguía firmemente en la cintura de Jacob, acercándolo más.

Sonreí con picardía, di vuelta y empujé a Jacob contra la pared del cubículo del baño, mis ojos brillando con diversión. Deslicé las manos por debajo de la cintura de Jacob, bajando sus pantalones y los míos propios, comenzando a frotar mi miembro entre los glúteos de él, tomando a la vez entre mis manos su virilidad. Mis dedos se movían con habilidad, intentando estimular a Jacob.

Jacob pareció sorprenderse, y por la vergüenza intentó zafarse, pero desistió y yo lo sujeté con más fuerza contra la pared. Mis dedos se movían hacia adelante, acariciando ligeramente su miembro, que comenzaba a endurecerse.

Jadeé mientras seguía fritando mi miembro contra Jacob, mis ojos brillaban con excitación. Después de unos minutos, alcancé el clímax, eyaculando sobre su trasero, dejando una mancha blanca y brillante en su piel clara.

Jacob, quien se había estado resistiendo, finalmente sucumbió a la excitación y también alcanzó el clímax, manchando la pared. Él gruñó avergonzado, mientras trataba de recuperar el aliento.

Aún con la respiración entrecortada, saqué un pañuelo de mi bolsillo y le entregué uno a Jacob, Ambos comenzamos a limpiarnos y a arreglar nuestras ropas en el estrecho espacio del cubículo.

Jacob evitaba la mirada, su rostro aún ruborizado por la reciente intensidad. Le observé mientras se enderezaba la corbata y se alisaba la camisa. Yo hice lo mismo, ajustando mi traje y asegurándome de que todo estuviera en su lugar, A pesar de la urgencia y pasión que acabábamos de compartir, sabía que teníamos que volver al evento como si nada hubiera pasado.

Con un último vistazo para asegurarnos de que estábamos presentables, abrí la puerta del cubículo y nos dirigimos al lavabo para lavar nuestras manos y refrescar nuestras caras. El sonido del agua corriendo llenó el silencio entre nosotros mientras tratábamos de recuperar la compostura.

Nos miramos en el espejo, y no pude evitar una sonrisa traviesa mientras veía el reflejo de Jacob, quien también parecía estar recuperándose de la experiencia. Nos dimos una última mirada antes de dirigirnos hacia la puerta del baño.