Una Blancanieves Trasvistiéndose En La Gerra

Capítulo 4: La Ira de la Reina Aria

La Reina Aria se paseaba inquieta por su lujosa cámara, sus pensamientos consumidos por la reciente revelación. Había descubierto que su hermana, la difunta Reina Elara, había dejado una hija oculta. Esta niña, desconocida para todos, representaba una amenaza directa a su trono, un trono que Aria había luchado arduamente por obtener.

—¡No puedo permitir que esa niña viva! —exclamó Aria, su voz llena de furia y temor—. Si alguien descubre su existencia, mi reinado estará en peligro.

Llamó a su consejero más leal, el sombrío y astuto Lord Varek.

—Varek, necesito que te encargues de un asunto delicado —dijo Aria, su voz temblando ligeramente—. Encuentra a la hija de Elara y asegúrate de que nunca pueda reclamar lo que es mío.

Varek asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Considera el asunto resuelto, mi reina —respondió con una reverencia antes de retirarse para organizar a los asesinos más letales del reino.

Mientras tanto, en el campamento del Escuadrón Fuego, Lucía continuaba su entrenamiento con una determinación renovada. Había pasado varios días desde su encuentro con el Príncipe Adrián, y aunque no había vuelto a verlo, sus palabras seguían resonando en su mente.

Durante un descanso, Lucía conoció a un nuevo recluta, un chico robusto y de buen corazón llamado Mateo. Mateo era hijo de un jefe de aldea y había decidido unirse al ejército para proteger a su pueblo.

—Hola, soy Lucio —dijo Lucía, extendiendo la mano con una sonrisa.

—Encantado, Lucio. Soy Mateo —respondió el chico, devolviendo el gesto con entusiasmo—. ¿Cómo te está yendo en el entrenamiento?

Lucía se sintió aliviada al encontrar a alguien amigable en el campamento.

—Es duro, pero estoy aprendiendo mucho —dijo—. ¿Y tú? ¿Cómo te va?

Mateo se rió, su risa era contagiosa y llena de vida.

—Bueno, no soy el más rápido ni el más fuerte, pero tengo resistencia y nunca me rindo —dijo con orgullo—. Además, mi padre siempre dice que la verdadera fuerza viene del corazón.

Lucía asintió, sintiendo una conexión inmediata con Mateo. Sabía que tener amigos en el campamento sería crucial para su supervivencia y éxito.

—Tienes razón, Mateo. La fuerza del corazón es lo que nos mantendrá en pie —dijo, sintiendo una chispa de esperanza.

Mientras los dos nuevos amigos se preparaban para el siguiente ejercicio, ninguno de ellos sabía que el peligro se acercaba. Los asesinos enviados por la Reina Aria ya estaban en camino, buscando a la niña que podría cambiar el destino del reino.

Lucía, sin saberlo, estaba a punto de enfrentarse a un desafío mucho mayor que cualquier entrenamiento. Pero con amigos como Mateo a su lado, estaba decidida a luchar por su vida y por el futuro de Eldoria.

El entrenamiento continuó, y Lucía se esforzó más que nunca, inspirada por su encuentro con Adrián. Sabía que debía mantener su identidad en secreto, pero también sentía que había encontrado un aliado inesperado en el príncipe. ( dale Mike y comenta por favor gracias adios)