Anne Williams es una chica de 26 años amable, sencilla e inocente, cuida de su pequeña hermana Gracie de 9 años desde hace unos meses cuando murió su madre de cáncer... Ahora está perdida en su rutina trabajando en esa cafetería, hasta que la desgracia llama a su puerta, abusos, policías y contratos.
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CAPITULO 22
Isaac se quedó mudó pues su madre jamás lo había golpeado, así que la mujer siguió hablando. -¿Dónde están Anne y Gracie?
-No lo sé. -murmuro bajando la cabeza. -Pero puedes preguntarle a tu hija.
-No, el que las dejo ir fuiste tú, no tu hermana. -Le dijo su madre. -Así que el que tiene que arreglar las cosas eres tú.
Eva miró a Isaac con desprecio y este le respondió la mirada y se dirigió a ella. -Última oportunidad Eva, ¿dónde está mi esposa? -La chica bufó.
-Con esa actitud y estas acciones de jovencito de quince años jamás te lo diré, ¿qué pasa si te digo? Irás y la traerás a la fuerza, ¿no es así? -Isaac quedó en silencio. - Ya obtuve mi respuesta.
Isaac ni siquiera se había preguntado lo que haría cuando la encontrará, ¿cómo obtener su perdón? Anne era una mujer difícil de roer y no lo perdonaría tan fácil, en realidad no sabía siquiera si lo iba a perdonar, pero quería intentarlo.
-Es tu responsabilidad buscar a tu esposa. -Sentencio la madre. -¿Así que la contrataste como si fuera una prostituta? ¡Difícil de creer!
-Mamá... -La señora lo detuvo.
-¿Qué pasará si tu padre se entera? ¡Se moriría! -Le gritó. -¡Eres un inconsciente, Isaac, yo jamás te eduqué así!
-Lo sé, fui un imbécil, sé que todos tienen razón ¿está bien? -Se echó en un sofá y resopló. -No sé que hacer, me siento perdido.
Judith al ver a su hijo tan afectado se le ablandó el corazón y desistió de su enojo, no podía darle la espalda a su hijo, si bien sabía que había cometido errores terribles pero seguía siendo su hijo mayor y tenía el derecho de tener el apoyo de su madre.
-Hijo, yo te eduqué con buenos valores, no puedes estar por la vida golpeando mujeres... Anne es una buena persona, te veía tan diferente con ella y no es justo que la dejes ir. -Judith se sentó en el sofá con su hijo y lo tomo del brazo para poner su cabeza ahí. -Lucha por ella Isaac, no me decepciones más.
-Eva, por favor... Solo dime qué están bien. -Isaac arrugó la cara y la primera lágrima rodó por su mejilla.
Eva jamás había visto llorar a su hermano, ni en el funeral de su abuelo de hace unos años, ocultó su conmoción por verlo así y asintió. -Ellas están bien Isaac, muéstrame que cambiaste y yo mismo te llevaré con ella.
Eva salió de la casa dejando a Isaac y su madre charlando, estaba sorprendida por ver a Isaac mostrando otra emoción que no sea la irá, no recordaba la última vez que lo había visto llorar y realmente le impacto.
§§§§
Tres semanas habían pasado desde que Anne estaba en el departamento de los padres de Isaac y Eva, no habían puesto un pie fuera del departamento, lo más lejos que llegaban era a la lavandería del primer piso, Jossy les llevaba alimentos una vez por semana y algunas prendas de ropa, no había tenido ninguna noticia de Isaac y la verdad era que lo extrañaba mucho, tenía la sensación de tomar el primer taxi que viera en la calle e ir hacia su casa, pero se resistía, no podía hacer eso. En el teléfono que Eva le había prestado estaba el número de Isaac, por lo menos cuatro veces al día ella buscaba el número, pero no sé atrevía a llamar, ya se lo había aprendido de memoria.
Gracie seguía teniendo pesadillas, las había vuelto a tener desde que comenzaron a vivir ahí así que realmente no dormía mucho por cuidarla. Eva aún seguía sin ir al departamento porque estaba segura de que aún la seguían y no quería exponer a Anne, aunque hablaban por celular todos los días.
Desde hacía unos días, ocho para ser exactos Anne tenía una preocupación pues su período no había llegado y estaba altamente alarmada pues ya no era virgen y que ella recordara Isaac nunca utilizo protección con ella, no sabía que hacer pues no tenía dinero para comprar una prueba de embarazo, así que sin más remedio le llamo a su amiga.
-Hola, ¿todo bien Anny? -Anne sonrió recordando que Isaac la llamaba así.
-No mucho Eva, tengo que contarte algo. -Anne se mordió las uñas y apretó el teléfono hacia ella.
-¿Qué sucede? Me estás asustando. -dijo.
-Tengo ocho días de retraso. -Lo dijo rápidamente y cerró los ojos esperando la reacción de su amiga, pero quedó la línea en silencio, se despegó el celular y vio que la llamada seguía en curso. -¿Eva, estás ahí?
-¡No puede ser, no puede ser! -Grito la chica emocionada.
-No grites, recuerda que te vigilan. -Recordó Anne.
-Cierto, cierto, pero no puedo creer que seré tía. -Chillo en voz baja.
-Bueno aún no lo sé y yo sé que te debo mucho, pero ¿podrías traerme una prueba de embarazo?
-Dijo Anne apenada. No quería que Eva sintiera que Anne estaba abusando de ella.
-¡Claro! Veré como me quito de encima al idiota que cree que no lo veo como me vigila, estaré ahí en un momento. -Dijo y colgó.
Anne estaba muy nerviosa, ¿y si salía positiva que haría con un bebé? Estaba casada, pero seguro Isaac la odia y no se haría cargo del bebé, aparte ella tenía que cuidar a su hermana, ningún trabajo sería suficiente para mantener a dos niños al mismo tiempo, estaba perdida en sus pensamientos cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a una Eva que al parecer iba corriendo, Anne corrió a abrazarla y está le correspondió.
-¡Qué feliz soy! -Dijo Eva. -Ojalá salga positiva.
-No, Eva... significaría hablar con Isaac y por más que lo quiera, no puedo hacerlo. -Eva quitó la sonrisa de su cara y asintió
-Tienes razón, pero anda, hazte la prueba.
Nerviosa Anne entró al baño y se hizo la prueba, no tardó más de un minuto cuando salió del baño y su amiga la esperaba. -¿Qué resultado dio?
-No lo sé, las instrucciones dicen que tarda cinco minutos en revelar el resultado, me hice las tres pruebas que trajiste para estar completamente segura. -Eva asintió.
Los siguientes cinco minutos fueron los más largos de toda su vida, ambas chicas daban vueltas en la sala de estar sin saber que hacer, no podían estar sentadas y tampoco hablar, era una sensación muy extraña.
Anne sabia que ya no estaba con Isaac, bueno en realidad nunca lo estuvo, solo compartieron momentos gracias al dichoso contrato, así que no sabría que haría si la prueba saliera positiva.
-¡Cinco minutos! -Chillo Eva cuando el temporizador anuncio que llegaba a su fin.
Anne se acercó lentamente al lavabo donde se encontraba la prueba boca abajo, las miro detenidamente y cerró los ojos para levantar la primera, la giro hacia ella y abrió los ojos lentamente observando el resultado, abrió los ojos de golpe.
-No puede ser. -murmuro, Eva corrió hacia ella y tomo las tres pruebas.
-¡No puede ser! -Repitió. -Anny, estás embarazada.
Ambas chicas se miraron sin poder creer lo que estaba pasando, Eva optó por abrazarla fuertemente y Anne se largo a llorar. No sabía que haría pues el papá de su bebé no la amaba y si el sabía de la existencia de su embarazo habría dos opciones o lo negaba o se lo quitaba como lo estipulaba el contrato.
-Ven, siéntate, hablaremos. -Dijo Eva llevando a Anne al sofá. -¿Qué quieres hacer?
gracias por esta novela.