Ella, era la hija de un general, una guerrera talentosa, pero su prima le tendió una trampa para asesinarla y así tomar su lugar como una princesa heredera, ahora, a reencarnado en la princesa que fue puesta en su lugar y su prima acabo aun como una concubina más, pero aun siendo la princesa, las concubinas abusaron de ella, ahora que está en ese cuerpo, esta lista para su venganza.
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entrenamiento
Antes de que la señora Kaede fuese a despertarla, ella ya estaba en el patio haciendo algunos movimientos, que solía usar en su vida pasada, aunque con ese cuerpo era difícil, le tomará algo de tiempo conseguir la misma fuerza y musculatura que tenia antes; Lili llego con un desayuno ligero y se lo dejo en la mesa de mármol que hay en el jardín, pero antes de poder comer, se puso a hacer unas sentadillas, Lili estaba sorprendida de que su señora fuese tan decidida a volverse fuerte, antes no se atrevía ni levantar la mano ante nadie, pero estos días le ha sorprendido incluso enfrentando a las concubinas del príncipe.
Poco después de tomar el desayuno, se dirigió al patio de entrenamiento, los reclutas ya estaba siendo puestos a ejercer sus rutinas diarias, el que se encargaba de ello, era el vice capitán del ejército, se acerco a él para darle una reverencia y el saludo necesario, todos los de ahí estaban sorprendidos de ver una joven dispuesta a entrenar, sus ropas eran mucho más adecuadas para ejercicio, cambiando el kimono largo por uno más corto y para ocultar todo lo demás se había puesto un pantalón como el que llevan los jovenes novatos, su cabello lo ató en una coleta, para que no estorbara.
- escuchen, esta joven, es la tercera princesa, Hayashi Saya, esta aquí por órdenes de su majestad la emperatriz, ella entrenará igual que todos ustedes, pero no olviden que le deben respetar.
Todos responde un "si, vice capitán" aunque uno que otro, parecía incómodo por la situación.
- sepan que por el hecho de ser mujer, no estoy aquí para jugar, mi meta es ser tan fuerte como lo son los mejores de las tropas del general, pero no pienso tolerar burla alguna, así que espero, que como yo los respetaré, ustedes hagan lo mismo.
- junto sus brazos hacía adelante a la altura de su pecho y se inclinó a modo de respeto hacía sus nuevos compañeros.
Pronto el entrenamiento empezó, era un poco pesado, pero no estaba dispuesta a rendirse, tiene que ser lo más fuerte posible para poder alcanzar su objetivo, porque si bien la emperatriz le tiene apreció, no puede valerse de ello todo el tiempo, además se acumula méritos, puede obtener mayor libertad.
En la mansión del príncipe, éste estaba sentado en su lugar de trabajo, pero no ha podido hacer nada, hace poco, le llego un mensaje de la emperatriz donde le deja indicado que si continua con sus malos tratos a la princesa, ella misma vendrá con sus mejores guardianes, para investigar todo lo que sucede en esa mansión y de descubrir algo malo, el emperador será informado; Aya escuchó todo, así que furiosa lanzo cosas en su habitación, no puede soportar que una inútil como Saya, tenga mejor consideración ante la emperatriz que ella, se supone que ella es la amada del príncipe, a quien la emperatriz debería apreciar más y no a una princesa que nunca supo como llevar orden en su propia casa y que ahora, se ha vuelto una rebelde que incluso le falta al respeto al príncipe.
Ordeno a sus sirvientas que limpiarán el desastre mientras que ella, tenía que ir con el príncipe a consolarlo y tal vez, lo mejor sería ayudarlo un poco, aunque eso signifique permitir que se acerque a esa inútil princesa; entró sin la necesidad de pedir el permiso del príncipe y enseguida fue hacía él, mostrándose preocupada.
- todo es culpa de esa mujer inútil, alteza, como dijo su madre, quizás sería mejor tratar de conseguir nuevamente el corazón de la princesa.
- pero ¿que dices? Yo nunca haría algo así, no te traicionaría de esa manera.
- lo se majestad, pero, es igual a estar con sus otras concubinas, solo estará con ella como parte de su responsabilidad.
- Aya, tú eres la única que sabe comprender. Pero ahora, la princesa no vendrá hasta nuevo avisó, se quedará en la mansión del general.
- ¿que? Eso es humillante para usted, pese a todo es su esposa y quedarse en una mansión donde habitan la mayoría de hombres, es una deshonra, todos hablarán, no podemos permitir eso.
Aprieta los puños ante lo dicho, si bien esa princesa no le importa, su reputación esta de por medio.
- manda preparar mis cosas, iré a esa mansión por la princesa, no puedo permitir que la reputación de mi casa sea pisoteada.
- si majestad, yo estoy dispuesta a acompañarlo y ayudarle, por usted yo daré todo para que suba al trono que merece.
Ya puede imaginarse ella misma en el trono de la emperatriz, lo primero que hará cuando suba al trono, será eliminar a esa molesta princesa.
Felicitaciones 🥰🥰🥰😙