Casada A Primera Vista

Mía salió de la oficina de su jefa con un brillo en los ojos y una sonrisa que apenas podía contener. Caminó por el pasillo hasta llegar al cubículo de su amiga Liz, quien estaba concentrada frente a su computadora.

Liz levantó la vista al escuchar los pasos de Mía y, al ver su expresión radiante, se puso de pie de inmediato.

-¿Qué pasó? ¿Por qué esa sonrisa tan grande?- preguntó con curiosidad-¿no te dejó sin empleo?

Mía se acercó más, apenas conteniendo la emoción, e hizo un gesto negativo con la cabeza.

- ¡Voy a hacer la entrevista con el CEO de Empresas Stark!

Los ojos de Liz se abrieron de par en par, incapaces de creer lo que acababa de escuchar.

-¡No puede ser! ¿Cómo lo lograste?

Mía, disfrutando del momento, se sentó en el borde del escritorio de Liz y bajó un poco la voz, como si estuviera a punto de revelar un gran secreto.

- Bueno, te puedo contar como lo hice si eres capaz de guardar el secreto-Liz asintió emocionada- ¿Puedes?

-Por supuesto- inquirió la muchacha- sabes muy bien que lo guardaré.

Mía miró a su amiga con complicidad antes de soltar la bomba.

-Bueno... pues, resulta que el hombre con el que me casé es Matt Norton.

Liz casi la miró completamente atónita, no siendo capaz de asimilar las palabras que salían de la boca de su amiga.

- ¡No puedo creerlo! ¿Matt Norton, el CEO de Empresas Stark, es tu esposo falso?- preguntó intentando no alzar la voz mientras que Mía le hacía señas para que se calmara.

Mía asintió, con una mezcla de orgullo y asombro en su rostro.

-Sí, y ahora voy a tener la oportunidad de entrevistarlo- agregó- Es una locura, ¿verdad?

Liz no podía contener su emoción y comenzó a reírse y abrazar a Mía.

-¡Es increíble! ¡Estoy tan feliz por ti!- le dijo sin soltarla- ¿Viste, que en algún momento la vida se tendría que portar bien contigo?

Mía sonrió, sintiéndose afortunada de tener a Liz como amiga. Juntas compartieron un momento de alegría y emoción ante la increíble oportunidad que se presentaba para la muchacha.

Una vez que Liz logró tranquilizar su emoción, cuando ya cada una de las jóvenes se hallaba sentada en sus sillas, Liz observó a Mía que estaba escribiendo en su laptop las preguntas que le haría al ceo y sonrió.

-¿Te diste cuenta de algo?- preguntó de repente Liz.

-¿De qué?- indagó Mía alzando la mirada, Liz se acercó al escritorio de su amiga y se inclinó para quedar lo más cerca posible de ella y que nadie oyera lo que iba a decirle.

-De qué eres la esposa de un hombre guapo, exitoso y con mucho, mucho dinero y poder- afirmó la muchacha, Mía ladeó la cabeza e hizo una mueca de asentimiento- Ya tienes de donde sacar el dinero para pagar el hospital.

-¿Qué? ¡No!- dijo la muchacha- Me conoces muy bien y sabes que no sería capaz de pedirle a nadie el dinero. Además él y yo no somos nada en realidad- afirmó para luego continuar con sus tareas.

Por su parte la señorita Smith, que había estado observando la escena de las dos amigas y suponiendo que ellas festejaban que Mía haría la dichosa entrevista sonrió con desdén...

-Ya veremos si cuando estés haciendo estas preguntas te quedan ganas de festejar- murmuró, mientras imprimía una hoja con las preguntas para la entrevista a Matt.

A una distancia bastante lejana, y un par de horas más tarde...

Matt se encontraba en su oficina, su sonrisa se ampliaba al recordar a Mía. Con manos emocionadas, tomó su móvil y le escribió un mensaje. Mía, al recibir el texto, sintió un cosquilleo de emoción y de inmediato le indicó a Liz, su amiga, que Matt estaba escribiendo.

-Mía, ¿quién te escribe?- preguntó Liz con una sonrisa, al notar que su amiga parecía emocionada.

-Es Matt, ¡él, me está escribiendo!- respondió Mía con entusiasmo en los ojos.

《Hola esposa, ¿cómo estás?- preguntó Matt.

- Hola- balbuceó ella- Estoy bien...- agregó con nerviosismo

-Quería hablar contigo sobre la entrevista que me pediste- escribió él, ella comenzó a sacudir sus manos como si fuera una adolescente. Liz la miró con desconcierto.

-Ok, tu dirás- respondió la muchacha, a la cual al parecer solo le salían dos o tres palabras.

-Quería confirmarte lo de la entrevista- escribió luego él, notando que ella se demoraba demasiado en responder- ¿Podría ser allí, el jueves por la tarde?

- Por supuesto, el jueves por la tarde sería genial- escribió ella- ¿A qué hora sería?

-¿Te viene bien a las 3:00 p.m.?- propuso el.

-Sí, perfecto.- afirmó ella- Nos vemos el jueves a las 3:00 p.m. en mi oficina entonces.

-Genial, nos vemos entonces...- escribió por último él, Mía le pasó el móvil a Liz, para que ella misma leyera la conversación.

Liz lo tomó, y se puso muy contenta de que al fin todo se estuviera acomodando para sí amiga...

-Toma- dijo entregándole el móvil a su amiga nuevamente- Sigue escribiendo- agregó, ambas jóvenes se mantuvieron atentas a los puntitos que aparecían en la pantalla, esperando para saber que era lo que Matt estaba escribiendo. Cuando al fin pudieron leer el siguiente mensaje, las dos se miraron sorprendidas, ya que en el mensaje decía...

-Espero que te veas tan bella como la última vez, esposa.

Un nudo se le hizo en la boca del estómago a Mía, al parecer las mariposas que habitaban en él estaban intentando escapar desesperadamente.

-¿Qué piensas qué fue eso?- le preguntó Mía a Liz, con la intención de que su amiga la sacara de las dudas que revoloteaban en su cabeza.

-¡Es obvio!- exclamó Liz- ese hombre acaba de coquetearte, amiga.

Mía, se sentía incrédula de lo que su amiga acababa de decir, pero eso no le impidió fantasear con lo bueno que sería que un hombre como Matt se interesara en ella de manera romántica. Después de todo, él en verdad era muy guapo, tenía cabello rubio oscuro con suaves ondas, ojos del color del mar, era alto, con músculos definidos, todo un buen prospecto para cualquier mujer.

Luego de que Matt y Mía se pusieron de acuerdo con el día, la hora y el lugar para la entrevista. Mía aceptó las indicaciones de Matt con una mezcla de nervios y emoción. La muchacha se dirigió a la oficina de su jefa para informarle el día, hora y lugar, al llegar tocó la puerta a pesar de que se encontraba abierta, su jefa, la miró

-¿Qué se te ofrece?- le preguntó

-Vine a confirmarte, el día y hora de la entrevista con Matt Norton- respondió ella- Será el jueves, a las 3:00 pm, aquí.

-Ok, entonces el jueves antes de la entrevista te quiero aquí.- le dijo la mujer

-Está bien -aceptó Mía y luego salió de la oficina.

Cuando finalmente llegó el día de la entrevista...

Mía se presentó en la oficina de su jefa, tal como esta le había pedido que hiciera.

-Aquí estoy- dijo la muchacha.

-Muy bien, aquí tienes- dijo la señorita Smith extendiendole a la joven una hoja recién impresa, Mía la miró sin comprender- Las preguntas para la entrevista.

-Ahhh...estas no son las preguntas que te pasé ayer en la lista que te entregue- comentó la muchacha.

-Esas no fueron aprobadas- respondió la mujer con absoluta calma- Al señor Brown le gustaría que te manejaras con esas preguntas.

-Ok- dijo Mía luego de quedarse en silencio por unos minutos- Gracias- refirió y salió de la oficina, para ir directamente al lugar donde se haría la entrevista.

Los nervios y la incertidumbre hacían que su corazón latiera aceleradamente, ya que no solamente iba a entrevistar a uno de los CEO más importantes, sino que también después de un período de tiempo volvería a ver a "su esposo".

-Buenas tardes señor Norton- saludó la joven extendiendo su mano de manera respetuosa cuando Matt entró a la oficina que sería el epicentro de la reunión- Soy Mía Miller- Matt estrechó su mano y con un leve movimiento la atrajo hacia él.

-Sé quién eres- le susurró, ella se cohibió y se quedó mirándolo unos segundos.

-Seré quien lleve adelante la entrevista- agregó la muchacha cuando reaccionó- ¿Podemos empezar?

-Seguro- respondió él, y ambos se ubicaron uno frente a otro, mientras que en otra oficina, los dos superiores de Mía observaban y oían, evaluando el desempeño de la joven.

-Bien, señor Norton- dijo Mía con profesionalismo, mientras paseaba su vista sobre la hoja con las preguntas que le había entregado su jefa minutosa atrás- Las personas han especulado que has estado soltero todos estos años, porque te gustan- la muchacha interrumpió sus palabras desconcertada por lo que estaba leyendo- los ...hombres.

Matt, la observó y sonrió con una clara expresión de desconcierto en su rostro.