Aprendiendo A Amar

Narra Dominic

Salgo con molestia de aquel lugar y voy hasta el privado que había pedido hace algunos minutos, Saly y Lia bailan para mí, pero es Mia mi preferirá y la única que tengo con exclusividad, ella administra el lugar y se ocupa solo de mí, ella se acerca y baja la cremallera de mi pantalón para acariciar mi dureza mientras yo contemplo la escena entre las dos chicas, me acomodo de forma que Mia pueda sacar a mi amigo de su prisión y se lo lleve a su profesional boca.

El sex0 para mí, es solo eso, es un juego de cuerpos en el que ambas partes obtienen pl@cer sin necesidad de involucrar emociones estúpidas que desequilibran al ser humano y para eso tengo quien cubra mis necesidades, les pago bien por lo que hacen, ellas conocen mis retorcidos gustos y ninguna está aquí por obligación, es más, todas las mujeres que trabajan en este lugar lo hacen porque quieren, las que no, solo ayudan con otro tipo de trabajo, no tan bien remunerado, pero les doy opciones y no imposiciones.

Termina la sesión de mi juego y voy directo a la habitación que tengo adecuada para mí en este club, esto es como si fuera mi hogar así que es aquí donde paso la mayor parte de tiempo cuando no estoy en la empresa. Me doy una ducha para quitar el sudor, soy muy escrupuloso en este aspecto y detesto quedar con el olor de otra persona impregnado a mí, abro la llave y dejo que el agua recorra mi cuerpo mientras me quedo sumiso en algunos pensamientos, salgo y me acuesto sin nada puesto, me gusta dormir libre.

No sé cómo, ni cuando me quede dormido, pero el sonido de mi móvil me despierta, lo tomo con molestia pues es domingo y no se quien put4s llama a esta hora

− Diga – hablo con vos tosca y perezosa

− Necesitamos hablar – es la voz de Tessa, así que siento como se forma una sonrisa de autosuficiencia en mi rostro

− No ha pasado ni dos días – le respondo con prepotencia, pero lo que ella no sabe es que me alegra saber que lo ha pensado mejor

− Te espero en el café Blu en media hora – habla con altivez y cuelga la llamada sin darme la oportunidad de negociar la hora

¡maldita sea! – exclamo furioso por tener que levantarme temprano un domingo, este es el único día que lo dedico para descansar, hacer un poco de ejerció, entrenar a mis perros y salir en mi moto, pero esta pequeña mujer me ha descontrolado mi estricto horario del día. Me levanto sin muchos ánimos y me doy una dicha rápida, tomo lo primero que veo y bajo hasta el estacionamiento, este es el único día que no tengo guardaespaldas encima, así que tomo mi casco y me subo a mi Vyrus 987 C3 4V, esta podría decir que es mi bebe, es una de las motos más costosas y es mi precioso tesoro, prendo el motor y es como un león hambriento, aprieto el clutch y pongo el cambio para darle arranque, conduzco por la ciudad a toda velocidad, en cuestión de minutos llego al dichoso café, estaciono y le pido al encargado que la cuide, camino por los pasillos ante la mirada indiscreta y coqueta de algunas chicas. Veo al final del pasillo a una Tessa oculta en unos lentes de sol y cubriendo su boca con la pajilla de su refresco

− ¿tenía que ser tan temprano? – pregunto molesto sin saludar y ella levanta una ceja con prepotencia

− Pensé que querrías saber mi respuesta con urgencia – responde ella molesta

− Ya habías dicho que no – respondo mientras tomo asiento

− Buenos días, ¿desea algo de tomar…, algo de beber…? – pregunta la camarera embelesada observándome

− Quiero un whisky – respondo

− Vas a beber tan temprano – responde Tessa con desagrado

− No nos hemos casado y ya estas queriendo controlarme – respondo con burla mientras la mesera se queda estupefacta

− Un whisky – afirmo, ella asiente y sale con mi orden

− no lo dije porque quisiera controlarte, la verdad lo que hagas o dejes de hacer me importa muy poco – responde ella sin emociones

− ¿bueno, para que me has citado tan temprano? – pregunto

− acepto tu propuesta – responde ella con fastidio

− ¿aceptas…? ¿Cuáles son tus condiciones? – indago

− Aun no lo sé, solo quiero que ayudes a mi padre inmediatamente – responde ella

− Él sabe de nuestro arreglo – pregunto

− No – responde ella

− Ok, me parece mejor – respondo

− Puedes pensar en 3 condiciones – le aclaro

− ¿solo tres? – pregunta ella furiosa

− Son más que suficiente – respondo cortante

− Eso no fue lo que me dijiste al principio – dice ella

− Eso fue ese día, hoy es diferente, en los negocios puedes perder o ganar si demoras en tomar decisiones acertadas – hablo con superioridad

− Eres un cretino – dice ella furiosa

− Gracias, ya me lo han dicho – respondo con una sonrisa y ella me lanza una mirada asesina, no sé porque demonios ese gesto en ella me causa gracia

− Quiero que le hagamos creer a los demás que estamos saliendo – dice ella

− ¿y eso para qué? – pregunto con molestia, no quiero tener que verme envuelto en esos malditos formalismos

− No quiero que mis padres sospechen algo, además no quiero que Joel crea que me caso contigo solo por castigarlo a el – dice ella con un poco de tristeza en sus ojos

− ¿aun lo amas? – pregunto con un poco de ira

− Es imposible dejar de amar a alguien de la noche a la mañana, claro que lo amo, pero eso no quiere decir que dude de la decisión que he tomado – responde ella con firmeza

− Eso espero, no quiero arrepentimientos después, tu no me conoces Tessa Wilson y créeme, no quieres hacerlo – amenazo

− No tienes que amenazarme, soy una mujer de palabra – responde ella con firmeza

− Quiero que nos casemos en 40 días – sentencio

− Eso es menos de dos meses – responde ella sorprendida

− Es tiempo suficiente – respondo

− Su bebida señor – dice la mesera con coquetería, pero solo la ignoro