Anastasia alegre, espontánea y feliz... En su segunda vida conocerá al Gran General, un hombre recto, estricto y de pocas palabras.
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De regreso a casa
A pesar de todo, la pasé muy bien en la salida hoy
- Yo también mi lady
- Pero ahora aprovecharé de dormir un poco
- Si, mis hombres me avisaran cuando entremos al ducado...
Alexander por primera vez, en mucho tiempo, tembló al ver que ella se sentaba en sus piernas y cruzaba sus brazos por su cuello.
- Anastasia...
- Así estaré más cómoda...
El General Aragón estaba tieso, hasta su respiración se había detenido.
- Pero...
- ¿Te molesta tenerme en tus brazos?
- no es eso... es todo lo contrario... mi corazón se va a salir de mi uniforme
Anastasia, puso la mano sobre el pecho del General y sintió su acelerado corazón... Alexander la apretó fuerte contra su pecho...
- ¿Quién pensaría que un hombre tan grande, temblaria con un inocente roce?
- Eres tan frágil que podría romperte fácilmente, pero tu personalidad es puro fuego para mi...
- ¿te gusto soldadito?
- Muchísimo
Anastasia sonrío complacida y comenzó a acariciar el pelo del General, aún sentada en sus brazos.
- Pareces un gatito cuando te acaricio...
- Anastasia...
Ella se incorporó y le dio un beso en el cuello...
- Lo intenté... juro que lo intente...
- ¿Qué?...
Alexander la acomodó sobre si mismo y comenzo a besarla apasionadamente, mientras sus manos recorrían el escote del vestido, por su espalda... fue invitado a continuar con los besos y caricias, cuando un gemido salio de la boca de ella.
- Cariño me vuelves loco...
Ella, tampoco se quedaba atrás y también le tocaba la espalda, acariciaba los muslos, lamia su cuello y besaba sus labios... pero, se dio cuenta, que a pesar de todo, el General se estaba conteniendo, porque sus caricias se limitaban a la espalda, así que ella misma puso la mano de él sobre sus pechos... lo que desató toda la pasión... las caricias de ambos ya no tenían límites...
Unos incómodos guardias, al notar el movimiento del carruaje y escuchar algunos sonidos, estaban dudosos en hablar, pero tenían la orden de avisar que estaban entrando al ducado...
- Si avisas tu, lustro tus botas una semana
- dos semanas
- bien
El soldado alzo la voz...
- General, hemos entrado a las tierras del ducado.
Hubo un silencio en el carruaje y Alexander se asomó por la pequeña ventana.
- tú... Freire, continua el camino a pie
- si señor
En el carruaje ambos se volvieron a besar y comenzaron a arreglar sus ropas.
- Me rompiste mi vestido del pueblo mágico...
El General vio el vestido y estaba la espalda completamente al descubierto.
- Pero me gusta así, se me ve...
- Te ves hermosa cariño, pero será mejor que uses la capa, no creo que a tu madre le guste.
- si es cierto, quizás lo use para...
- no creo que estés pensando en volver al Club
- Aunque no te guste es mi club
- pero, contrata a un administrador y así recibes tu pago cada mes
- mmmm
- yo quiero ser el único que vea tus presentaciones...
- pero haré una última presentación, a ver si averiguo algo de las muchachas que son obligadas...
- puede ser peligroso o podrías poner en alerta a los enemigos
- no te enojes, déjame hacer una última presentación
Anastasia, comenzó a acariciar el pantalón del General por sobre la entrepierna...
- Me dejarás ir... si... no me pondrás problemas...
- Si cariño... lo que quieras
Él la besó y sintieron como el carruaje se detuvo.
- Mi lady llegamos...
...
- Alexander nos tenemos que bajar... sueltame...
El General tenía a Anastasia aún en sus brazos, mientras intentaba controlar la respiración, porque sentía que su hombría se saldría de su pantalón. Ella logró soltarse y rápidamente se puso la capa, le dio un beso fugaz y se bajo del carruaje.
- Mi lady y el General...
- Viene enseguida, entremos...
Anastasia subió directo a su habitación, había sido un largo día.