Zulema de la Puente, tiene 25 años, y en poco tiempo ha sufrido una serie de desgracias que cambiaron su mundo, su padre murió, su madre está muy enferma, fue despedida de la compañía en que estaba desarrollando una carrera exitosa y su prometido Javier Belmonte canceló su compromiso.
Ahogada en los problemas, una noche bebió más de la cuenta, y para vengarse de su prometido durmió con su tío, Mathias Belmonte, un frío, pero apuesto hombre de 35 años, dueño de una de las más importantes fortunas del país.
¿Será Mathias un problema más grande para Zulema o será su Salvador?
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8. Besos más dulces que la miel (+18)
Mathías se acercó lo suficiente para susurrarle al oído “¿estás segura de continuar?”, mientras pasaba su mano por la espalda de Zulema, subiendo sus dedos lenta y provocativamente hasta llegar a su nuca, en una innegable intención de despertar los deseos de la joven que tiene tan cerca suyo.
Una corriente de electricidad pasó por el cuerpo de la joven que la obligó a cerrar sus ojos mientras se estremecía ante el tacto seductor de aquel hombre, quien luego jala ligeramente su cabello negro para obligarla a mirarlo a los ojos, con un movimiento que la hace encedenderse más, provocando íntimas palpitaciones, que la hacen desear más, ante lo cual ella solo pudo ahogar el gemido que intentaba escapar de su boca, pues su cuerpo estaba a punto de traicionarla pidiendo más y más de ese hombre que le está alterando todos los sentidos.
Ante esto él sonríe con cierta coquetería, la sorprende dándole un tierno beso en la mejilla cerca a la comisura de los labios, en el fondo él sabe lo que hace, pero quiere hacerla sentir cómoda; aún con el cambio de actitud, ella no pudo evitar sonrojarse; esa caricia rabiosa primero y tierna después, había despertado con intensidad el deseo, que parecía solo buscar en la venganza una excusa para continuar, porque con razón o sin razón alguna ya había tomado la decisión de pasar la noche con el tío de su ex.
- “Solo esta noche; tal vez haya tomado un poco, pero le aseguro que estoy consciente de lo que quiero”, dijo Zulema con una expresión coqueta, quería romper de una vez por todas y de manera indubitable el pacto de fidelidad hecho con Javier, después de su horrible primera vez; y que lo había convertido en el único hombre con quien había estado, mientras que su ex prometido se había revolcado con varias aún cuando entre ellos había una relación formal.
Mathías rugió excitado, su masculinidad estaba lista para la acción, pero necesitaba tomarse su tiempo, si solo esa noche iba a ser su oportunidad, entonces tenía que disfrutarla al máximo. Se acercó hacia ella, besándole el cuello, ella gimió al sentir esos labios mojados, hurgando con la punta de su nariz detrás de su oreja, y se embriagaba con el aroma que desprendía Mathías, mientras con sus dedos aquel hombre acariciaba la piel de su espalda que se asoma desnuda.
Ella se aferró a sus brazos, ante el deseo que se había apoderado de ella; con suavidad él la tomó por la mejilla y la besó lentamente; saboreó con atrevimiento aquella coqueta boca, el sabor de sus besos, parecían más dulces que la miel y más embriagantes que el vino, esas bocas eran pasión absoluta.
Ella se separó un poquito para tocar el pecho de Mathías con las palmas de sus manos, todavía por encima de la ropa, bajando muy despacio para palpar con deseo aquel cuerpo, que seguro recibía entrenamiento personalizado; sabía que ese hombre era mayor que ella, pero a simple vista y ahora al fino tacto, podía asegurar que estaba mejor que Javier; y vaya que se sorprendió gratamente cuando acarició sobre el pantalón aquella gran masculinidad que sin lugar a duda estaba listo para la acción.
Él sonríe, la tomó de los muslos, subiendo a su cadera y elevándola para llevarla a la habitación, mientras ella lo rodea con sus piernas; él le acariciaba las nalg@s sin reparo. Mathías siempre solía mantener la calma, y escogía con cuidado incluso a las mujeres que solo serían una aventura; después de todo no tenía una larga colección, como algunos suponían. Pero Zulema no era su presa, su plan o una decisión tomada previamente; ella lo había escogido a él, para una noche de pasión que le arrebate el despecho, él era incapaz de resistir y le iba a dar el gusto.
Estaba llevándola a la habitación principal, pero entre jadeos Zulema le decía que ahí no, sospechaba que esa cama había sido usada por Javier muchas veces con sus aventuras y no quería que su desquite ocurriera ahí; así que él cumpliendo con la voluntad de la muchacha, la llevó a la habitación secundaria, sin dejar de besarse y acariciarse cuanto pudiesen.
te felicito
mamita y su abuelo