Anya es una joven modesta, inocente y alegre que fue criada por su tía después de que su vida se viera sacudida por la trágica perdida de sus padres, sin embargo, eso no era lo único, ya que el destino le tendría otra mala pasada.
Se suponía que buscaba tener un futuro feliz, tranquilo; sin embargo, nunca creyó que su vida terminaría atada de la forma menos pensada.
¿Podrá ser feliz?
¿Podrá conocer lo que es el amor?
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capítulo 11
Al día siguiente al despertar Anya sintió pánico al ver que estaba en un lugar desconocido, luego de recordar bien el día anterior supo que no era un sueño, miró alrededor y recordó que se había dormido en el sofá, pero despertó en la cama, salió al balcón levantó la vista y miró el hermoso cielo azul, y abajo el bullicio de la ciudad, pues para ella no era normal tanto ruido debido a que su vida era tranquila en el pequeño pueblo donde vivía, fue al baño y después salió cuidadosamente a la sala luego a la cocina, se encontró la mesa puesta con el desayuno cérvido y una nota donde decía que tomará el desayuno, cosa que Anya hizo, ya que no logró resistirse, como era curiosa miró cada cosa del apartamento, las fotografías de Bastian con su familia y demás fotografías de sus viajes, en el trayecto de la mañana como se sentía aburrida quiso leer un libro.
Al medio día Bastian volvió, haciendo que ella se exaltara al abrir la puerta, Anya procedió a preguntarle por qué motivo la había dejado encerrada de nuevo.
— ¿por qué me dejó sola y encerrada de nuevo?
— ¡hola! Creí que tenías buenos modales, eso fue lo que dijo tu tía.
— oiga no estoy para chistes, ¿cuánto tiempo me quedaré aquí?
— ¿no quedamos en que dejarías las formalidades?
— bien, oye Bastian yo no me quedaré aquí toda la vida.
— ¡ah! Ves así es mucho mejor, respecto a tu pregunta, anoche quedamos en que vivirías aquí, quedamos en que tú me ayudarías y yo a ti.
— sí, tiene razón, entonces, ahora sí hablemos bien y pongamos todo claro.
— por supuesto, eso me gusta, empezaré yo, como te dije anoche, que solucionaría lo de tus estudios, hoy mandé a investigar e hice que enviaran tus papeles para matricularte, solo tienes que decidir qué quieres estudiar y yo les informo para que presentes el examen de aceptación.
Al oír las palabras de Bastian por primera vez Anya le sonrió, y su rostro emanaba felicidad y eso hacía que Bastian también se emocionara.
— ¡Gracias! Estoy emocionada, confieso que nunca imaginé que fuera cierto tu propuesta.
— bueno, ahora te diré tú parte, tú irás conmigo a conocer a mi familia, quiero que sepas bien que de esa puerta para allá eres mi novia, mi familia es influyente por lo que la prensa siempre estarán atentos de lo que pasa con mi vida, pero no te preocupes tampoco te acosarán, solo tienes que tener cuidado de con quién hablas o te juntas, solo mi amigo sabe nuestra verdadera relación, tú te quedarás a vivir aquí no te faltará nada, un chófer te llevará adonde quieras y te traerá, claro, hasta que aprendas a conducir.
Anya confundida o más bien digámoslo así, estupefacta por lo que Bastian decía
— ¿pero eso es mucho de tu parte, yo solo me haré pasar por tu novia? No es necesario yo puedo trabajar para pagar mis gastos.
— no, claro que no, ya te dije que si quieres trabajar puedes ser voluntaria en el orfanato del cual soy beneficiario, puedo darte un sueldo a cambio de que des clases de piano, pero de trabajar en otro lugar no, por lo menos hasta que termines tus estudios.
— pero es que eso es mucho, puedo ser voluntaria si, lo que quiero decir es que ¿cómo le voy a pagar todo lo que está haciendo por mí?
— lo pagarás y aprovechando la oportunidad que te estoy dando está bien.
— está bien, muchas gracias.
— bueno, ahora el siguiente paso es realizar los trámites para que no estés ilegalmente, y también hay que cómprate ropa y las cosas que necesites, y hacerte un cambio de look.
— ¿por qué, que pasa conmigo, acaso me veo mal?
— no, estás bien, pero pareces muy adolescente, eres adolescente claro, pero te ves muy niña y necesita verte más grande, eso se hace con algo de ropa diferente y no sé, necesitas ir también a la peluquería.
— ¿estás diciendo que tengo mal gusto?
— no, no dije eso, pero hay que hacerlo porque nadie creerá que eres mi novia.
— está bien, si eso es lo que quieres será.
— también te daré un celular, pero tienes que prometer que no harás locuras.
— si, lo prometo, no haré nada para arruinar el trato, si eso crees.
— lo sé, sé que eres una chica inteligente y que no harás nada que me moleste, ¿cierto?
— Disculpa, ¿entendí más o me estás amenazando?
— no, solo te lo estoy recordando, lo que estaría en juego, pero si quieres verlo de esa manera está bien, respondió Bastian brindándole una sonrisa y mirando fijamente a Anya, ella no le hizo caso y Bastian procedió a entregarle el celular, Anya lo tomó y preguntó.
— ¿puedo contactar a mi amiga?, ella es la única persona que me importa, ¡por favor!
— sí, puedes hacerlo, si pregunta dile lo que acordamos, ahora prepárate para que salgamos.
— ¿a dónde vamos?
— vamos a almorzar a casa de mis abuelos.
— ¿como, los conoceré hoy? Que sea otro día todavía no me acostumbro a ti y ya me quieres presentar a tu familia.
— hablas como si de verdad fueras mi novia, mencionó Bastian sonriendo nuevamente.
— no, me malentendiste, quise decir que me pondré muy nerviosa, porque apenas estoy asumiendo todo, y si voy hoy no sé que pueda pasar, siento que no estoy preparada.
— tienes razón, entonces te llevaré a conocer la ciudad y por supuesto a almorzar.
Anya salió con Bastian y sentía nervios al estar a su lado, pues quien no, si su actitud, la seguridad al andar incluso su forma de vestir hacían que cualquier persona volteara a verlo, y por supuesto que no pasaba por desapercibido al entrar a un lugar.
Los meses pasaron y la vida empezó a ser buena para Anya, veía el futuro con mayor claridad y tenía esperanzas de un Excelente porvenir.
Hubo momentos en el cual sentía derrumbarse, pero como siempre recordaba lo afortunada que era y se esforzaba aún más.
Después de un tiempo Anya finalmente se había adaptado y aceptado su nueva vida.
Por las mañanas veía clases en la universidad y servía como voluntaria en orfanato.