Sin Compromiso

La noche entre Sasha y yo pasó volando, espero no perder la razón por este hombre, porque me gusta, para mi mal o mi bien, demasiado. Por supuesto él no lo va a saber, nunca más le daré potestad a ningún hombre a arruinar mi integridad y dignidad.

Me trato de levantar para ir al baño y así poder irme, si bien hoy es un día no laboral para mí, no pretendo fraternizar con el enemigo.

- ¿A dónde vas Gatita - me dije con voz aperezada manteniendo los ojos cerrados - quédate un poco más nena, hoy no trabajas.

- Debo irme, tengo mil cosas que hacer en mi casa - le miento.

Lanza un suspiro y me deja salir de la cama.

- Está bien preciosa, yo también debo ir a la mansión Lebreu.

Lo veo levantarse y salir de la habitación, yo me encamino al baño para darme una ducha rápida. La puerta del baño es abierta y Sasha se quita el boxer, se mete conmigo a la regadera.

- Sabes Gatita, te voy a comer enterita bajo el agua, te estoy deseando más de lo que te imaginas.

Me agarra por las caderas y me hace envolver las piernas en su cadera, acomoda su masculinidad y entra en mí. Sus embestidas no son nada suaves y tiernas, me da como a puerta que no cierra.

- Mmmm Sasha, sigue así, no te detengas... es... toy... mmmm...

- Dale nena, quiero que lo hagamos juntos.

Sin esperar un momento más, ambos estallamos, nos hacemos partículas espaciales.

- Definitivamente eres deliciosa, mi Gatita.

- Tú también, blanquito.

Terminamos de ducharnos y cada uno se va por su lado, me excusé para que no me llevara, realmente no quiero que tenga esos detalles conmigo pues no deseo acostumbrarme a todo eso. Si bien Sasha es un hombre soñado, de algo si estoy segura es del hecho que no quiere compromisos de ningún tipo y yo debo evitar que sentimientos crezcan en mí.

Entro a mi hogar y paso de largo a mi habitación, las chicas no andan por aquí, no sé en qué andarán, pero últimamente se pierden mucho de mi vista. Me quito el vestido quedando solo en mi panty, me echo sobre mi cama y me dispongo a ver una película de terror, son mis favoritas.

En algún momento me quedé dormida, pues me despierto al escuchar unos toques en la puerta, es raro, no espero a nadie, y las chicas tienen llave. Llego a la puerta y miro por la mirilla y no lo puedo creer, es el desgraciado de Kevin, mi ex jefe, ¿qué mierda hace él aquí? Y lo más importante ¿cómo mierda sabe dónde vivo?

No está a discusión, no pienso ni siquiera abrirle.

- Latifa sé que estás ahí, abre por favor nena, te he buscado por mucho tiempo y al fin te encontré.

Nuevamente la puerta es tocada, pero esta vez es la voz de Sasha y ahora si me cagué.

- Latifa, hermosa soy Sasha.

Me armo de valor y abro la puerta, encontrándome de frente a Sasha de ceja alzada y a kevin mirando con cara furiosa al rubio.

- Hola bello - saludo con beso incluido a Sasha - hola Kevin ¿qué deseas?

- Solo quería hablar contigo, hay muchas cosas de las que debemos hablar.

- Lo siento Kevin, pero como ves, mi novio y yo tenemos cosas que hacer.

Siento como Sasha me atrae más a él, posando su mano en mi cintura.

- Lo entiendo - me extiende una tarjeta - aquí está mi número por si quieres hablarme.

Dudo en recibirla, pero para mi sorpresa es Sasha quien la recibe.

- Nos vemos linda - da media vuelta y se marcha hacia el ascensor.

No entiendo por qué aparece justo ahora que ya no me interesa nada de él.