Ella lo ama a pesar del a gran diferencia de edad.
Él solo la ve como su hermanita menor.
¿Podrá triunfar el amor?
Para quienes han leído Rosas Amarillas esta es la historia de Cameron y Lizet desde que la llama creció en el corazón de una pequeña adolescente.
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Madura
-Alma, el pan ¿Dónde lo encuentro? - pregunto Lizet buscando en la alacena-
-Arriba a la derecha- dijo Alma mientras cerraba la hornalla
-Eso sí que huele riquísimo- Lion entro a la cocina y se apodero de los labios de su mujer- Delicioso
-Vayan a un motel-soltó Lizet haciendo cara de asco
-jajaj suenas igual que Cameron, parecen cortados por la misma tijera- Lion hablo sin importancia, aunque esas palabras calaron profundo en Lizet
-Pierre? Pregunto Lion
-Les di el día libre amor, deben descansar. Alma rodeo con sus brazos el cuello del empresario que gustoso la recibió-
-Hoy comerás lo que cocine- susurro sobre sus labios
-Pues todo lo que tengas para ofrecer, estoy dispuesto a tomar. Lion la beso con ternura.
-Agh, voy a llevar esto a la mesa- Lizet paso junto a los enamorados.
-¡¡Lulú!!- grito Lion cuando la vio salir apresuradamente
-¡¡Que!!
-Busca a Cameron, dile que ya está la cena se encuentra en mi despacho- Lion volvió a los labios de su esposa y susurro- ¿en dónde estábamos princesa?
-Mmm, déjame recordártelo- Alma lo beso con deseo, como si quisiera devorarlo
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Lizet camino hasta el despacho, inhalo y exhaló mas de tres veces y tomando coraje entro a la oficina- Cameron estaba de espalda leyendo unos documentos.
-Lion deberías firmar estos documentos, y creo que con eso term…- sus palabras se ahogaron al ver a Lizet parada junto a la puerta con un pequeño vestido que traslucía su hermosa figura.
“No, por favor, preciosa quédate ahí. Por favor”- Pensó
-Cam- susurro-
“Tú puedes lulú, la edad eso solo un número, vamos respira y avanza”
- ¿Qué haces aquí? - la voz salió profunda\, llena de deseo-
Lizet camino hasta él y sin pensarlo demasiado, aprisionó el gran cuerpo de Cameron contra la biblioteca-
-Te extrañe – sus labios se acercaron a los de Cameron, llenos de apetito-
“Su colonia, es, ay es perfecto”
Cameron saco fuerza de donde pudo, cerro sus ojos tratando de ocultar como su cuerpo reaccionaba al aroma dulce que despedía la hermosa joven frente a él-
“Solo no la toques, piensa en Lion”
“debo alejarla”
-Creo que estas confundida pequeña- sus grandes manos alejaron el cuerpo de Lizet empujándola con suavidad por los hombros, como pudo paso junto a ella para dirigirse a la salida.
Cameron cerro sus ojos conteniendo el aire debía salir de allí.
“Lo siento, cielo, no puedo”
-Eres un cobarde- la voz salió temblorosa y llena de dolor-
“voltea, por favor, solo mírame”
Cameron volteo y vio los ojos llenos de lágrimas de Lizet
-Dime que no sentiste lo mismo, dime que los besos que compartimos no significaron nada para ti- Lizet camino hasta él y acaricio la mejilla rasposa por la barba incipiente. Cameron cerro los ojos dejándose llevar por unos pocos segundos disfrutando el contacto cálido.
“es que no vez cuanto te amo”
-No Lulú, no siento lo mismo- su mano alejo aquella que lo acariciaba con ternura y se odio por dejar de sentir tan excitante sensación.
“lo siento, lo siento”
-No mientas- Lizet levanto la voz-
-Shhh, baja la voz, ¿Qué quieres Lulú? ¿Qué pensaría Lion si se entera?
-¿Importa?- pregunto molesta-
“Dime que no, por favor”
Cameron respiro profundo buscando las palabras que terminaran con su agonía
- Claro que importa\, él es como un hermano\, como podría explicarle que bese a su hermana\, por Dios soy por mucho más grande que tu- Cameron llevo su cabello hacia atrás frustrado.
-Tú eres mi pequeña hermana- Cameron quiso acariciarla cuando vio las lágrimas correr de esos hermosos ojos verdes, pero ella retrocedió y negó molesta.
-No soy tu hermana, Cam, ¡¡ soy una mujer! Es que acaso no lo vez-el tono se elevó molesto, impotente frente a tan frustrante situación. -
-¡¡Ya basta!!- los ojos negros del empresario parecían oscurecerse aun más- No sé en qué estás pensando, no siento nada por ti, más que solo cariño fraternal, deja el estúpido capricho de adolescente,¡ MADURA!- sin más abrió la puerta y salió apresurado escapando de aquel lugar.
“Es lo mejor” pensó. Azotando la puerta
Lizet cubrió su rostro y se dejó caer en el frio piso de la oficina, llorar, solo podía llorar como tantas veces lo había hecho. Apretó su pecho, dolía, dolía demasiado; el oxígeno parecía faltarle y las lágrimas nublaron su visión. Este día lo recordaría sin duda, la maldita sensación de un corazón destrozado.
Cameron se encerró en uno de los baños, golpeo la pared con el puño, estaba enojado y frustrado no podía permitirse pensar siquiera en poseerla, abrió el grifo y mojo varias veces su rostro cubriendo las lágrimas que comenzaron a salir
-Es lo mejor, es lo mejor- se repetía sin parar, aunque en su interior solo quería correr hasta ella y cubrirla con sus brazos para no soltarla nunca más.
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La cena fue un tanto incomoda, Lizet se excusó diciendo que el helado que compartió con Alma en la tarde le había caído mal y por eso no probo bocado.
Cameron culpo al trabajo y a tantas horas sin dormir bien, aun no podía levantar la vista del plato, le partía el corazón ver los ojos tristes de Lulú que estaba justo frente a él.
-Cam, cuando piensas ajustar la correa a tu cuello con Nicol- Lion trataba por todos los medios de mejorar el clima en la mesa, sin advertir que sus comentarios eran los menos acertados-
-Amor pareces, las vecinas chismosas de mi antiguo barrio- Alma sonrió buscando evitar una situación aún más incómoda, ella no era tonta, su cuñada siempre corrió detrás de Cameron, era más que obvio sus sentimientos por él.
Lizet sonrió falsamente tratando de pasar el trago por su garganta.
-Pronto, creo que es momento de comprometerme con Nicol- La voz grabe surgió con seguridad y con un extraño dolor en el pecho-
-Wow. Eso es genial- Lion río feliz por su amigo-
-Alma voy a ver a las niñas- Lizet con la poca fuerza que le quedaba se puso de pie y salió del lugar, Cameron la siguió con la mirada y noto como los pequeños hombros de aquella bella mujer temblaban, él lo había logrado, acabada de destruir por completo el poco amor que quedaba en lulú por él.
-Me disculpan voy ayudar a Lizet – Alma le regalo la peor mirada Cameron y salió en busca de Lulú.
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Alma abrió lentamente la puerta de la habitación que se encontraba casi a oscuras; las niñas dormían como ángeles en sus cunas, y advirtió como a un costado Lizet estaba sentada en el piso cubriendo su rostro con un oso de peluche.
Cerro la puerta y se sentó junto a ella, sus manos acariciaron el cabello suave y puedo notar como el cuerpo de lulú no dejaba de temblar por tanto contener los sollozos con el oso.
-Llora cielo, deja salir todo- Alma la abrazo y sintió el silencioso sollozo de su pequeña cuñada.
-Lo amo, Alma-dijo entre las lágrimas, su garganta dolía con cada palabra.
-Lo sé, preciosa - Alma levanto el rostro de Lizet y con ternura limpio el rostro
-¿Por qué ella? ¿Por qué no puede amarme? Empezó a llorar de nuevo, un sollozo la sacudió y su corazón no dejaba de doler.
-No lo sé, cariño- Alma continuaba acariciando con amor el cabello y la abrazo.
-Si supiera que debo cambiar, lo haría si el tan solo…- Lizet tembló en sus brazos y suspiro.
-Shhh, no debes cambiar nada lulú, eres preciosa.
-Entonces ¿por qué no me ve? - Sus labios temblaba y sus cejas se fruncieron conteniendo el dolor.
-Él te adora- Afirmo Alma, limpiando una vez más las lágrimas que salían sin parar.
-Pero no me ama. La voz se quebró y el pequeño peluche cubrió el sollozo que quiso escapar.
-Lulú, cuando entre en esta familia la primera persona que me dio un abrazo genuino fuiste tú. Alma volvió acariciar el rostro húmedo mientras susurraba palabras dulces.
Lizet sonrió entre lágrimas recodando ese día.
-También fuiste quien me dio la seguridad para reconocer que amaba a tu hermano el día de mi boda-
-No sé si debas agradecerme eso- amabas rieron, así era Lizet aun en los momentos más tristes dejaba ver una sonrisa.
-Lo que quiero decir cielo, es que tú eres la luz de esta familia, por diez años los Collins estuvieron sumidos en la oscuridad, hasta que tu naciste, le diste vida a esa casa, a tu madre, a Lion, a todos. No necesitas cambiar por nadie, solo por ti- señalo el corazón de Lizet- y eso, solo si deseas hacerlo.
Alma respiro profundo y continúo hablando viendo fijamente los ojos llorosos de lulú.
-Cameron es un gran hombre, no lo voy a negar, pero sino ve lo bella, dulce, solidaria y gran persona que eres, tal vez, y solo tal vez, no es para ti. -Tu mereces a alguien que te amé con locura, que te haga reír y llorar de felicidad, alguien que…-pensó un momento- arme un maldito invernadero lleno de rosas amarillas para que puedas leer un libro.
-No me gustan las rosa- Lizet rio-
-Tú sabes a lo que me refiero- Alma rodo los ojos y sonrió.
-Tu mi dulce lulú, mereces un amor de novela, de esos que hacen el corazón temblar, y si Cameron no puede dártelo simplemente no te merece.
-Eres mi mejor cuñada ¿te lo dije alguna vez? Lizet sonrió aun con lágrimas en los ojos.
-Soy la única que tienes. Alma le dio un ligero golpe en los hombros y luego la cubrió con un abrazo.
-Solo se tú, tu mejor versión y lo demás vendrá solo muñeca, confía en mí.