La Gordita De Mis Pesadillas Parte 2.

Narra Luna Maseratti....

Entonces la Mañana llego, la luz entro por los hermosos ventanales y me puse de pie mientras me estiraba, camine hacia la ducha y me sumerji completamente en la bañera con agua muy caliente, hice ahí unos cuantos minutos, después salí y envolví mi cuerpo en una tualla, estaba a punto de entrar a mi closet cuando mi puerta se abrió.

Dante: Buenos días, toque varias veces.

Dijo mientras se quedaba de pie frente a mi y me observaba.

Luna: Perdón, me estaba duchando.

Dante: Quería saber si saldrías conmigo hoy.

Luna: Por su puesto, lo tenía en cuenta.

Dante: Antes podemos desayunar algo.

Luna: Estaría bien.

Pero el seguía de frente mío mirándome seductoramente.

Luna: Me cambiaré.

Dante: Claro, lo siento, te veo abajo.

El salió y cerró la puerta, entonces me quedé de pie y sonreí como una loca. Aquel hombre tan atractivo y tenebroso me miraba de pies a cabeza y eso me fascinaba.

Me arregle, sabia que sería un día de frío, pero me arriesgue y use un hermoso vestido que tenía guardado en aquel closet enorme que adornaba mi habitación, me pare en el espejo y me mire, tal vez estaba loca, solo esperaba que a él le gustará, y tal vez a él no le importaba como me vistiera.

Narra Dante.....

Era preciosa, la Vi bajar las escaleras con aquel vestido precioso, sus hermosos cabellos naranjas y lo extraña que era la hacia resaltar sobre cualquier persona, me miró y sonrió, luego camino hacia el comedor y yo la seguí sin decir ni una palabra aún.

Luna: El día es muy lindo.

Dante: Lo es.

Yo la seguia mirando y ella reacciono a eso.

Luna: Te pasa algo?.

Dante: Por que preguntas?.

Luna: No dejas de mirarme.

Entonces reaccione de inmediato y hablé.

Dante: Comamos.

Fue lo único que pude decir, entonces la vi cortar aquellos pancakes y meterse un bocado en la boca, sus hoyuelos resaltaban al masticar y a mi me encantaba ver eso.

Al terminar de comer ambos nos pusimos de pie, caminamos hacia la puerta y Augusto nos esperaba con la puerta de la camioneta abierta.

Augusto: Buenos días Señor Russo, Buenos días Señorita Maseratti.

Luna: Buenos días.

Dijo aquella pequeña sonriente, mientras yo opte por no responder. Entonces el chófer hablo y me hizo salir de mis pensamientos.

Chófer: Ah dónde los llevo jefe?.

Dante: Al centro comercial Porfavor.

El chófer me miró por el espejo del auto muy extrañado, era más que obvio que jamás antes escucho salir de mi boca esas palabras, pero mi mirada de molestia le hizo obedecer.

Chófer: Por su puesto jefe.

El prendió la camioneta y manejo hacia el centro comercial, unos minutos después la camioneta se detuvo y los de seguridad nos abrieron la puerta.

Luna bajo, lo hizo delante mío.

Luna: Ellos irán igual?.

Apunto a todos mis hombres.

Dante: No podemos ir sin seguridad.

Luna: Solo es el centro comercial.

Dante: Bien, solo irán dos, los demás quédense.

Dije con mucha autoridad, pero más bien obedeciendo a aquella pequeña.

Luna: Gracias.

Dijo la pequeña risueña, la cual camino muy rápido, casi corriendo de la emoción.

Dante: Síguela, no dejes que se aleje.

Augusto: De acuerdo jefe.

Hablamos ambos entre murmuros, Augusto camino muy rápido para alcanzar la y le ofreció su brazo, el cual ella acepto muy contenta.