La Secretaria Del CEO, Viudo Despiadado

— El día sigue su curso normal, Victor, con sus estreses, pero mantiene su elevada competencia en el trabajo en su empresa. La esposa, en quien él confía, estuvo con el amante durante toda la tarde y sólo volvió por la noche. Al llegar a casa, Victor percibió la ausencia de ella, y su madre explicó que había salido con algunas amigas. Fue eso lo que ella declaró. Él sube al cuarto, se baña y se acuesta en la cama en el intento de aliviar un poco la tensión causada por el estrés que está sintiendo. Alane llega por vuelta de las 20 horas. Victor está acostado, usando el celular, cuando ella entra en el cuarto.

Victor: ¿dónde estabas hasta esta hora?

Alane: ni vengas con tus celos, ¿ok? Estaba con unas amigas, pasamos la tarde en un spa y fuimos a cenar en un restaurante, volviendo sólo ahora. ¿Satisfecho?

Victor: Alane, ¿por qué estás siendo tan indiferente conmigo? ¿Qué te he hecho? O, mejor, ¿qué estoy dejando de hacer? ¿Estás descontenta con nuestro matrimonio? Si es el caso, necesitamos sentarnos y conversar, pues no hay matrimonio exitoso si los dos compañeros no están alineados.

Alane: "Victor, ¿estás con esas ideas de nuevo sólo porque no quiero tener sexo contigo?" ¡Hombre, no toda mujer está dispuesta todo el tiempo!

— ¡Ante esto, Victor se altera!

Victor: Alane, no es porque no quieras tener sexo conmigo, es por tu frialdad, por tu distanciamiento. No estás en la misma sintonía que yo en este matrimonio. Hago todo por ti, proporcionándote una vida de reina, y, a cambio, no recibo ni un gesto de cariño viniendo de una esposa. En esta relación, sólo yo me enamoré y quedo como tonto intentando agradarte en todo, mientras tú no haces nada por mí. Entretanto, siento falta de tener a mi esposa a mi lado en la cama, y ni eso quieres ser más. Por lo que percibo, el desenlace de este matrimonio es un divorcio.

— Alane está en pánico, pues no puede divorciarse de él; ella necesita el dinero de él e intenta contornar la situación.

Alane: Disculpa, Victor, pero nunca más menciones divorcio. Y, en esta historia, no fue sólo tú que te enamoraste; yo también me enamoré de ti. Admito que estoy distante e indiferente en relación a nuestro matrimonio, pero prometo cambiar. — Se aproxima a él queriendo besarlo, pero él se aleja y responde.

Victor: "No voy a ser más ingenuo. Siempre es la misma cosa, Alane, ¿me haces de gato y perro y después vienes queriendo agradarme?" El juego acabó, ahora todo va a cambiar. No seré más el tonto que fui durante todo este tiempo. Puedes dormir en el cuarto; yo duermo en el de huéspedes.

Alane: entonces es todo mentira esa historia de que estás sintiendo falta de tu mujer en la cama.

Victor: no es mentira, pero no sólo de sexo viviré. Puedes dormir tranquila, que yo dormiré también.

— Victor tiene la sensación de que Alane es indiferente, pues no demuestra sentimiento. A pesar de percibir eso, él continúa sufriendo internamente, pues se enamoró genuinamente de ella. La pasión, aunque no sea amor, causa dolor cuando el sentimiento es unilateral. Él va para el cuarto de huéspedes y se adormece, mientras ella se ríe alto en el cuarto, observando la expresión perpleja del marido. No obstante, decide jugar el juego con más cautela, temiendo que él pida el divorcio.

— Al día siguiente, por la mañana, la abuela de Victor llega a la mansión. El chófer de la mansión fue a buscar a la señora Aracy, que llega radiante, creyendo que conocerá a una esposa encantadora de su nieto.

Victor: buenos días, abuela. — abraza a su amada abuela.

Aracy: ¡buenos días, mi nieto, mi amor! Y entonces, ¿dónde está la esposa? ¡Quiero conocer a mi nieta!

Luzilene: Madre no va a jugar mucho con Alane, porque a ella no le gusta. Ella es bien diferente de lo que nosotras imaginamos para nuestro Victor.

Victor: ¡Ah, madre! Bueno, Alane está durmiendo, abuela.

Aracy: mi nieto, la abuela acaba de llegar, pero, mi hijo, percibo en tus ojos que no estás bien. ¿Hay algo aconteciendo, Victor? ¿Cómo está, de hecho, ese matrimonio, mi nieto?

Victor: ah, abuela, mi matrimonio va bien. Alane es un poco estresada. No es el Ángel que mi madre quería, pero es una buena persona. Yo gusto de ella — dice, intentando convencer a la abuela de que Alane es la mujer que él ama, pero no convence. Doña Aracy es una mujer que pasó por muchas experiencias en la vida y nunca tuvo un marido que correspondiese a su corazón. Con todo, a pesar de todo, sólo lo dejó cuando él falleció.

Aracy: después quiero tener una conversación contigo, muchacho. No pienses que esta historia convenció a la vieja aquí, mi nieto. Todo lo que viví fue aprendizaje para mi vida. Hoy en día, no es simple una historia convencerme, ni una lágrima conmoverme, ni mismo las palabras me tocan, a menos que sean dichas con alma y corazón.

— Victor se queda callado, no dice más nada y se sienta a la mesa para tomar café de la mañana con sus padres y su abuela. Mientras tanto, en la ciudad de Río de Janeiro, están la linda Bruna y sus padres, Silvia y Gael, también tomando café de la mañana.

Bruna: "Buenos días, madrecita, buenos días, padrecito."

Ellos: buenos días, mi ángel.

Bruna: hoy voy a pasar el día estudiando, ¿está bien? Al salir de la clase, yo voy para el curso de lenguas.

Silvia: ¿hiciste la inscripción para aprender el turco y el francés?

Bruna: "Sí, madre, hice la inscripción y ya había venido entrenando, viendo vídeos. Yo ya sé hasta hablar algunas cositas en turco jajajaja: "Seni seviyorum" (yo te amo en turco).

Silvia: jajajaja, mi hija, no sé ni para dónde es que va esa frase jajaja.

Bruna: jajajajaja ¡yo te amo, en turco!

Gael: Eres muy inteligente, mi hija, tienes todo para ser un día una excelente secretaria, donde irás a lidiar con innúmeras personas, principalmente venidas del extranjero. Quién sabe, si todo sale bien, de aquí a un tiempo vayamos a vivir en Betim, donde yo tengo tantas ganas de ir, tú consigas trabajar en una gran empresa como secretaria, quizás.

Bruna: ¿Quién sabe, né, padrecito? Porque el día de mañana sólo a Dios pertenece. Mientras el sueño es apenas sueño, yo voy estudiando para vivir él un día siendo real.

Gael: eres una niña de oro, tan nueva y tan inteligente.

Bruna: fueron ustedes mi espejo para esto.

Silvia: a pesar de ser pobres y vivir en comunidad, yo siento mucho orgullo, mi hija, de todo tu esfuerzo.

Bruna: Madre, nuestra clase social no define quiénes somos. Hoy gusto de estudiar, siempre me gustó desde niña, pero eso sólo aconteció porque ustedes me incentivaron y siempre dijeron que el estudio es lo que me haría realizar mis sueños. Y yo tengo muchos sueños para concretizar. Por eso, amo estudiar, pues quiero un día realizar todos mis sueños.

Gael: "Y va, sí, mi hija, si Dios quiere, vas a conquistar todos los sueños de tu corazón." Además de ser determinada y luchar por eso, tienes un Dios a tu lado, siempre apoyándote. Y yo y tu madre estaremos en la primera tribuna, aplaudiendo tu suceso y transbordando de orgullo de la hija increíble que Dios nos presenteó.

Bruna: Yo amo a ustedes, padre y madre, ustedes son la razón de mi existir. — abraza a los padres.

Esta adorable familia simple y modesta posee un corazón enorme y generoso. Aunque sean personas humildes que luchan arduamente por la sobrevivencia, ellos poseen un corazón de oro. Corazón ese que falta en muchos acaudalados. Dinero no es todo en nuestras vidas. Él nos auxilia a evolucionar, pero nuestro todo es Dios, nuestra familia y el deseo de triunfar en la vida.