MOMENTOS QUE SE PIERDEN

CAPITULO 2

Varias semanas han pasado y conseguí un trabajo de medio tiempo que puedo hacer desde mi casa, es una empresa de catering ellos venden viandas de comida yo debo prepararlas y ellos vienen a buscarlas hace como unos cinco días que comencé la empresa me trae todos los ingrediente y yo solo debo cocinar y armar los pedidos… la verdad me tiene muy entusiasmada porque me entretengo mucho con lo que hago y puedo ocupar mucho tiempo libre que tengo ahora, tomo mi bolso para ir hacer unas compras cuando voy saliendo me cruzo con mi suegra

- Buenos días Marta ¿Cómo le va?- pregunto por gentileza pero no quiero ni detenerme un segundo

- Bien\, escúchame una cosita

- Sí dígame…

- ¿Quiénes son esas personas que viven cada dos días a dejarte esas cajas… con mercadería?

Son una empresa con la que estoy trabajando les preparó viandas de comida que ellos se encargan de vender en grandes empresas

- QUE… como se te ocurre hacer algo así - ya tenia que empezar con su show\, pensé - Alejandro acaso no te da todo lo que necesitas\, como puede ser posible que tengas que estar trayendo gente a la casa para trabajar- y como no estoy de humor para aguantar sus cosa ahora se va a tener que aguantar mi respuesta

-NO, sabe que su hijo no me da todo lo que necesito, primero que nada llevamos más de veinte años de casados y han sido contados con los dedos de una mano la veces que su hijo me ha dado dinero para que yo me compre lo que realmente necesito o quiero comprarme… por eso me tocó ponerme a trabajar- dije di la vuelta y cerré la puerta antes que me responda algo más, estoy cansada de sus malos comentarios y malas actitudes de ella, no veo cual es el problema que yo trabaje lo hago solo para ayudar un poco a su hijo…

Por la tarde cuando volví Alejandro ya había vuelto del trabajo, escuche que estaba en la casa de su madre hablando con ella así que decidí seguir a mi departamento. entre y puse a calentar agua para tomar un café, estaba con mucho frio odio el invierno… fui a cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo, estaba por subir mi pantalón cuando siento que alguien me toma por detrás y me susurra al oído

- A pesar de que los años pasan aun te sigo viendo sin ropa y me caliento - dijo Alejandro tomándome fuerte y pegándome a su pecho

-No me mientas yo ya no tengo veinte años ni mucho menos soy esa jovencita delgada y linda de la que te enamoraste- mi autoestima nunca estuvo alta y menos a esta altura de mi vida

-No, yo en ningún momento dije que seguías siendo esa mujer… esa mujer a cambiado ha madurado no solo mentalmente también físicamente es obvio que después de tres embarazos tu cuerpo cambie notoriamente eso no quiere decir que haya dejado de atraerme - dijo apretando mis caderas y besando mi cuello

- Si lo se\, he engordado mis pechos están mas caídos mi abdomen esta mas flácido - cada parte que yo nombraba él la apretaba suavemente y seguía dejando dulces besos en mi cuello el calor de su respiración estaba comenzando hacerme sentir un calor sofocante

-Ante mis ojos te ves tan linda bella…. y excitante como el día en el que te conocí- me tira suavemente sobre la cama y se sube sobre mi besando apasionadamente en una bocanada de aire le digo

-Las chicas están por llegar - no deja de quitarme la ropa y besarme mi temperatura comienza a subir rápidamente

-Cerraré la puerta de la habitación - se levanta por un momento y al hacer un brusco movimiento algo parece molestar al costado de mi seno- aprovechemos este ratito que estamos solo

-Esta bien- quitó su camisa y comienzo a desabrochar su pantalón- él me mira atentamente, pero sabe que me pone nerviosa como la primera vez que me entregue a él ha sido el único hombre con el que he estado íntimamente y cada vez que estamos juntos siento ese nerviosismo… me recuesta en la cama y comienza a besar cada parte de mi cuerpo y sus manos me acarician delicada y suavemente, de repente una de sus manos se posa en uno de mis pechos y cuando lo aprieta suavemente hace que ese dolor sea un poco más molesto y me quejo

-Disculpa te hice daño- me mira sin dejar de acariciarme

-No solo una pequeña molestia que sentí no es nada

-Si te sientes mal me avisas y paramos no hay problema- continúa besándome y me hace suya una vez más como aquella primera vez, mucho me criticaron más de una vez por que nunca había estado más que con un solo hombre, nunca sentí la necesidad de buscar otro hombre cuando me entregue a él fue después de dos años de amistad y casi ocho meses de noviazgo yo tenía veinte años, la mayoría de mis amigas habían perdido su virginidad entre los 16 y 18 años, yo no esperaba a un príncipe azul solo esperaba yo sentirme cómoda con la persona adecuada y ese fue Alejandro… cada vez que hemos hecho el amor él me ha cuidado como a una delicada flor y con tantos años juntos hemos explorado mucho nuestras sexualidad… luego de hacer el amor nos quedamos acostados un rato como siempre el coloco mi cabeza en su pecho mientras acariciaba mi cabeza y luego de un rato dijo

-Mi madre me contó que estás trabajando, para una empresa de comida

-Si… me lo recomendó una conocida, ellos traen los alimentos y yo solo preparo los que me piden y luego vienen a buscarlos para revenderlos

-Y a ti te gusta lo que estás haciendo

-No es algo que me fascine estar horas parada cocinando pero por lo menos me distraigo un poco de tanta soledad y de paso tengo mi propio dinero - no dijo nada al rato se levanto y me invito a ducharnos, cuando estábamos bajo el agua pregunte

-Estás enojado… por lo que estoy trabajando- pregunte con un poco de temor ante su respuesta, se coloca detrás de mí mientras el agua corre por nuestros cuerpos y susurra en mi oído

-Sabes perfectamente que yo nunca te voy a impedir que hagas algo que te guste o que quieras simplemente hacer, si es lo que tu quieres hacer me parece perfecto

-Gracias…- me gira quedando enfrentados y toma mi rostro

-Lo único que voy a pedirte, es que no quiero que malgastes ese dinero en cosas de las chicas o de la casa… ese dinero es solo para ti - beso con ternura mis labios y me abrazo.