Antonella, una mujer fuerte, luchadora y divertida. Desde muy joven comenzó su carrera como profesora. Siempre dispuesta, luchó durante años al lado de su esposo, solo para ser traicionada y reemplazada por otra mujer cuando él estaba en la cima de su carrera y con una vida cómoda. La única cosa buena que sacó de esa relación fue su hija, que ahora tiene 17 años.
Enrico, mafioso o mejor dicho, el Don o Capo de la Mafia, como la mayoría, no por elección, sino por herencia familiar. Vio a sus padres ser asesinados y, después de eso, se convirtió en un hombre frío, cruel y temido por todos. Dueño de una belleza poco común, es autoritario, peligroso y posesivo. No conoce el amor. Estuvo casado durante 10 años con Brigite, como muchos, por alianzas. Brigite fue asesinada en una emboscada, dejándolo con dos hijos pequeños.
Ella cree en el amor, aún sufre por haber amado demasiado, pero quiere empezar de nuevo, aunque con pocas expectativas. Él necesita a alguien que lo ayude con sus hijos y está considerando tener otra esposa.
El destino de Antonella se cruza con el de Don Enrico para salvar a su hija.
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Capítulo 20
La reunión
Rinaldo regresando a la oficina
Rinaldo – Antonella ya está en casa.
Enrico – ¡Estupendo! ¿Cómo se comportó?
Rinaldo – Bien, se quedó con su hija y su hermana, sirvió el almuerzo a los de seguridad en el garaje y me hizo almorzar con ellas.
Todas muy bien comportadas y fue como un almuerzo entre amigos, conversaciones triviales.
Sin escándalos, ni llantos y tampoco intentó quedarse.
Enrico pensando: Bella, me vas a volver loco...
Enrico – Muy bien.
Rinaldo – Enrico, admite que te gusta Antonella, que te mueve el piso como ninguna otra hasta hoy.
Federico riendo – Bueno, como lo dijo Rinaldo y sigue vivo, yo también puedo hablar.
- Se le nota que está enamorado de Enrico.
Dante riendo – ¡Solo digo que estoy de acuerdo!
Enrico – Vamos a la reunión.
Enrico
Son mis amigos y sería inútil discutir con ellos, lo sé.
Federico - Antes de irnos, dinos qué comunicado tienes.
Dante - Es verdad, ni siquiera lo mencionaste.
Rinaldo - Habla, Enrico.
Enrico - Me voy a casar con Antonella.
Los tres riendo - Lo sabíamos.
Rinaldo, estoy casado y te digo: ¡Estás jodido! El hombre enamorado sufre y no creas que por ser el Don eso cambia algo.
Federico - ¿Ella ya lo sabe?
Enrico - No.
Federico riendo - Me encantaría ver su reacción.
Dante y Rinaldo riendo - A mí también.
Enrico los mira con recelo.
Federico - No te hagas el ofendido.
Llegando a la reunión.
Enrico
Espero llegar a la hora señalada, soy puntual y no admito retrasos. En breve, todos están presentes.
Enrico – Buenas tardes, caballeros.
Todos – Buenas tardes, Don.
Enrico – He convocado esta reunión por dos motivos.
Uno es para decirles que nuestros envíos se han realizado sin ningún problema y ¡los negocios van de maravilla!
Marco - ¿Y qué hay del traidor? Dicen que había un traidor.
Enrico - Está a dos metros bajo tierra.
Francisco sonriendo – Tuvo el final que se merecía.
Marco – ¿Cuándo será el próximo envío?
Enrico pensando – Mucho interés...
Enrico – Todavía no lo sé.
– El segundo es que voy a casarme de nuevo.
Como saben, en la Mafia tenemos reglas, especialmente el Don, tengo que seguirlas al pie de la letra y siempre me he asegurado de seguirlas y ser muy claro al respecto.
También exijo esto a todos los miembros.
Saben bien que el primer matrimonio debe ser con la mujer que fue prometida, en el caso de un Don. Hice exactamente lo que tenía que hacer. Me casé con una mujer pura que me fue prometida desde que tenía 7 años.
Sin embargo, el segundo matrimonio no tiene tal requisito, solo que sea elegida por mí.
Ya he tomado mi decisión, tomé una esposa a cambio de la deuda de un ¡Hijo de P**a!
Marco - Pero yo tengo una hija que también es viuda y es de la mafia, podría casarse con ella.
Además, ella sabe cómo debe comportarse una esposa en nuestro entorno.
Enrico - Podría, ¡pero no lo haré! Como dije, es un comunicado.
Marco – Pero...
Enrico – ¿¡¿Estoy yendo en contra de las putas reglas?!?
Ellos – ¡No!
Enrico – ¿¡¿Entonces me estás cuestionando?!?
Marco – Solo creo que...
Enrico – Saben que odio que me cuestionen.
En ese momento, se desploma, Enrico le dispara certeramente, matando a Marco delante de todos.
Enrico - ¿Alguien más tiene dudas?
Nadie se manifiesta.
Enrico – Mejor así, pronto recibirán noticias de cuándo y dónde será mi boda.
La reunión termina, algunos hombres retiran el cuerpo de Marco del lugar.
Ellos regresan a la oficina.
Federico – ¿Era necesario matar a Marco?
Enrico – Sí, era un maldito traidor, ¿por qué crees que preguntó por el traidor y el próximo envío? Y además, saben mejor que nadie que odio que me cuestionen, sobre todo delante de los demás miembros.
Si no lo mataba, me habría molestado con él y antes de cuestionarme debería haberlo pensado dos veces.
Dante – ¿Qué piensas hacer ahora?
Enrico – Vamos al despacho de mi casa, a hablar del próximo envío.
Rinaldo – ¿Por qué no aquí?
Enrico – Algo me dice que alguien de dentro ha estado en mi despacho.
Federico - Pero no hay nada fuera de lugar y solo la gente de confianza tiene la llave.
Enrico – De todos modos, vamos a mirar las cámaras, siento que estamos siendo observados.
Dante – Tienes razón, jamás te equivocas, siempre has tenido ese don para leer a la gente.
Enrico - Si estoy en tal puesto, debo hacer honor a ello.
Federico – Solo lo diré una vez y luego lo negaré eternamente.
Eres la puta hostia, Enrico, nunca te equivocas.
Ellos terminan riendo.
Enrico
Soy muy bueno leyendo a la gente, he escapado de la muerte muchas veces por eso, dicen que es un don que tengo, no lo sé, solo que funciona y huelo a traición dentro de los miembros.
A veces se venden, pero Marco no es el único, alguien puso algo en mi despacho y voy a atrapar al hijo de puta que lo hizo.
Antonella
Mi tarde se pasó volando, me quedé con Anastasia y cuando llegó la hora fui a buscar a los niños con Fernando y los de seguridad, que ya se están acostumbrando a mí.
Gracias a Dios no vi a Rosa, estaba en otra tarea que le asignó Ana y se lo agradecí mentalmente.
Al llegar a casa.
Enrico
Al llegar, Ana vino a recibirnos. Fuimos directamente al despacho, le pedí a Ana que nos trajera un café.
En cuanto ella regresa.
Enrico - ¿Dónde está Antonella?
Anastasia - Fue con Fernando a buscar a los niños a la escuela.
Enrico pensando: Me gusta eso, ella cuida de ellos, es bueno saberlo.
Enrico – ¿Y Rosa?
Anastasia – La mandé a ordenar unos armarios de la cocina y debe estar terminando.
Ella se va y ellos se quedan hablando.