No siempre lo que crees que fue verdad lo era
No siempre la mujer que creíste amar te amaría
No siempre lo que tú creíste que eran leales a ti lo fueron
regrese a mi primer vida después de experimentar otra vida en otro mundo
Quieres conocer más de mi historia la del principe heredero Alexander D Angello del imperio Zafiro quédate y te contaré mi dolor y vivencias y por lo que en está vida lucharé por ser mejor y proteger a mi familia de la traición de los que nos rodean.....
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Mi hijo
En otra parte del castillo
Un hombre está sentado detrás de su escritorio. Tiene una pila de documentos que revisar, pero solo mira el documento que tiene en las manos y no logra concentrarse. No hace nada; está perdido en sus pensamientos. Aquel hombre, que es temido y respetado en su imperio, hoy ha recibido una luz más para vivir, ya que pensó que todo lo tenía perdido con su hijo. Está tan sumido en sus pensamientos que no se ha dado cuenta de que su asistente está llamando a la puerta. Hasta que este llama su atención al ingresar abruptamente a su oficina…
—Discúlpeme, mi señor, pero estuve tocando la puerta un buen tiempo y usted no me respondió. Temiendo que algo le hubiera sucedido, me atreví a entrar.
Levanté la cabeza y lo miré directamente a los ojos.
- Daniel, no te preocupes. Estaba tan perdido en mis pensamientos que no escuché que llamabas a la puerta. Todavía estoy muy sorprendido de ver que mi hijo volvió a mí, me llamó padre y me abrazó. Pensé que lo había perdido con la muerte de su madre. Aunque no te niego que tenía miedo de que no viniera al desayuno, ya que muchas veces se ha negado a compartir con su hermana y conmigo. Pero hoy me demostró que realmente no me culpa por la muerte de su madre. -
" Mi señor, usted hizo todo lo posible para que la emperatriz no muriera, pero su enfermedad era incurable; no había cura para ello. La emperatriz lo sabía, por eso le pidió que no se culpara a sí mismo, que viviera para ver crecer a sus hijos y que siguiera luchando por este imperio que lo necesita. "
- Daniel, más que ser mi asistente, eres un amigo. Te doy gracias por tenerme paciencia durante todo este tiempo. Sé que he estado ausente de muchas cosas, pero a partir de ahora volveré a ser el Emperador de Zafiro y no aquel hombre que perdió a la madre de sus hijos. Aunque no la amé con todo mi corazón, sí la quise y la respeté por ser una gran mujer, madre y emperatriz. Como sabes, me casé con Luna por un tratado de paz con el imperio Morgan, al que ella pertenecía como segunda princesa. En ese entonces, nuestras fuerzas militares no podían hacer frente a ellos, pero no me arrepiento, ya que, aunque el tiempo que estuvimos juntos fue muy breve y nos casamos muy jóvenes (ella apenas tenía 15 años y yo 16), fui un hombre muy feliz a su lado. De esa unión nacieron mis dos hijos.-
-" Fausto, no te hablo como tu asistente, sino como tu amigo. Vi cómo la trataste, cómo la respetabas. Si la quisiste a tu manera, te dolió perderla. Pero doy gracias a que has recapacitado, y por eso vengo a informarte de algo que está pasando. "
- Cuéntame qué está pasando porque tú no vendrías solo por ver mi linda cara, de la que estás muy enamorado, ja, ja, ja. -
" No seas idiota, Fausto. ¿Cómo se te ocurre que me voy a enamorar de una cara bonita como la tuya? ¡Qué cochinada! Solo de pensarlo se me pone la piel de gallina. A mí me gustan las mujeres, y más si tienen buenas curvas, por la diosa Selena. Tú y tus p******... Cualquiera que te escuche pensará que estoy locamente enamorado de ti. "
- Pues, querido amigo, dicen que estás sumamente enamorado de mí, tanto que por eso no has conseguido esposa ni tienes hijos; que me amas tanto que darías tu vida por mí; que eres tan celoso que no permites que ninguna mujer se me acerque. Después de la muerte de mi esposa, tú te has empeñado en ganarte mi corazón. Ja, ja, ja. -
" ¿Cómo se te ocurre creer semejante estupidez? Si te quito las mujeres que se acercan a tu lado, es porque tú mismo me lo has pedido. Además, yo estoy bien teniendo mis aventuras. Por otro lado, no eres de mi tipo; te falta *t**** y un buen *c***. Aunque, mirándolo bien, lo tienes, pero no me apetece para nada. Así que deja de decir cosas que solamente me producen escalofríos. No seas tan cochino. "
-:Ja, ja, ja, el cochino eres tú, porque yo solamente digo lo que dicen: que tú eres un hombre locamente obsesionado con tu emperador. Pero él solamente te ve como un súbdito más. El que está pensando en cochinadas eres tú, no yo. Además, nos beneficiamos ambos: a ti no te molestan los nobles y a mí tampoco, exhibiendo a sus hijas. Ambos felices por el momento. -
- Pues sí, ¿qué le vamos a hacer? Cambiando de tema, porque ya me he desviado de lo que venía a contarte, el príncipe heredero está en el área de entrenamiento de las fuerzas imperiales para buscar a sus escoltas -
" Mm, ya, y eso que tiene de especial es algo que se debe hacer, desde que él cumplió 5 años. Además, acuérdate que era algo que yo pensaba hacer después de que cayó enfermo hace un par de días, pero lo pospuse al no saber qué le causó la fiebre a mi hijo. Aunque todavía no tengo certeza, sé que fue a causa de un veneno, pero al ser nosotros del linaje y descendientes de dragones. Los venenos en nuestro cuerpo no sirven para nada. Este es un secreto que solamente tú y yo conocemos, Daniel, ya que somos inmunes. Sin embargo, esto nos ocasiona fiebres altas. Aunque no he descubierto nada, sé que fue un atentado hacia mi hijo. "
- Tienes razón, Fausto. Lo más extraño es que no hemos encontrado pruebas de quién pudo haber colocado el veneno en el jugo de tu hijo, pero demos gracias a los dioses de que ustedes son descendientes de dragones; si no, hoy estaríamos enterrando a tu hijo. -
"'Por eso te digo que la persona que lo hizo no tenía conocimiento de que somos inmunes a los venenos, pero esto no significa que no volverá a intentar hacer daño a mis hijos. Ahora, más que nunca, tengo que convertir este imperio en un lugar seguro para todos y este castillo en una fortaleza para mis hijos.
- Pues déjame decirte que tu amado hijo organizó una competencia y no me lo vas a creer: dejó participar a los principiantes. Como bien sabes, entre estos hay plebeyos, personas que fueron esclavas en algún momento de su vida, nobles caídos y huérfanos. Como bien sabes, tu hijo no es que guste mucho de la clase humilde de nuestro imperio. -
- No seas idiota, Daniel. No sé de dónde salieron esos comentarios, pero sí me llama la atención.
Que haya hecho una competencia para elegir a sus escoltas, eso no había sucedido en mucho tiempo. Quiero saber quiénes son los ganadores de esa contienda y qué hombres estarán protegiendo a mi hijo. -
Me levanto de mi silla y voy hacia el balcón de mi oficina. Salgo y miro hacia afuera; alcanzo a ver a lo lejos la cúpula de entrenamiento, donde todo hombre o mujer que tenga magia puede entrenar. Hasta hace unos días, mi hijo no toleraba la presencia de personas que no tuvieran un título, lo cual era desagradable, pero era muy bien recibido por algunos nobles, ya que el príncipe heredero no quería estar cerca de los más humildes, de su imperio, su madre y yo creemos que todos los seres humanos son iguales. Desde hace un tiempo, después de la enfermedad de su madre, ha cambiado mucho. Hoy me ha demostrado que ha vuelto a ser mi hijo, aquel niño que creí perdido, y me llena de orgullo saber que no desprecia a aquellos que no tienen un título para ser sus escoltas. Miro hacia dónde está Daniel y digo...
" Vamos, quiero ir a ver quiénes serán los nuevos escoltas de mi hijo. Quiero saber si lo que tú me dices es verdad, si va a permitir que los principiantes puedan ser sus escoltas. "
- Pues, mi querido emperador, ya llevan más de una hora y, por lo que me han dicho, la mitad de los que quedan son principiantes. -
- Miró a Daniel en estado de shock. ¿Cómo es posible que me estés diciendo que la mitad de los que quedan son principiantes? ¿Me estás diciendo que entre nuestras filas tienes grandes guerreros y que todavía están en las filas de principiantes, en vez de estar en nuestras filas imperiales en alguna de las líneas? -
- Mi señor, no es que no quiera ascenderlos. El problema es que muchos de ellos son esclavos, plebeyos o huérfanos. Es muy difícil que puedan ascender en nuestras filas; solo pueden permanecer como soldados principiantes o, como les llamamos entre las filas, soldados rasos. -
- ¡Qué injusto! No estoy de acuerdo. Incluye este tema en mi agenda; tendremos que llevarlo a la corte imperial porque no toleraré que, si tengo buenos guerreros, estos no puedan ascender entre las tropas solo porque un grupo de vejestorios, no les permite avanzar por el simple hecho de que no pertenecen a una buena familia. -
- Te recuerdo que no solamente tenemos hombres, también hay mujeres, un tema que siempre nos ha traído controversias con los nobles, ya que para ellos las mujeres no deben ir a las guerras. Pero yo no estoy de acuerdo; he visto grandes guerreras y una de ellas es la general Calista Mevarac. Como sabes, es la primera mujer general en nuestro ejército y una de las más temidas, con una condecoración de cuatro estrellas. -
- Tienes razón, esos vejestorios son un fastidio, pero ya buscaré la manera de hacer que aprueben la ley. Vamos, quiero ver en qué termina la elección de los escoltas de mi hijo. -