Un Hombre Poderoso

Cecilia sonrió emocionada, jamás había visto tantos vestidos tan hermosos. Pasó punta de sus dedos por la tela, era suave, todos eran muy bonitos. Parecía una niña con vestidos nuevos, llevaba meses sin entrenar uno.

_____ ¡Por Dios! Lo que ven mis ojos, ¿es real?

Teresa fue a ver a su amiga, para que le contara como le había ido la noche anterior con el dios griego. Sin embargo, al entrar miró una extensa colección de vestidos de alta gama, cada uno de ellos varía miles de dólares.

Ni trabajando en toda su vida podría comprar uno de ellos. Sin tener un poco de vergüenza, Teresa toma uno de los vestidos, se lo mide por encima de la ropa y dice.

_____ ¡Ceci, me lo puedes regalar! He soñado tanto con tener uno de estos.

______ De acuerdo, puedes llevarlo a tu recámara. Son demasiados vestidos para mí sola.

_____ Ve a cambiarte, te llevaré de compras. Miras eso, nos han dejado una tarjeta negro. Eso quiere decir que nos podemos comprar todo lo que queramos.

Cecilia le señaló con su dedo la tarjeta encima de la mesita de noche a su mejor amiga. Con la boca abierta, Teresa se acercó a la mesita, no podía creerlo.

Tomó la tarjeta y se aseguró de que fuera real. Al ver que si lo era, volteó a ver a su amiga.

______ ¡Amiga, te has sacado el premio gordo!

______ Pueden irse. ____ Cecilia les ordenó a las empleadas.

Las mujeres salen y dejan a solas a Teresa con Cecilia.

_____ Teresa, te pido que no seas tan impulsiva. Estamos en la casa de un hombre muy peligroso. Un día puede oirte y malinterpretar las cosas.

Teresa dejó lo que no era de ella encima de la cama. Avergonzada miró de reojo a Cecilia.

_____ Lo siento, no quiero causarte problemas. Pero todo esto es tan nuevo para mí

____ Me emocionó al ver tantas cosas, son como vivir en una película, siendo yo, parte de la historia.

Cecilia pone los ojos en blanco, a su amiga se le ocurre cada cosa.

_____ Iré a cambiarme, puedes salir de la recámara. En media hora nos vamos de compras. _____ Le pide Cecilia a su amiga Teresa.

La chica levanta los hombros y sale de la recámara de Lorenzo. Al quedar sola, Cecilia escoge un vestido sencillo.

Mientras tanto, en la mansión Zamora.

Paola termina de darse un baño, el hombre detrás de ella pasa sus dedos por su espalda baja.

______ Eres una mujer fascinante. ____ Susurra Antonio al oído de Paola.

______ No debíamos hacerlo. Javier es tu hijo, mi esposo. _____ Paola finge arrepentimiento.

______ Me gustas demasiado, Paola. Eres muy buena en la cama. _____ Antonio gira el cuerpo de la mujer.

Al quedar cara a cara, Paola evita ver a los ojos a su suegro.

________ Fue un momento de debilidad. Yo amó a Javier, aunque él ame a otra mujer.

_____ Cataline es una piedra entre Javier y yo... Sería tan sencillo que alguien me ayudará a quitarla de mi camino.

Antonio se alejó de Paola, la mujer era exactamente igual a Eugenia.

_____ Olvidalo, no quise incomodarte. _____ Paola toma la toalla y se cubre, sale del baño, furiosa de no haber obtenido lo que quería.

_____ Espera. _____ Antonio la agarra de la mano y la detiene.

______ Dije que lo olvides. ____ Paola astuta se sacude la mano de Antonio.

______ Por ahora, no podemos hacer nada en contra de Cataline. Javier la ama demasiado, esperemos unos días.

Antonio trata de convencer a Paola.

______ Creo que no, nos hemos entendido...

______ Fue un error acostarme contigo, siendo esposa de tu hijo Javier... No volverá a pasar.

Fastidiada, Paola vuelve al dormitorio, sin esperarse que su hija Marcia estuviera ahí.

______ ¡Paola, espera!

Al ver al su abuelo detrás de su madre casi desnudo, la niña se cubrío los ojos. Paola se puso más furiosa, caminó hasta Marcia y la tomó del brazo.

______ ¡Quién te dio permiso de entrar a mi recámara sin mi autorización!

Paola jaloneo a Marcia de un lado a otro.

______ ¡Basta, Paola!

Antonio tuvo que interferir, le quitó a Marcia a Paola. La niña comenzó a llorar asustada. Nunca había visto a su madre tan enojada.

______ Le dices alguien lo que has visto y te enviaré a un internado lejos de todos. Allá pasarás toda tu vida.

La niña no paraba de llorar, le tenía tanto miedo a su madre.

______ ¡Suficiente!

______ Cariño, ve a tu habitación, más tarde iré a hablar contigo. Por favor, no le cuentes a nadie lo que has visto.

La niña no lo pensó dos veces salio corriendo de ahí, no se detuvo hasta bajar las escaleras y escapar de la mansión Zamora.

Por horas, estuvo vagando por las calles. Llegó a una tienda de postres, tenía mucha hambre y no tenía dinero.

Sin pensarlo entro a una lujosa tienda de postres, muy exclusiva. Lo que más le gustaba a la niña era los postres de fresa con chocolate, al igual que a su padre.

La vendedora ve a la niña, sin ser acompañada de un adulto. Observa con desagrado a Marcia.

El vestido de Marcia estaba lleno de polvo, se había ensuciando mientras caminaba.

_____ Niña, ¿vienes acompañada de alguien?

______ No, señora. Tengo mucha hambre. ____ Con una voz inocente, Marcia señala el postre de fresas con chocolate.

_____ ¡Sal de aquí, niña!

______ La niña viene conmigo. _____ Al ver como la estaba tratando, Cecilia intervino.

La vendedora recorrió el cuerpo de Cecilia y de Teresa. Ninguna de las dos usaba ropa cara, parecía que habían ido a comprar a vestuarios a un mercado.

_____ Honestamente, les recomiendo que vayan a comprar a otra tienda. Gastarán todo su sueldo en un postre.

Cecilia finge no escuchar.

_____ Dele a mi hija el postre que pidió.

_____ No aceptamos monedas. Solo tarjetas de debito. _____ La vendedora, volvió a humillar a Cecilia y a Marcia.

La niña toma la mano de Cecilia.

_____ Mami, podemos irnos a otra parte. Esta mujer es muy grosera.

______ No, cariño. A ti se te antojo ese postre. _____ Cecilia se inclina acariciar la mejilla de la niña.

_____ Váyanse, no podrán compralo.

Teresa no puede controlar más sus impulsos, golpea el mostrador delante de ella.