Sabrina Saprano es la primogénita del Vizconde Dorca, su padre continuamente la obliga a tener citas a ciegas con posibles pretendientes los cuales terminan en desastre colmando su paciencia.
Ser echada es el propósito de Sabrina para alejarse de competir por el titulo de Vizconde con sus hermanos y hermanas.
Pero sus planes son cambiados debido a que conoce a Archey en el Purgatorio, un reformatorio para nobles.
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SOR GUADALUPE
Sabrina fue llevada directamente a la puerta del convento de Santa Marta, una edificación preciosa refinada con mármol dónde destacaban sus ventanas de colores con las imágenes de la vida del hijo de Dios.
Uno de los soldados se acercó al Convento con una carta del Vizconde Saprano mientras el otro se quedaba a vigilar a Sabrina.
Sabrina suspiró cansada y dio un codazo al soldado a su lado.
«vez, te dije que lo lograría»
Dijo y el guardia se quitó su casco mostrando una cara preciosa junto a cabellos negros.
Contestó seriamente.
«señorita Sabrina, aún no entiendo porque quiere hacer esto. Escapar de su casa. No digo que el Vizconde sea exactamente buen padre con usted y sus hermanos, pero tampoco los abandonó ¿Verdad?»
Sabrina sonrió poniendo sus manos a la cintura animandose a si misma.
«bien. Daré lo mejor aquí también»
El guardia tenía signos de interrogación sobre su cabeza.
«¿En verdad quería ser monja?»
«jajaja, pero que dices Marlon, digo que daré lo mejor para que me expulsen de aquí también y luego escapare con dignidad»
El guardia Marlon pensó seriamente...
[Y dónde está exactamente la "dignidad" de la que habla la señorita en eso]
Instantes después Sabrina vio salir a una monja con cara de amargada junto al otro soldado. Y empezó a poner cara triste hacía su guardia y tal vez amigo.
«mira Marlon, ahí viene mi sentencia, que monja tan aterradora»
«usted se lo busco. Ya debería estar casada incluso a los 15, pero siempre espantaba a los pretendientes, ya está vieja»
Sabrina sintió una lanza atravesarla con la palabra "vieja".
«ya tiene 24 años, nadie querrá casarse con alguien así»
Sabrina sonrió muy molesta con los comentarios de Marlon y dijo:
«¿A si?, y que me dice de usted. Tiene 27 años y sigues igual de soltero»
«eso no le importa»
«¡¿Como se te ocurre hablarme en ese tono?!, ¿Cómo que no me importa?, ¿Acaso ya tienes a alguien en mente?»
El viento sopló y levantó el cabello gris de Sabrina junto a sus brillantes ojos azules haciéndola bastante hermosa a los ojos de Marlon.
Marlon no dijo nada pues la voz de la monja se hizo presente.
«Mucho gusto, soy Sor Carolina, me informaron que la señorita Sabrina se quedará aquí»
Sabrina se arrojó entre llantos falsos al suelo.
«¡Mi padre comete un error!, ¡Por favor!, ¡No odio el Convento o la Iglesia, voy cada domingo a escuchar la sagrada misa!, ¡Pero no quiero ser monja!, ¡Esto es un malentendido!, ¡Déjeme regresar a dónde mi padre y lo hablaremos!»
La monja Carolina hecho humo y ordenó:
«llevenla con Sor Guadalupe»
Dos monjas aparecieron de la nada como si fueran ninjas y tomaron los brazos de Sabrina, arrastrandola dentro del Convento.
«¡No!, ¡Espeeeeren!, ¡Marlon!, ¡Dile a mi padre que en verdad me arrepiento!»
Marlon dio medía vuelta ignorandola con una sonrisa, pues sabía muy bien lo buena actriz que era Sabrina y además...
[Me alegro que vayas al Convento, aquí ningún hombre se te acercará. Seré caballero real en unos años..., ¿Podrás esperarme Sabrina?]
***
Sabrina llegó con lloriqueos ante el despacho de Sor Guadalupe.
La Sor, una anciana de ya 92 años sonrió tranquila y bondadosa.
«señorita Sabrina bienvenida. Se me informó de su ingreso repentino al Convento»
«mucho gusto, soy Sabrina Saprano»
«si, ya que al parecer se quedará un tiempo por favor revise esto»
Dijo dándole un papel en dónde estaba el horario de todos ahí.
«cómo podrá notar debe cumplir todo lo indicado, si no lo hace no comerá ni tampoco dormirá»
«¿Tal vez tenga tolerancia con las recién llegadas?»
«no»
Sabrina sudó frío arrepentida de esta situación.
[¿Sin comer ni dormir?, tengo que salir de aquí lo más pronto posible]
***
Sor Guadalupe revisaba el registro de actividades que tenía el convento, ya habían pasado tres meses desde que había llegado Sabrina y todo parecía normal.
Notando eso revisó las tareas realisadas por Sabrina con una cara benevolente.
Mirando el libro de trabajo vio todo en orden, incluso la puntualidad y la habilidad con que hacía las tareas diarias eran de admiración para una joven hija noble como ella.
Suspiró conforme.
[Pensé que sería difícil lidiar con ella siendo la hija mayor de Vizconde Saprano, pero es realmente responsable]
Se paró de su asiento en su despacho y abrió la puerta para dar un pequeño paseo por el jardín.
«¿Hmm?»
Cuando salió vio a varias hermanas de Santa Marta esperandola, de hecho todas las monjas jóvenes y hermosas del convento estaban esperando a Sor Guadalupe y la hermana Carolina era quién las lideraba y representaba.
Sor Guadalupe muy amablemente preguntó:
«¿Qué ocurre hermana Carolina?»
Sor Carolina se inclinó y beso la mano de Sor Guadalupe en señal de respeto como la líder de todo el Convento para finalmente hablar.
«es sobre la hermana Sabrina, pedimos desde lo más profundo de nuestro razón e integridad que la saque de aquí»
«¿Qué?, ¿Porqué?, vi que era muy buena haciendo tareas domésticas de forma eficiente y puntual, ¿Qué cosa podría molestar?»
Sor Guadalupe no entendía nada de lo que pasaba y Carolina respondió con un rostro algo avergonzado:
«a esa mujer no se le puede corregir, ¿Sabe por qué está haciendo bien las cosas aquí en el Convento?»
«¿Por qué?»
«a la hermana Sabrina le gustan las mujeres hermosas»
«¡¿...?!»
«todo lo hace muy bien para poder quedarse a coquetear con todas las hermanas. Sor Guadalupe haga algo, hemos aguantado esas cosas obscenas durante tres meses, ya estamos cansadas. Pensamos que con el tiempo se calmaria y rectificaria, pero no hay avance...»
«¿Estás consiente de la gravedad de tus acusaciones Sor Carolina?»
«por supuesto Sor Guadalupe, me hago responsable de mis acusaciones, si miento puede enviarme a ser azotada por mis mentiras en el Convento y dejaré de ser Sor Carolina para irme al exilio»
«t-tranquila no llegues a extremos»
«pero Sor Guadalupe...»
«esta bien, ire a preguntarle ahora mismo»
«¡Pero Sor Guadalupe!»
«¿Qué pasa?»
«es obvio que lo negará, ¿Porqué preguntar? Debe verla en secreto. Seguro actuará educada cuando sepa que usted sabe sobre su maña»
Sor Guadalupe caminó tranquila sólo dando una orden.
«eso lo decidiré yo. Dime donde está Sabrina»
Sor Carolina bajó la mirada...
«en... el huerto de melocotón»
no podía dejar de leer me desvele terminando la gracias