En el mundo de los negocios, el control y el poder no existe lugar para el amor, o al menos eso es lo que manifiesta Vladimir Chandoski. Sin embargo, al llegar a su cumpleaños número treinta se verá obligado a contraer matrimonio con una de las hermanas Bonfatti y así conservar su imperio y preservar el legado familiar con la llegada de un heredero. Él no tiene el menor interés en conocer a sus candidatas y le da lo mismo contraer matrimonio con cualquiera de ellas, por eso decide hacer un sorteo, pero grande es su sorpresa cuando conoce a su futura esposa y descubre que no es nada más ni nada menos que la dueña de sus desvelos. Una hermosa mujer con un gran secreto que lo cambiará todo.
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Capítulo N°22
Con suavidad y una ternura infinita que desgarraba el alma a cualquiera, Vladimir le colocó el anillo a Jade sin dejar de mirarla a los ojos, cautivado por tanta belleza. Ella lo observaba con infinito amor, tenía un nudo en la garganta y al sentir el peso de la sortija sobre su mano susurró.
—¡Es hermoso!
—Para ser franco me costó mucho diseñar algo que nos represente, algo que sea solamente nuestro, pero luego pensé en cómo nos conocimos y como esta pequeña cruz —señaló su crucifijo con pasión—. Este pequeño dije sin ningún valor económico, me guió en cada paso hasta llegar a ti, al más valioso de los tesoros.
—Vladi...—murmuró sin poder continuar, ese hombre con cada declaración de amor que le hacía la dejaba sin aliento, sin palabras y solo podía contemplarlo con verdadera ilusión.
— Por eso pensé que simplemente sería perfecto que esta sortija te guíe a mí y siempre recuerdes que Dios decidió que debíamos estar juntos, solo él se encargó de que nuestros caminos se cruzaran y nuestros corazones se complementaran—dijo con firmeza y convicción.
—No necesito una sortija para que me guíe a tu lado, porque mi corazón late a la par del tuyo, porque mi cuerpo se siente atraído al tuyo como un imán sin control y porque hasta que te conocí nunca sentí que mi vida tenía un verdadero objetivo y ahora al fin lo encontré. Mi gran propósito en esta vida es ser la esposa de un hombre maravilloso al que amo con toda mi alma—respondió al fin antes de besarlo.
La cena estuvo deliciosa al igual que el vino que comenzaba a causarle cierto malestar y mareo a Jade que no estaba acostumbrada a beber alcohol.
—Cariño, todo me da vueltas—comentó de repente riendo a carcajadas—. Creo que … estoy ebria—confesó arrastrando las palabras e intentando dejar la copa en la mesa pero su coordinación era pésima.
—Ven amor, será mejor que descanses un poco—sugirió Vladimir quitándole la copa de la mano y dejándola en su lugar.
—Pero no quiero ir a casa, hoy es un día especial. Quiero estar contigo.
—Está bien, pero solo por esta noche, recuerdas lo que hablamos, nada de dormir juntos hasta la noche de boda.
—Esa fue una muy mala idea, faltan un montón de días para la boda y yo ya quiero estar contigo.
—Eso no es cierto, en menos de una semana serás mi esposa—respondió besando su nariz con ternura—. Debemos esperar.
—¡Eso es una eternidad!
—Ven, te llevaré al sofá y te prepararé un café, eso te hará sentir mejor.
Vladimir la tomó en sus brazos y ella comenzó a jugar con la cruz de él, rozando la camisa con sus dedos y erizando cada poro de su piel bajo la tela. La suave sensación que le provocaba ese sutil tacto estaba haciendo que pierda los estribos, entonces inclinó su cabeza solo un poco y le advirtió
—Compórtate, no quiero que mañana al despertar te arrepientas de algo.
—No estoy haciendo nada malo—respondió antes de desabrocharle los botones y rozar la piel de su tórax—. Solo quiero sentir tu piel, acariciar tu cuerpo y ver que escondes debajo de tu traje.
—Estás ebria.
—Solo mareada —lo contradijo llevando la mano hasta la nuca y obligándolo a que la bese, pero su beso lentamente se fue desvaneciendo y ella se quedó completamente dormida con el calor de su cuerpo.
Vladimir la llevó a su habitación y la recostó en la cama, luego le quitó las botas, la ropa y le puso una de sus remeras para que estuviera más cómoda.
A la mañana siguiente, ella se despertó sobresaltada en una inmensa cama, en una habitación muy varonil, oscura y perfectamente ordenada, desconocía el lugar pero reconocía ese aroma tan familiar, era la colonia de afeitar de Vladimir así que se tranquilizo. Estaba sola y aturdida, no recordaba nada de lo que sucedió después de la cena y al ver su ropa acomodada sobre una silla se inspeccionó y grande fue su sorpresa al ver que estaba únicamente con una remera de hombre y sin ropa interior.
Vladimir salió del baño, ella lo miró sorprendida al ver que con naturalidad se dirigió al closet en busca de ropa solo con una toalla cubriendo su hombría, entonces al sentirse observado el giro su rostro y con una sonrisa la saludó.
—Hola amor, al fin despiertas, ¿Cómo te sientes?—con confianza se acercó a la cama y le deposito un beso sobre su cabello alborotado.
— Hola—respondió algo confundida y cubriéndose con las sábanas.
— Amor ¿qué sucede? No me digas que te arrepentiste de lo de anoche y eso que me decías que estuve genial—preguntó él al ver su expresión.
— No, no para nada —mintió y trataba de recordar algo.
— Me alegro porque realmente me encantó dormir contigo, sentir el peso de tu cuerpo sobre mí, fue maravilloso. Te amo— dijo recordando cómo ella se acomodo sobre su pecho y no lo dejó moverse en toda la noche, entonces le dio otro beso y se apartó.
— Yo también te amo—respondió levantando sus cejas y sintiéndose frustrada por no recordar la noche que con tantas ansias estuvo esperando.
Vladimir no podía contener la risa al darse cuenta que su comentario podría mal interpretarse, así que entró al baño cerró la puerta y dejó escapar una carcajada fuerte y profunda mientras se metía debajo de la ducha.
Jade se agarraba la cabeza, no había tomado lo suficiente para estar fuera de sí y no recordar nada, así que enojada salió de la cama en busca de explicaciones, pero al cruzar la puerta del baño se dio cuenta que cometió un terrible error.
Vladimir se veía muy varonil con su cuerpo húmedo, era una imagen muy bella y sin poder contener su impulso, y arrastrando sus pies como hipnotizada camino hasta la regadera, se quitó la remera y se metió bajo el agua, lo abrazo de la cintura sorprendiendo por completo a su novio que estaba de espaldas y susurró.
— Tengo amnesia, no recuerdo absolutamente nada, así que necesito tu ayuda para recordar qué fue lo que hicimos anoche—dijo decidida y llevando su mano lentamente hasta su bajo vientre en busca de su gran extensión.
— Amor, no sucedió nada, solo fue una broma, solo dormimos abrazados, pero tú parecías un koala aferrada a mi cintura—confesó conteniendo un grito de placer entre sus dientes.
—¿Y mi ropa interior?—preguntó mientras dejaba un sendero de besos en su espalda.
— Te quite la ropa interior solo para meterla en la lavadora, ya está limpia para que la vuelvas a usar—respondió, mientras que ella jugaba a su merced con su cuerpo y él se sostenía de la pared—. No quiero romper nuestra promesa—murmuró conteniendo el deseo de girarse y hacerle el amor.
— ¡Al diablo con las promesas, quiero ser tuya de una vez por todas!—dijo ella y lo obligó a voltearse—. Necesito que me hagas el amor y no acepto un no como respuesta.
Vladimir vio que sus ojos grises estaban encendidos, su cabello caía en cascada sobre sus pechos mientras era cubierta por la lluvia de la ducha entonces perdió el control por completo y gruño.
—¡A diablo las promesas! —al igual que ella.
Con manos firmes la tomó de las nalgas y la levantó como si no pesara absolutamente nada, entonces buscando sus labios la besó con pasión, su lengua inspeccionaba cada rincón de su boca intentando calmar el fuego que se encendía sin control por todo su cuerpo quemando cada poro de su ser. Mientras que ella enrollaba sus piernas en la cintura de él estrechando aún más el contacto, abrazándose con ansias a esa suave piel y aferrándose a esos músculos varoniles con sus uñas afiladas. Su cuerpo ardía de pasión, mientras que su espalda chocaba contra el frío de los cerámicos haciendo un contraste perfecto entre lujuria y realidad.
Vladimir, cerró el grifo y lentamente salió con ella en brazos hasta la habitación, sus cuerpos humedecidos cayeron en la cama y él lentamente le hizo el amor.
Vamos por la próxima 😘😘
Felicidades por tan hermosa novela 🥰🌹🫂
Felicidades 🎆 querida escritora vamos por más novelas así 🫂🥰