Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
NovelToon tiene autorización de LúNam para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La vida de una heroína
—Dado que es nuestra heroína, quiero ser yo quien le de un premio verdaderamente digno de usted señorita Valien, si me permite me gustaría…— un hombre de aspecto mayor, que ya dejaba ver algunas canas en su barba muy bien cuidada y en su cabellera al parecer castaña anteriormente, le hablaba a una joven señorita de tal vez apenas veintitantos años de edad, sin embargo fue está misma joven quien lo interrumpió en medio de su discurso.
—Merezco un castigo por hacer esto majestad, no obstante si no es mucho pedir, quisiera hablar con usted a solas si me lo permite por favor— hincándose en el piso de aquel salón, se agachaba aquella joven, reposando su frente en el suelo.
Al ver aquel acto, todos los presentes se quedaron observando a su emperador, pues querían ver por cuánto tiempo permitía que la nueva heroína del imperio se humillara de esa forma. Al darse cuenta, el emperador hizo que las doncellas presentes se apresuraran a levantar a la joven.
—Entiendo su petición, señorita Valien, sígame y regresemos más tarde— le indicó el camino y en poco tiempo llegaron al estudio privado del emperador.
Aquella joven, caminó con rectitud y elegancia, no por nada era una noble, aunque además de eso, también era la mejor guerrera que el imperio había conocido, en sus cuatro regiones desde su creación.
—¿De qué quiere hablar?— algo impaciente y con una mueca en la boca, preguntó el hombre mayor.
—Sé que su majestad intentaría comprometerme con su alteza el príncipe heredero, pero eso es algo con lo que no estoy de acuerdo— sin titubear en ninguna de sus palabras, la joven habló.
Sin esperar aquella confesión, el emperador quedó pasmado por lo dicho. Jamás se imaginó que alguien no quisiera ser la próxima emperatriz, pensó siempre que cualquiera estaría dispuesta incluso a matar por ello, pero la chica frente a él, era completamente diferente, si no quería eso, ¿entonces que podría ofrecerle?.
—No encuentro mejor recompensa que nombrarla próxima emperatriz de Krator, o ¿acaso usted tiene una propuesta?— intrigado, preguntó el emperador.
—Majestad, sé que tiene un hermano y este aún sigue soltero, aunque no se las razones por las que no ha contraído matrimonio, me gustaría que él fuese mi recompensa, lo quiero a él como esposo— haciendo una reverencia y cruzando los dedos para que le concedieran su pedido, habló.
—Es cierto, aún así, creo que debería conocer a mi hermano antes de pedirme que sea su esposo, podría llevarse una gran decepción al conocerlo en persona— la expresión en su rostro no era de temor, sino más bien de lástima para con su hermano.
¿Qué era eso que guardaba como secreto aquel hombre?, aquello no le importaba mucho a la joven, lo único que sabía era que lo quería como su esposo y no descansaría hasta lograrlo.
Sin más que poder hacer, el emperador aceptó aquel pedido y enseguida regresaron al salón principal, donde los presentes se encontraban impacientes por su regreso.
—Muy bien, aclarado un asunto importante, he decidido darle como recompensa a nuestra heroína, la guerrera más implacable que nuestro imperio ha conocido, ser la esposa del archiduque Carl Pott— esperando un aplauso por parte de los presentes, el emperador se quedó esperando pues en lugar de eso, los cuchicheos y murmullos no se hicieron esperar.
«Ese hombre es un anciano, ¿por qué lo eligió a él?»
«Debieron nombrarla princesa heredera»
«Es nuestra heroína, se merece algo mejor»
«Pobre joven, tendrá que soportar ser la esposa de ese monstruo»
«Es mucho mayor que ella, ¿cómo pudo aceptar?»
Esos y muchos más eran los comentarios que se escuchaban, pero a Valien no le importó. Ella simplemente buscaba ser la esposa de aquel hombre que tanto admiraba, pues en aquella novela que leyó, supo que él sería capaz de todo por vengar a la mujer que siempre amó en secreto.
“La vida de una heroína”, era la novela que se había vuelto la favorita y más odiada de Vera Jia Yi, una agente secreto de china, que en sus ratos libres se dedicaba a admirar obras de arte, entrenar cualquier deporte y claro, leer novelas de fantasía de todo tipo. En su momento leyó está novela y la atrapó desde el primer instante, el cómo la joven rubia nació y creció para convertirse en la mejor guerrera que su lugar de origen había conocido, además de ser hermosa y querida por todos, al menos eso era lo que pensaba, hasta que por azares del destino las guerras cesaron y por fin pudo descansar, apenas teniendo 27 años, sin poderse casar antes, el emperador quiso premiarla, convirtiéndola en la próxima emperatriz y así se hizo, no obstante, el príncipe, su prometido se enamoró de alguien más y a pesar de la buena voluntad de Valien, no quedó contenta la enamorada del príncipe y envenenó a sus aliados en su contra para que comenzaran a alejarse de ella, al final, fue traicionada por los que un día llamo amigos y el golpe final lo dio el príncipe heredero, que cegado por amor, le hizo caso a su amada, sin importar que nada se hubiese probado. Así terminó la vida de la heroína que dedicó su vida en salvar y proteger a la gente que creyó la apoyaría y lo único que recibió, fue traición y su propia muerte.
Por supuesto que a Vera no le había gustado el final, pero la reconfortó saber que hubo alguien aparte de la familia de la protagonista, que la defendería y creería en ella incluso después de haber perecido. Esa persona era el archiduque de Krator, un hombre de casi 40 años de edad, quien siempre admiró lo que Valien lograba en cada batalla, hasta que un día terminó enamorado de ella, sin que lo supiese, pues a pesar de todo, él era mayor que ella y sentía que si declaraba su amor, le arruinaría la vida a la hermosa joven, por eso se hizo a un lado y solo la admiró y amó en silencio. Cuando supo de su muerte, se reveló en contra de su sobrino y terminó con su vida y con todo aquel responsable de la muerte de la mujer que amó en secreto, sin importar qué. Al final, se quitó la vida, esperando poder reencontrarse con su Valien en cualquier otra vida.
Aquel día, Verá lloró muchísimo, no sabía porque, pero no pudo evitarlo, sabiendo que por el trabajo que tenía no cualquier cosa podía afectarle, le sorprendió como aquel final le dolió en el alma.
Te felicito por tan placentera obra 😉